"Inestabilidad cíclica, abusos, contaminación..."

España no es país para empresarios: las lecciones que llevan los libros de texto

En muchas publicaciones, una multinacional es sinónimo de Darth Vader. A ojos de los norteamericanos, los españoles no son emprendedores porque prefieren el confort de una oposición a crear su propio proyecto.

Gráfico libras de texto. Tema Salas. Domingo
España no es país para empresarios: las lecciones que les dan los libros de texto.
Nerea de Bilbao (Infografía)

Un exsecretario de Estado de Comercio español entró a un aula llena de adolescentes y al final de su charla sobre economía preguntó cuántos de ellos deseaban convertirse en empresarios. Solo una chica levantó la mano. Un director de cine llamado Fernando León de Aranoa ganó este año de 2022 el Goya a la mejor película y al mejor guion (entre otros) por 'El buen patrón'. Los espectadores vieron a un empresario malvado, torcido, abusador y vengativo que echa a la calle a trabajadores ejemplares. Un actor malagueño llamado Antonio Banderas renunció en 2017 al proyecto de crear un nuevo centro cultural en los antiguos cines Astoria y Victoria de Málaga tras los "insultos" y "el trato humillante" que recibió el proyecto de los partidos políticos de izquierdas como Málaga Ahora e IU-Málaga para la Gente.

Todo esto se podría denominar “España no es país para empresarios”. Tampoco es de extrañar porque ya desde jóvenes los españoles aprenden en los libros de texto de bachillerato que las empresas suelen ser muy malvadas. Juan Rosell, ex presidente de la CEOE, denunciaba en 2017 que los libros de texto “ridiculizan” a los empresarios. “Parece que los empresarios y empresas son un acto de perdición y lo único que hacemos es robar y no crear empleo ni nada”. Para él, era “catastrófico” y “uno de los problemas más grandes del país”. Le dolía mucho intentar ir a las universidades para divulgar un poco el emprendimiento, pero les cerraban las puertas. Reconocía que entre los empresarios “hay buenos, malos y regulares”, como en todas las profesiones, pero para los pedagogos que redactaban los libros de texto, solo había una interpretación: eran malos.

En 2017, el Círculo de Empresarios presentó el informe “Empresarios y bachilleres. La imagen del empresario en los libros de texto”, escrito por los profesores José Luis García Delgado, Juan Carlos Jiménez y Manuel Martín Rodríguez, y editado por el Círculo de Empresarios. Era una antología de torpedos contra la empresa como un texto de SM que dice: “…las empresas siguen aumentando sus beneficios, al tiempo que crecen las desigualdades entre países ricos y pobres”. Causa y efecto. Para un libro de McGraw Hill: “Si el genial economista [Adam Smith] viviera hoy, diría que la mano invisible trabaja para las multinacionales”.

Los autores que elaboraron el compendio de libros de texto anti-emprendimiento se referían a los textos de Economía, Economía de Empresa, Historia y Geografía se enseñan en bachillerato, edad en la que según ellos, se forman las vocaciones. El texto de McGraw-Hill dice que en la economía de mercado hay “inestabilidad cíclica, escasez de bienes no rentables, deterioro del medio ambiente, abusos de las empresas y distribución desigual de la renta”. Argumentos más que suficientes para dedicarse a hacer oposiciones y olvidarse de emprender un negocio.

En muchos libros de texto, una multinacional es sinónimo de Darth Vader. “Buena parte de las grandes empresas españolas son multinacionales de capital extranjero con poco arraigo en el territorio, que se instalaron hace tiempo en España atraídas por un mercado de consumo en expansión o por los bajos salarios de los trabajadores. Muchas de estas grandes empresas se trasladan ahora hacia los países que ofrecen esas mismas condiciones (...)”, dice el informe del Círculo de Economía de 2017. La inversión extranjera tiene “un enfoque sólo económico, hace traslados sin considerar los efectos sociales, explota los recursos naturales y no reinvierte los beneficios en el territorio”.

El profesor de Economía José Sande, que enseña en un instituto en Galicia, recalcaba en su blog que los libros de texto “desvirtúan el papel de los empresarios españoles”. Sande lleva criticando los libros que él mismo, por desgracia, tiene que emplear para sus clases. La tendencia anti-empresarial no es solo territorio de los libros de texto de bachillerato. La biografía empresarial más vendida en Amazon España es la del empresario Florentino Pérez, presidente de ACS y del Real Madrid. La reseña editorial dice así: “Surgido al calor de la pequeña burguesía franquista y del aprendizaje de una carrera política frustrada, Florentino Pérez se ha erigido como uno de los máximos exponentes de la oligarquía española”. Franquista, político frustrado, oligarca… Por cierto, en Amazon España la autobiografía de Pablo Iglesias, en la que el político cuenta de forma inmodesta su vida, es más vendida que la de Rafa Nadal y Florentino Pérez. 

