¿España, primera de la clase? Bruselas le sube la nota mientras le tira de las orejas

  • La Comisión eleva dos décimas su previsión de avance del PIB en 2019, hasta el 2,3%, pero hay asignaturas pendientes: paro, deuda... y desigualdad.
El comisario europeo de Economía y Finanzas, Pierre Moscovici (izq), conversa con la ministra de Economía española, Nadia Calviño, a su llegada a la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la UE este martes en Bruselas (Bélgica)
El comisario europeo de Economía y Finanzas, Pierre Moscovici (izq), conversa con la ministra de Economía española, Nadia Calviño, a su llegada a la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la UE este martes en Bruselas (Bélgica)
EFE/ Olivier Hosle

La primera de la clase también tiene que ponerse las pilas. La economía española, la que más crece en el área del euro, se va de vacaciones con buena nota, pero con los deberes sin hacer y más de un asterisco en el boletín. En su evaluación de verano Bruselas ha mejorado su previsión de crecimiento para España hasta el 2,3% en 2019, pero este optimismo que parece ignorar cualquier impacto del bloqueo político en la actividad económica no está exento de advertencias. Las asignaturas pendientes son las de siempre: el paro, la desigualdad, las finanzas públicas y, en definitiva, la puesta en marcha de reformas estructurales que permitan conformar un colchón resistente a eventuales 'shocks' cíclicos.

¿Qué ha pasado en los dos últimos meses para que la Comisión Europea (CE) eleve en dos décimas su estimación de avance del PIB para este año? En las previsiones económicas de primavera que publicó en mayo dijo que la economía española crecería un 2,1% en 2019. Ahora cree que lo hará un 2,3% y entre medias no se ha adoptado ninguna medida de política económica, básicamente porque el Gobierno ha estado en funciones desde la celebración de las elecciones generales el pasado 28 de abril y los políticos todavía no se han puesto de acuerdo para poner en marcha un nuevo Ejecutivo.

La gran sorpresa es que la economía está avanzando por encima de lo inicialmente previsto y mostrando una especial fortaleza en un contexto de debilitamiento del entorno europeo y mundial. Las principales amenazas (el proteccionismo de Donald Trump y su guerra comercial abierta con China, el retroceso de México y Brasil, los tambores de encarecimiento del precio del petróleo, la posibilidad de una salida a las bravas de Reino Unido de la Unión Europea...) siguen ahí. Pero no parecen afectar a España, al menos por el momento.

"Los riesgos han aumentado claramente", lamentó el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, durante la presentación de las previsiones de verano la semana pasada. España no es ajena en absoluto a esas adversidades pero sí es el país que mejor las está capeando del entorno europeo. El PIB registró un buen inicio de año con un avance trimestral del 0,7% debido a la contribución de las exportaciones netas, mientras que las importaciones se contrajeron ligeramente y la dinámica inversión en equipamiento y vivienda compensó el débil crecimiento del consumo.

Este buen desempeño de los indicadores macro se produce en un momento de absoluta inestabilidad política. A horas de enfrentarse al debate de investidura en el Congreso de los Diputados, Pedro Sánchez no tiene ni mucho menos atados los apoyos y la posibilidad de la repetición de las elecciones generales en noviembre cada vez va tomando más fuerza. Pero eso no parece preocupar a las instituciones europeas. “Las previsiones se han hecho con solidez y la evolución económica es buena. No es la primera vez que hay incertidumbre en España y aun así progresa. Y yo me alegro”, sostuvo el comisario Moscovici.

Optimismo a corto plazo

Con todo, la Comisión ve con mejores ojos que hace solo dos meses el futuro de la economía española. Eso sí, el más inmediato. Bruselas ha mejorado sus previsiones para 2019 pero ha mantenido inalterados sus cálculos para el ejercicio 2020, momento en el que prevé que el PIB crezca un 1,9%. Y es que, a pesar de que pudiera parecer que la economía va por un lado y la política por otro, para las autoridades comunitarias no pasa desapercibido que España lleva prácticamente siete años sin acometer reformas estructurales de calado. 

Y aquí viene el tirón de orejas. Tanto en el Semestre Europeo 2019 como en la recomendación del Consejo relativa al Programa Nacional de Reformas y al Programa de Estabilidad de 2019 de España, emitido hace apenas un mes, se abordan las asignaturas pendientes (y urgentes) de la economía española. Una vez abandonado el procedimiento por déficit excesivo tras reducir los números rojos por debajo del 3% del PIB todos los focos se ponen ahora sobre la elevada deuda pública (en torno al 99% del PIB), la excesiva tasa de paro (más del 14% de la población activa), la precariedad del mercado laboral, con la temporalidad y los bajos salarios a la orden del día, el envejecimiento de la población...

El foco en la desigualdad

Los retos son muchos, pero los últimos informes de las autoridades europeas llaman especialmente la atención sobre un aspecto concreto: la desigualdad. Después de cinco años de crecimiento económico España ha recuperado el PIB previo a la crisis pero las cicatrices de la recesión son profundas y tienen importantes consecuencias para la cohesión social. En el Semestre Europeo la Comisión advertía de los riesgos del elevado desempleo, del abuso de los contratos temporales y de la elevada proporción de ciudadanos españoles en riesgo de pobreza. 

"El desempleo está disminuyendo rápidamente, lo que a su vez da lugar a una ligera reducción de la pobreza y de la exclusión social. Sin embargo, sigue habiendo demasiadas personas desempleadas o con contratos temporales, y la desigualdad de renta es pronunciada", consta en el documento de la CE. Esta misma semana la agencia estadística Eurostat constataba que España es el tercer país europeo con más desigualdad en los ingresos de sus ciudadanos, solo por detrás de Bulgaria y Lituania.

Pese a todo, la Comisión es optimista respecto a España y por eso ha mejorado su previsión de crecimiento en pleno bloqueo político. También está en los planes del Gobierno español en funciones tocar al alza el cuadro macro, según anunció la ministra de Economía, Nadia Calviño. Todo esto, por cierto, mientras los Presupuestos que diseñó Cristóbal Montoro para 2018 siguen en funcionamiento en ausencia de cuentas públicas para este año... y a este paso se prorrogarán también en 2020, porque hasta que no se forme Gobierno no se empezará a trabajar en los nuevos PGE. La economía volverá a presentarse a examen después de las vacaciones, cuando llegará la Comisión con sus previsiones de otoño.

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