"Poco se puede hacer a corto plazo"

España confía en el perte eléctrico para desterrar su sumisión a los chips de Asia

La actual carestía de semiconductores en el mercado global ha tambaleado las cadenas de valor, poniendo en riesgo la viabilidad de las fábricas del país. El Gobierno trata de responder con una medida a corto plazo.

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, en la inauguración del IV Congreso Industria Conectada 4.0, en La Nave, a 13 de octubre de 2021, en Madrid (España). El Congreso de Industria Conectada 4.0 de este año tiene como temas principales el protagonismo de la industria española en el proceso de recuperación económica del país, el estado del arte de las empresas industriales y las últimas novedades en los programas de ayuda y financiación de la Estrategia Nacional Industria Conectada 4.0. Además, este miércoles, durante la celebración del Congreso, está prevista la entrega de los III Premios Nacionales Industria Conectada 4.0.
13 OCTUBRE 2021;CONGRESO;INDUSTRIA;INDUSTRIA CONECTADA;LA NAVE
Ricardo Rubio / Europa Press
13/10/2021
España confía en el perte eléctrico para desterrar su sumisión a los chips de Asia.
Europa Press

Entre las carreteras taiwanesas de Nanke y Huanxi se erige un edificio de poca altura -que alterna colores grisáceos y blancos- y que está rodeado de fauna tropical. A este paisaje se le unen los nubarrones provocados por los últimos coletazos de los monzones -típicos de la isla-, que reflejan un panorama aún más misterioso. Esta oficina descrita es la sede corporativa de TSMC, la empresa de fabricación de semiconductores más grande del mundo y que tiene en vilo a centenares de gobiernos, que miran de reojo las decisiones que toman, ante su notoria dependencia por los componentes que producen

El desarrollo de la tecnología 5G, la inteligencia artificial o los vehículos eléctricos tienen algo en común: todos ellos necesitan de los microchips para poder funcionar. Esto ha tenido un efecto colateral en la economía mundial: una desmesurada demanda que ha desequilibrado la oferta y, por ende, ha provocado una carestía de este bien y un aumento en su precio. Entre los incontables perjudicados está España, donde sus fábricas -principalmente las de automoción- ante la escasez de este componente 'clave' en las cadenas de valor, se han visto ante la necesidad de llevar a cabo cierres temporales en sus fábricas. Un contexto que alarma al Ejecutivo por la posibilidad de que este 'shock' en la producción de coches pueda afectar al PIB del país.

A medio plazo, el equipo económico de Reyes Maroto tiene entre ceja y ceja un proyecto -que ha nacido a partir de los fondos suministrados por Europa- que podría empujar a España a conseguir cierta 'autonomía' de los países asiáticos, principalmente de Corea del Sur, China y Taiwán. Así, el pasado 12 de julio de 2021 -entre las innumerables aprobaciones- se dio luz verde al plan VEC (Vehículo Eléctrico y Conectado), con el que se busca "crear en España el ecosistema necesario para el desarrollo y la fabricación de vehículos eléctricos y conectados a la red y convertir a España en el Hub Europeo de electromovilidad". Se prevé que el proyecto tenga una inversión total de más de 24.000 millones de euros en el periodo 2021-2023, con una contribución del sector público de 4.295 millones de euros y una inversión privada de 19.714 millones.

Sin embargo, para llevar a cabo esa realidad es necesario un abastecimiento de semiconductores y microchips considerable. Así, el Ministerio de Industria manifestó su interés en participar en un nuevo programa llamado PIICE (Proyectos Importantes de Interés Común Europeo), un mecanismo que tiene como fin reducir la dependencia de estos componentes, que monopolizan los coreanos y taiwaneses. Según la consultora Deloitte, esto permitirá convertir el perte eléctrico en un "eje transformacional de la industria de automoción".

Fuentes del Ministerio de Industria aseguran a La Información que el problema no solo es por una falta de semiconductores, sino que es un proceso más complejo, "el cuello de botella también puede venir del propio encapsulado (la etapa final de la cadena de valor)". Por otro lado, afirman que buscan apostar por tecnología que ayude a la creación de semiconductores, "hay un know-how muy importante en Valencia relacionado con la fotónica que buscamos potenciar". Por último, sentencia: "Aunque ahora nos pusiéramos a montar fábricas no serviría de nada (en este momento hay 20 en construcción). Para 2022 el problema de falta de semiconductores para la automoción estará solucionado".

El economista Miguel Anxo Bastos cree que "poco se puede hacer a corto plazo" ya que, aunque se establecieran plantas en Europa, éstas "tardarían mucho tiempo en funcionar" y, además, "nada impediría que los insumos necesarios no tuviesen ruptura de stock". Para el economista, la única solución "a corto plazo" sería "almacenar algunas reservas", una 'vieja idea' que cree que en estos momentos tendría validez. Por otro lado, rechaza que este problema de suministro sea "culpa" de la globalización y achaca este contratiempo que sufren los países a "los diseños 'just in time', que incitan a no tener costes de almacenamiento e ir consumiendo a medida que se va suministrando".

"La crisis que hoy nos afecta es coyuntural, por lo que los cortes en la cadena de suministro deben ser transitorios", dice el economista Francisco Coll Morales, que advierte, "si queremos acabar con esa dependencia, la solución pasa por incrementar nuestro tejido productivo relacionado con la producción de semiconductores". El economista enumera una serie de efectos a "medio plazo" que pueden surgir por a esta 'sumisión' ante los países asiáticos: "El encarecimiento de los costes, la escasez de determinados bienes en el mercado, así como las propias consecuencias que tendrían los sectores afectados, como la destrucción de empresas y empleo y los deterioros de las rentas de las familias".

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