España está entre los 9 países europeos con más trabajadores subcualificados

  • España es uno de los nueve países europeos que tiene más trabajadores con cualificaciones inferiores a las que requiere su puesto, con un 42 por ciento de empleados en esta situación, según un informe publicado hoy por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Ginebra, 29 oct.- España es uno de los nueve países europeos que tiene más trabajadores con cualificaciones inferiores a las que requiere su puesto, con un 42 por ciento de empleados en esta situación, según un informe publicado hoy por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La diferencia es muy significativa en cuanto al impacto distinto que tiene esto en mujeres y hombres españoles, con un 52 por ciento de trabajadores masculinos con bajas cualificaciones, frente a un 31 por ciento de empleadas.

En total, en nueve países más del 25 por ciento de los trabajadores tienen cualificaciones inferiores a las que necesitan, grupo que completan Bélgica, Islandia, Kosovo, Holanda, Polonia, España, Suiza y Reino Unido.

Sobre el caso español, el economista jefe de la OIT, Theo Sparreboom, explicó a Efe que en España "los niveles de baja educación son relativamente altos tanto en el conjunto de trabajadores como entre los jóvenes".

"Esto significa que todavía muchos trabajadores carecen del nivel de educación -sea primaria, secundaria o terciaria- que necesitan en su empleo, a pesar de que los avances positivos que se observan en España", agregó.

Sparreboom aclaró que esto "por supuesto no significa que no haya personas con educación universitaria que están desempleadas".

De manera general, la OIT confirma en su informe que los desajustes entre las competencias de los trabajadores y las que realmente deberían tener para desempeñar sus funciones es un problema en todos los países, en mayor o menor escala.

Las informaciones recopiladas y analizadas de 24 países europeos indican que entre el 10 y 20 por ciento de trabajadores están sobrecualificados y entre el 15 y el 25 por ciento subcualificados.

El caso más extremo de la última categoría es Portugal, con el 52 por ciento de trabajadores subcualificados.

En el extremo opuesto está Rusia, con el 44 por ciento de trabajadores sobrecualificados, una situación en la que se encuentra el 10 por ciento de trabajadores españoles.

Si se desglosa ese porcentaje se observa que un 6 por ciento de casos corresponden a hombres, un 15 por ciento a mujeres, y un 19 por ciento a jóvenes en general.

A modo de comparación, sólo la mitad de jóvenes (11,7 por ciento) en Alemania enfrentan una situación de ese tipo.

Las variaciones, sin embargo, son importantes entre un país y otros, con casos como los de Holanda, Polonia, Portugal y Suiza, donde menos del 6 por ciento de trabajadores están sobrecualificados.

En la década bajo análisis (2002 a 2012) y por razones que se atribuyen a la crisis económica, la sobrecualificación de trabajadores aumentó en la mayoría de países, mientras que la subcualificación siguió la tendencia inversa, reduciéndose en casi un 9 por ciento.

Así, la sobrecualificación de trabajadores aumentó de manera general un 3,6 por ciento y sólo Irlanda, Polonia, Israel y Eslovenia pudieron sustraerse a este fenómeno.

Según los análisis realizados, los trabajadores sobreeducados enfrentan varias desventajas si se les compara con aquellos que cumplen labores ajustadas a sus competencias.

Por ejemplo, aunque los sobreducados suelen ganar más que los que tienen la formación específica para el mismo puesto, el rendimiento por los años de estudios es mucho más bajo.

Además, suelen ser trabajadores desmotivados y con poca lealtad hacia sus empleadores porque pueden tener la expectativa permanente de encontrar un empleo más adecuado a su formación.

La OIT asegura en su informe que mujeres y jóvenes están sobrerrepresentados entre los trabajadores sobrecualificados, una situación que se atribuye a varios factores.

Entre ellos las presiones que reciben las mujeres para conciliar vida familiar y laboral, así como la alta participación de éstas en los empleos fuera de los estándares (a tiempo parcial, por ejemplo) y, eventualmente, la discriminación.

Ante este escenario, la OIT recordó a los gobiernos que no es suficiente mejorar el mercado laboral si las competencias de los trabajadores no son aquellas que buscan los empleadores.

La principal solución que propone pasa por un sistema de aprendizaje, como el que funciona con éxito en Suiza y que tiene como característica central relacionar el aula de clases con el lugar de trabajo donde el estudiante se forma.

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