El precio del gas y los derechos de emisión

¿Quien contamina paga? Por qué abril es el mes 'eléctrico' más caro en ocho años

La endiablada escalada supone un incremento del 60% con respecto al precio medio de la última década y un  encarecimiento de la factura que llegará al cierre del mes, estimado en un 11%. Estas son las razones.

Una bombilla.
¿Quien contamina paga? Por qué abril es el mes 'eléctrico' más caro en ocho años
Imagen de aixklusiv en Pixabay.

El abril eléctrico más caro de los últimos ocho años. El miércoles pasado el precio en el mercado mayorista de la electricidad alcanzó los 62,23 euros MWh. Es una escalada endiablada que supone un incremento del 60% con respecto al precio medio de abril de los últimos ocho años y un probable encarecimiento de la factura que nos llegará al cierre del mes, estimada, según la OCU, en un 11%.

El sistema eléctrico no es ajeno al refranero, así que "en abril, aguas mil". La aplicación práctica al mercado eléctrico reflejaba tradicionalmente esta muestra de la sabiduría popular, algo que se observa a la perfección en la serie histórica de precios de la electricidad. La causa de esta alegría temporal en el bolsillo del consumidor se encontraba en el deshielo y las lluvias acumuladas durante el invierno, que hacen que la energía hidráulica entre en el sistema a coste muy bajo. Esta circunstancia siempre situaba al mes de la primavera como el madero al que agarrarse en mitad de la tormenta económica que supone la factura de la luz.

La OCU ha advertido de este fenómeno anómalo que pagaremos todos en nuestra factura. Un consumidor medio, que tenga contratado 4.6 kWh de potencia y con un gasto de 3.500 kWh al año, puede llegar a pagar un total de 69,14 euros durante el presente mes, lo que supondría unos 7 euros más que el precio medio pagado en marzo, que alcanzó los 62,25 euros.

Pero entonces, ¿quién nos está robando el mes de abril? La hidráulica ha cumplido sus expectativas y ha fijado el 60% de las horas en el mercado mayorista en lo que llevamos de mes. Si el factor climatológico ha cumplido y la tecnología también, cabe preguntarse por la causa o el agente externo que está provocando esta subida.

La misma OCU señala al culpable que, en esta ocasión parece situarse en las centrales de ciclo combinado o las centrales térmicas. ¿Por qué? Muy sencillo, o al menos eso debería parecer. El precio del gas y los derechos de emisión de CO2 se han encarecido notablemente durante el mes de abril. Ambos son factores que determinan en gran medida el coste final de la energía que producen las centrales térmicas y de ciclo combinado en toda Europa. Las lluvias han sido abundantes, pero no suficientes para que la hidroeléctrica cubra toda la demanda eléctrica. De haber sido así, la energía ofertada por esta tecnología podría entrar en el sistema a un precio mucho más bajo, como tradicionalmente venía sucediendo en los años anteriores.

Nuestro método marginalista, que hace que entren en el sistema aquellas tecnologías con costes variables más bajos hasta cubrir la demanda, deja entrar a todas las energías, a diferente coste, hasta llenar el vaso de agua energético. El último en llegar es el que marca el precio que paga el ciudadano. La hidráulica, junto a las renovables que entran a coste cero, solía proporcionar la cantidad de energía suficiente en abril, algo que no ha sucedido este año permitiendo que los ciclos combinados, aunque sea durante un breve periodo de tiempo, tengan que suministrar la diferencia hasta cubrir el total de la demanda… y lo hacen a un coste elevado, especialmente en un mes que solía situarse como uno de los más baratos.

Con las energías renovables a pleno rendimiento, el sol, el viento y el agua no parecen suficientes para bajar radicalmente el precio de la electricidad en España. El aumento del parque renovable debería dar sus frutos en términos económicos en el medio plazo. Sin embargo, hasta el momento, el sistema eléctrico español continúa disparando la factura del consumidor final.

El precio del gas y los derechos de emisión de CO2 se han encarecido notablemente durante el mes de abril. Ambos son factores que determinan en gran medida el coste final de la energía

La Secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, se mostró preocupada por el incremento de precios. En un encuentro virtual de NEF celebrado el martes apuntó también a los inusuales precios del CO2 y del gas como los responsables del repunte, a los que añadió la ola de frío que se vive en Europa y que provoca un aumento de la oferta basada en centrales térmicas y de ciclos combinados. Tras su análisis, Aagesen enfatizó en que el aumento del parque renovable, permitirá que, en el medio y largo plazo, se produzca un abaratamiento paulatino del precio de la electricidad.

¿Quien contamina paga?

Mientras tanto, el principio jurídico y económico que ha favorecido, y hasta cierto punto provocado, el cambio de modelo energético: quien contamina paga, se encuentra en crisis. Si el que más contamina repercute sobre sus costes ese castigo, es el cliente final el que pagará, al final del proceso, el sobrecoste. En este sentido, el usuario, el cliente, el ciudadano, es el que termina pagando los platos rotos, ya sea en la factura o en unos presupuestos que sufragan el coste de la transición energética en forma de incentivos a las energías renovables.

Tras el abril lluvioso se supone que vendrá el mayo florido y hermoso. Al menos eso parecen prometer los factores que determinan el precio a futuro del gas natural: costes de producción y almacenamiento, importaciones, previsiones económicas, clima y producción y precios del petróleo. Desde el punto de vista meteorológico, el aumento de las temperaturas hace presagiar una bajada en los precios de esta materia prima, si bien la recuperación de la actividad económica mundial -y el consecuente aumento de la demanda- puede incrementar los precios con respecto a 2020.

En cualquier caso, la factura de la luz sigue siendo tan inestable e imprevisible como antaño. Lo único que ha cambiado es que, ahora, para saber cuanto pagaremos el mes que viene tenemos que mirar al cielo en búsqueda de respuestas.

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