Intrahistoria de un pacto difícil

El 'laboratorio' de los ERTE de Escrivá: 6 ofertas en 13 días para seducir a CEOE

El Ministerio de Seguridad Social llegó a presentar hasta media docena de propuestas a la patronal para conseguir su apoyo al nuevo acuerdo para la prórroga de los expedientes hasta el 30 de septiembre.

Garamendi y Escrivá
El 'laboratorio' de los ERTE de Escrivá: 6 ofertas en 13 días para seducir a CEOE
EFE

Predisposición para pactar, discreción inicial en la mesa tripartita y una recta final de infarto en la que el tira y afloja amenaza con tensar la cuerda hasta quebrarla, pero que, finalmente, se resuelve con un acuerdo tripartito y una nueva foto a tres bandas. Es lo que ha sucedido en todas y cada una de las negociaciones para prorrogar los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), y van cinco. Lo que ocurre entre bambalinas suele quedar para los equipos negociadores, pero La Información ha tenido acceso a todas las propuestas que se han puesto sobre la mesa a lo largo de trece días: hasta seis planteamientos distintos diseñados por lo que el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha calificado como el "laboratorio" de José Luis Escrivá.

La oferta de partida llegaba al cuartel general de la organización empresarial el pasado 14 de mayo. Con dos semanas de margen para negociar con los agentes sociales la prórroga de los ERTE para el verano, el Ministerio partía de una propuesta de máximos. Desde ese primer momento, Escrivá puso negro sobre blanco un cambio de esquema para incentivar la reactivación de trabajadores a través de mayores descuentos en las cotizaciones sociales para los efectivos reincorporados a la actividad que para los que mantuvieran su empleo en suspenso. Ofreció descuentos de hasta el 85% para los puestos de trabajo activados entre junio y septiembre y exoneraciones decrecientes, de entre el 70% y el 30%, para los trabajadores que permanecieran en ERTE en empresas de sectores 'ultraprotegidos'; y recortó las exenciones vigentes para los ERTE de fuerza mayor por limitación de la actividad.

Esa primera oferta, que fue rechazada tanto por los empresarios como por los sindicatos, puso en evidencia un nuevo choque en el seno del Gobierno. Ese mismo día, la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, defendió en público, respecto a la prórroga, que "lo que funciona bien no tiene sentido cambiarlo". Díaz, partidaria de extender los ERTE en las mismas condiciones para empresas y trabajadores; Escrivá, decidido a implantar de nuevo un esquema de doble exoneración para propiciar la reactivación de los trabajadores durante los próximos cuatro meses, como ya se hizo en verano de 2020. Al final, el titular de Seguridad Social ha impuesto su modelo, respaldado por la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.

Pero entre medias de la primera oferta y la última, que finalmente arrancó el 'sí' de la CEOE (y de CCOO y UGT) al quinto acuerdo social en materia de ERTE, han existido otras cuatro propuestas. En todas ellas, a las que ha tenido acceso este medio, el Ministerio de Escrivá se ha mantenido firme en su modelo de "reactivación". Retocando las exoneraciones de cotizaciones sociales, primero, el 21 de mayo, cuando mejoró la oferta anterior respecto a los ERTE de limitación y mantuvo intacto su planteamiento para los sectores más afectados por la crisis. Y poco después, el día 24, cuando introdujo una graduación mensual decreciente en las exoneraciones de los trabajadores activados. Un baile de porcentajes diseñados en el "laboratorio" de Escrivá que no logró convencer ni a empresarios ni a sindicatos.

Cuando quedaba menos de una semana para que caducase el esquema vigente, la Seguridad Social intensificó los contactos con la CEOE. La noche del lunes, 24 de mayo, y las primeras horas del martes, día 25, fueron cruciales. A las 9 y media de la mañana llegaba la cuarta oferta de Escrivá, con más exoneraciones para los ERTE de limitación y un retoque al alza en los descuentos de cuotas para trabajadores suspensos en la modalidad de sectores 'ultraprotegidos'. No cuajó y apenas dos horas más tarde, a las 11:45, el ministro hacía un penúltimo intento por convencer a la patronal, con una nueva oferta que mejoraba las exoneraciones para las empresas de menor tamaño del listado de CNAE. El Comité Ejecutivo de la CEOE decía 'no' y el acuerdo parecía descarrilar cuando el último Consejo de Ministros del mes no había podido aprobar la prórroga. 

