Negociaciones en marcha

Escrivá vigila los diez sectores 'hundidos' para diseñar la 'desescalada' de los ERTE

afiliados sectores
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La crisis del coronavirus está teniendo un impacto muy heterogéneo en el tejido productivo y el Gobierno va a tenerlo en cuenta en el diseño de la desescalada económica y laboral. Una pieza fundamental de la estrategia que se está negociando en estos momentos con los agentes sociales son los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) vinculados por la causa de fuerza mayor al estado de alarma y, sobre todo, el futuro de estos mecanismos de ajuste de plantillas cuando este marco jurídico se levante definitivamente. Para confeccionar el plan de choque, el Ejecutivo ha puesto el foco en una decena de actividades que han quedado prácticamente hundidas por la pandemia y a las que va a costar más trabajo recuperarse durante los próximos meses.

En concreto, y bajo la lupa técnica del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, el Gobierno está monitorizando muy de cerca, prácticamente a diario, la evolución de diez actividades específicas que han entrado en estado de 'shock' por el frenazo en seco de la economía que inevitablemente han provocado las estrictas medidas de confinamiento para frenar la propagación de la Covid-19. Se trata de la parte productiva más golpeada, sobre todo, en términos de empleo, el indicador a medir a la hora de determinar qué sectores van a seguir necesitando las ayudas económicas del Estado para encarar la remontada cuando pase el punto álgido de esta crisis. 

En un ejercicio de transparencia sin precedentes, Escrivá ha hecho públicos unos datos sectoriales muy concretos para facilitar la 'foto fija' del tejido productivo un mes y medio después de la declaración del estado de alarma. La imagen es desoladora: en algunas actividades se han detectado caídas a plomo del empleo de hasta el 80% o incluso el 90% respecto al sector de referencia. Es el caso, por ejemplo, de las actividades relacionadas con la hostelería, que han encajado de lleno el cierre de los establecimientos (bares, restaurantes, hoteles...) hasta nueva orden. Aquí aparecen como los más perjudicados los servicios de comidas y bebidas, que han perdido más de un millón de afiliados a la Seguridad Social.

También se sitúa en el rango alto de impacto la confección de prendas de vestir, una actividad que igualmente se ha visto muy afectada por el cierre de las tiendas. Por detrás aparecen los juegos de azar y apuestas; los servicios de alojamiento, que han tenido que detenerse con todo el sector turístico paralizado; y las actividades deportivas. Los denominados "otros servicios personales" (donde se incluyen, por ejemplo, las tintorerías o las peluquerías), las agencias de viajes, la venta y reparación de vehículos, las actividades artísticas y la fabricación de muebles completan el listado de las 10 actividades más afectadas por la pandemia entre el 12 de marzo y el 30 de abril.

El equipo de Escrivá también ha llevado a cabo una fina diseminación sectorial de los trabajadores perjudicados por esta crisis, diferenciando la pérdida del empleo de los afectados por ERTE y de los autónomos que se han acogido a la prestación extraordinaria por cese de actividad. Y esta foto atestigua que la pérdida de empleo en los sectores más golpeados por esta situación ha sido en gran medida contenida por las ayudas aprobadas por el Gobierno tanto para flexibilizar los ajustes temporales de plantilla como para permitir a los trabajadores por cuenta propia cobrar una prestación pública durante el tiempo que su actividad esté suspendida.

Hay sectores, como la hostelería, donde la afiliación ha descendido en más de 160.000 cotizantes durante esta crisis, mientras hay más de 930.000 inmersos en procesos de ajuste de plantilla temporal y cerca de 240.000 autónomos en cese de actividad. Es solo un ejemplo de una foto que atestigua que la destrucción de empleo se ha contenido en gran medida por el paquete de ayudas públicas. "Hemos sido capaces de proteger gran parte del empleo donde prácticamente se ha parado todo", presumía Escrivá el martes en rueda de prensa. En conjunto, el Estado está dando cobertura a más de 5 millones de trabajadores. "En mayo, el Sepe se ha convertido en una trinchera social", comentaba en Twitter el director general del organismo, Gerardo Gutiérrez Ardoy. 

Todas estas ayudas se han traducido en una nómina mensual de prestaciones del Sepe disparada hasta superar los 4.500 millones de euros, un 200% más que hace un año. Pero el Gobierno espera que este gasto sea coyuntural y no se perpetúe en la factura del paro y por eso ya está trabajando en las distintas fases que también tendrá la desescalada económica y que afectarán fundamentalmente a los ERTE. La idea del ejecutivo es prorrogar los expedientes por fuerza mayor más allá del estado de alarma, pero la prórroga no será igual para todo el tejido empresarial, pues lo que se pretende es focalizar las ayudas en los sectores más afectados.

En este sentido, Escrivá aseguró el martes que "la economía se está viendo afectada de una manera extraordinariamente dispar y esto exige que nuestras medidas y actuaciones tengan una naturaleza sectorial muy específica". En este sentido, advirtió de que es "muy importante" que los poderes públicos tengan "interiorizada" esa dimensión sectorial y hagan un "seguimiento muy cuidadoso", para que durante la desescalada el Estado vaya "acompasando" las medidas según se vayan recuperando diferencialmente los sectores. Así, se va a llevar a cabo un "seguimiento diario y cuidadoso" de todas las actividades económicas, analizando al detalle una información que es "fundamental" para diseñar la estrategia de desescalada y las medidas a implementar para "fasear" los ERTE actuales hasta alcanzar la bautizada como "nueva normalidad".

Comercio, construcción, transporte...

Hasta ahora la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, había deslizado la idea de prorrogar las condiciones favorables de los ERTE por fuerza mayor (como la exoneración de las cotizaciones sociales) en determinados sectores, como los relacionados con el turismo, pero se había resistido a concretar las actividades. Ahora Escrivá expone un análisis detallado de las áreas a las que el Gobierno va a prestar especial atención en el diseño de la estrategia para los ERTE. Además de la decena de actividades antes señaladas, la Seguridad Social también ha registrado un importante impacto agregado en el comercio, la construcción, el transporte o la educación, cuya situación particular se tendrá en cuenta.

Estas y otras cuestiones están sobre la mesa del diálogo social. Gobierno, patronal y sindicatos coinciden en el objetivo: permitir que los ERTE por fuerza mayor se desvinculen del estado de alarma y las condiciones favorables para empresas y trabajadores se mantengan durante los próximos meses. Pero las negociaciones han encallado en las condiciones. El Ejecutivo trasladado a los agentes sociales una propuesta que incluye la prohibición de despedir hasta el 31 de diciembre y la CEOE se ha plantado. "Con estas condiciones no vamos a firmar ningún acuerdo", advierte un dirigente empresarial. Las reuniones continúan, pero el Gobierno ya ha avisado de que, con o sin acuerdo, va a aprobar una estrategia para la flexibilización gradual de las medidas laborales.

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