España, ante la recuperación

Esade ve la división dentro del Gobierno como un riesgo para el plan de reformas

Lamenta que el actual contexto político en España dificulte el necesario consenso para alcanzar "acuerdos transversales" en cuestiones como la reforma laboral y la reforma de las pensiones.

Imagen de la célebre discusión entre María Jesús Montero y Pablo Iglesias en el Congreso
Imagen de la célebre discusión entre María Jesús Montero y Pablo Iglesias en el Congreso
EFE

"La existencia de nuevas fuerzas en los extremos del espectro político dificulta los acuerdos por el centro porque eleva el coste político que éstos tienen para los partidos más moderados". La reflexión lleva la firma del que fuera portavoz económico de Ciudadanos y ahora es director del Centro de Políticas Económicas de Esade, Toni Roldán, y va más allá de un simple análisis político. El último 'Informe Económico y Financiero' de la escuela de negocios, que ha coordinado el propio Toni Roldán junto al profesor titular del Departamento de Análisis Económico de Esade, Josep Comajuncosa, señala el contexto de división política y más en concreto la fragmentación dentro del Gobierno como uno de los principales riesgos para el desarrollo del plan de reformas que Bruselas exige a España y que el país necesita para acelerar su recuperación económica tras el 'shock' causado por la Covid y mejorar su potencial de crecimiento.

Esade observa en este sentido que la fragmentación de la escena política supone un freno para la consecución de toda una serie de acuerdos transversales "sobre grandes cuestiones de país" entre los que Roldán ha citado este miércoles la reforma laboral o la reforma del sistema público de pensiones, que no sólo los investigadores de Esade sino también la propia Comisión Europea han recomendado que se aprueben con elevado grado de consenso político para evitar reversiones no deseadas en el futuro.

Los últimos meses han dejado un reguero de episodios que avalan la tesis formulada por el informe de Esade. Los encontronazos entre la Vicepresidencia de Asuntos Económicos y el Ministerio de Trabajo en torno a la profundidad de los ajustes a realizar sobre la reforma laboral aprobada por el PP en 2012, y aplaudida tanto por las autoridades europeas como los organismos internacionales, o las tensiones internas entre José Luis Escrivá y el área de Gobierno de Podemos en torno a la propuesta de reforma de las pensiones a enviar a Bruselas han puesto de manifiesto las distorsiones que la diferencia de sensibilidades dentro del Ejecutivo pueden generar. "A nadie se le escapa que las reformas son más fáciles de hacer con un Gobierno sostenido por una amplia mayoría, un gobierno fragmentado tiene menos capital política para desarrollar reformas", ha remachado Toni Roldán.

No es el único riesgo que observan los analistas de la escuela de negocios a la hora de implementar las reformas que necesita el país. El informe recuerda que la laxitud de las condiciones financieras - los bajos de tipos de interés, en otras palabras - suelen retrasar los procesos de adopción de reformas y es un contexto que probablemente se prolongue durante algunos meses más como ya han avanzado las autoridades monetarias.

España tendrá más dificultades para recuperarse

El informe advierte asimismo que la economía española tendrá probablemente más dificultades para recuperarse que otras economías europeas por los problemas en el proceso de vacunación, el mayor peso de los sectores más afectados por la crisis pandémica en la economía - todos los servicios asociados a relaciones sociales - y por el menor tamaño comparativo de sus empresas respecto a otros países. Es decir, por la mayor representatividad de las pymes en la economía, precisamente el segmento que más ha sufrido la crisis.

También, admiten desde Esade, por el menor margen fiscal que tiene España para abordar políticas de apoyo al tejido productivo, que los analistas de la escuela de negocios consideran vitales para evitar que los problemas de solvencia de las pymes generen una reacción en cadena que se filtre primero a las grandes empresas y en último lugar al sector financiero.

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