A ojos de los norteamericanos, la sociedad española no es muy emprendedora porque prefiere el confort. Es lo que afirma Karen F., una profesora que lleva muchos años en España y que no deja de asombrarse. “Aquí el ideal de muchos jóvenes es hacer oposiciones, no emprender su propio proyecto, como hacemos en EEUU”. Hace algunos años, el diario 'El Mundo' publicaba la historia de un matrimonio que cerraba su negocio de mascotas en Extremadura, porque su tienda no daba para mucho. Se pusieron a preparar oposiciones y estaban felices porque habían ganado dos plazas de Correos en Cataluña.

Su tesis es que todo depende del patrimonio que uno hereda, no de los esfuerzos.

Muchos negocios fracasan por la falta de formación económica y empresarial desde la escuela. No es de extrañar, que el 90% de las iniciativas fracasan antes de cuatro años. De ahí la importancia del libro de Fernando Trías de Bes 'El libro negro del emprendedor' cuya principal enseñanza es que los jóvenes emprendedores confunden sus sueños con la realidad. “Solo el 3% de los manuales de empresa se dedican a explicar por qué”, dice la contraportada del libro. Nadie les dijo nunca en clase de bachiller a los futuros emprendedores que la clave de un negocio es que los ingresos sean superiores a los gastos, y eso suele suceder algunos años después de lanzada la empresa. La idea de “empresario malvado” se difunde incluso desde el Gobierno. Hace pocas semanas, Ione Belarra, la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, dijo en su cuenta en Twitter: “Que la meritocracia es un mito que usan las élites para justificar sus éxitos laborales y empresariales es algo que sabe toda España”. Su tesis es que todo depende del patrimonio que uno hereda, no de los esfuerzos. Belarra no se dio cuenta de que el empresario más rico de España no se ajusta a esa definición.

Cuando tenía 12 años, y acompañaba a su madre a una tienda, Amancio Ortega oyó que el tendero les decía que no les podía fiar más. Ortega dejó sus estudios y se dedicó a trabajar. Hoy es la persona más rica de España y una de las más ricas del mundo. Ha logrado convertir a Inditex (Zara) en la mayor empresa textil del mundo. Da trabajo a 162.000 personas en 6.477 tiendas y 215 mercados. Y todo lo logró por su persistencia, no por su herencia. Pero cuando Amancio Ortega, el fundador de Inditex, hace alguna donación de equipos médicos a los hospitales españoles, se levanta una polvareda en las redes sociales y en determinados sectores políticos. El argumento es que el empresario lo hace “para deducirse impuestos por las donaciones”. El argumento “empresario malvado” ha ido calando en el inconsciente colectivo español. Cada vez que se realiza una encuesta sobre los colectivos más valorados por los españoles, los empresarios suspenden.

Pero, para ser honestos, la percepción ha cambiado sobre todo si se compara con la imagen de hace 20 o 30 años. En 2003, el Círculo de Empresarios comenzó su serie de estudios de los libros de texto de bachillerato realizado por el catedrático Manuel Jesús González. Se titulaba 'El empresario y la economía de mercado' y se agotó. En un 40% de los manuales de Historia de Bachillerato, el catedrático encontró una “postura hostil a la empresa y al sistema de libre empresa”. Al ver lo que estudiaban los jóvenes de entonces, con tristeza decía el Círculo que era previsible que los alumnos “se orienten más bien hacia formas, esquemas y principios económicos ya fracasados en todo el mundo”. En 2014, el Círculo encargó una encuesta a Metroscopia sobre la imagen de los empresarios y, para su sorpresa, ya aprobaban en la opinión popular. Las cosas habían ido cambiando, pues en algunos manuales ya se empezó a leer que la inversión extranjera también “crea empleo, innova y genera avances sociales”.

Sin embargo, los libros de texto más recientes que se adaptan a los nuevos programas, vuelven a una añeja teoría de la conspiración empresarial de los años ochenta. En un texto de la editorial Vicens Vives se denuncia “el creciente poder de los medios de comunicación sobre la opinión de la sociedad, fácilmente manipulada y controlada por grandes grupos de poder mediático”. Interpretaciones que quizá eran válidas hace cuarenta años. Pero hoy una TikToker o un Ibai Llanos –que suelen ser emprendedores autónomos con canales de comunicación personal y millones de seguidores–tienen más influencia económica y social que los grandes grupos mediáticos.

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