Pero Escrivá tenía un último 'as en la manga'. El miércoles 26, hacia el mediodía, se produjo una tensa reunión entre el ministro, Garamendi, y sus números dos (el secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo, y la directora de Relaciones Laborales de CEOE, Rosa Santos). Había que cerrar el acuerdo. Fuentes de la patronal aseguran que el presidente del Gobierno interfirió para propiciar el consenso, si bien Escrivá niega cualquier mediación de Pedro Sánchez y afirma que fue él mismo quien cerró el pacto en esa reunión decisiva con Garamendi. Sea como fuere, a las 4 de la tarde el Ministerio presentaba una última oferta, con una mejora en los descuentos de cuotas tanto para los trabajadores reactivados como para los hibernados. 'Fumata blanca' en un cónclave de urgencia convocado en CEOE esa misma tarde y rúbrica de los sindicatos, que básicamente estaban esperando a que fructificaran los contactos bilaterales Gobierno-patronal para dar su 'sí'.

Yolanda Díaz, en un segundo plano

Trece días, en total, para sacar adelante un nuevo acuerdo para la prórroga de los ERTE 'in extremis'. Y mientras tanto, Yolanda Díaz en un segundo plano. ¿El motivo? La parte del marco concerniente al Ministerio de Trabajo estaba cerrada prácticamente desde el arranque de las negociaciones. El esquema de protección de los trabajadores, en lo que se refiere a los derechos de prestaciones y a la prohibición tácita del despido, nunca ha estado en cuestión, por mucho que la CEOE se haya empeñado en cada negociación en relajar la cláusula de mantenimiento del empleo. Tanto Díaz como los sindicatos se han cerrado en banda a tocar un ápice de ese 'escudo social', de modo que la patronal ha desistido y ha centrado sus esfuerzos en arrancar más descuentos de cuotas a Escrivá, como finalmente ha sucedido.

A la vicepresidenta solo le quedaba esperar a que ese tira y afloja entre Escrivá y Garamendi finalizase. Se echó a un lado y les dejó negociar de tú a tú, pero sin desentenderse del embrollo y presionando por el acuerdo desde un segundo plano. Los contactos bilaterales informales son clave en este tipo de negociaciones. Díaz aseguró que se dejaría "la piel" para conseguir el pacto tripartito y, contratiempos de la vida, la salud le jugó una mala pasada que le llevó a suspender su agenda por recomendación médica en las horas clave de las negociaciones. Pudo recuperarse a tiempo para hacerse la foto con los agentes sociales el jueves y para rubricar el pacto en el Consejo de Ministros extraordinario celebrado ex profeso para la aprobación de la prórroga de los ERTE. La quinta con acuerdo en el diálogo social.

Ha sido una negociación difícil, pero no más de lo habitual. Los agentes sociales están ya curtidos en alcanzar acuerdos 'in extremis', en el tiempo de descuento, tras dejarse aspiraciones por el camino, para poder también arrancar cesiones a las otras partes. Escrivá, que fue señalado como el 'villano' de esta negociación (los interlocutores sociales y el propio Ministerio de Trabajo hablaban de "cerrazón" del ministro), sale reforzado de estos trece días de infarto. Un refuerzo que le posiciona además en un buen punto de partida en la recta final de la carrera por la reforma de las pensiones. El acuerdo de los ERTE es prácticamente simbólico en comparación con la envergadura de las negociaciones en curso. La paz social será clave para la consecución de las reformas de las que van a depender 150.000 millones de euros de los fondos de recuperación europeos.

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