España acumula bajo tierra montañas del 'oro tecnológico' por el que suspira China

Tierras raras
Tierras raras
Archivo

Escandio, itrio, lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometeo, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio. Diecisiete elementos químicos conocidos como tierras raras. Imprescindibles en la industria tecnológica y militar para, por ejemplo, fabricar imanes permanentes que permiten el desarrollo de los motores eléctricos, para el almacenado de datos informáticos, crear los colores rojos de las pantallas planas de televisión, rayos láser, la industria cerámica y del vidrio, los cristales de las gafas de los soldadores,  smartphones, auriculares, altavoces, discos duros de ordenadores, sensores, refino de petróleo, misiles, fibras ópticas, baterías nucleares, turbinas eólicas, tubos de rayos X, microondas... 

China acapara el 95% de la producción y el comercio mundial de estos elementos, 160.000 toneladas al año, y es una de sus grandes 'armas' en la guerra comercial que libra con los Estados Unidos de Donald Trump. En España, que importa todos los años 550 toneladas, hay, que se sepa, dos grandes yacimientos de tierras raras, en Campo de Montiel (Ciudad Real), el llamado proyecto Matamulas, y en el monte Galiñeiro en Pontevedra, entre Vigo y Gondomar, pero se desechó explotarlos por razones medioambientales. 

"España y la Unión Europea tienen las legislaciones más restrictivas en materia de explotación de yacimientos de tierras raras", explica el presidente del Ilustre Colegio de Geólogos de España, Manuel Regueiro, "pero es indudable que deberíamos investigar más en este tema. De hecho, la UE está muy preocupada por la situación y comienza a impulsar la búsqueda e investigación en estos temas". Y es que en la UE no existe, actualmente, ni un solo yacimiento en explotación. Todo, o casi todo, está en manos chinas. Si se hubieran puesto en marcha las citadas dos explotaciones antes citadas en Ciudad Real, a las que el Gobierno del socialista García Page y de Podemos denegó el permiso de explotación de la mina a la compañía australiana Quantum, y Galicia, "España sería toda una potencia mundial en tierras raras" y acapararía el 25% de la producción y el comercio de estos minerales en todo el planeta. 

Cuando el pasado verano la Administración estadounidense capitaneada por Donald Trump quiso comprar Groenlandia a Dinamarca no fue una 'locura' más del inquilino de la Casa Blanca. Trump pretendía protegerse ante la amenaza china de restringir el comercio de tierras raras. Groenlandia dispone de una de las mayores reservas de tierras raras del mundo. De hecho, Estados Unidos ha firmado con Canadá un acuerdo para el suministro de estos diecisiete elementos imprescindibles en la industria moderna. El llamado 'oro tecnológico'. 

La cuestión no es que haya escasez de estos recursos en el planeta. Se estima que la producción mundial de óxidos de tierras raras es del orden de 160.000 toneladas al año, de las que el 95% proceden de China, y las reservas se cifran entre 80 y 120 millones de toneladas, suficiente para cubrir la demanda de los próximos 625 años. El problema, que esas reservas están fundamentalmente en China.

Según el presidente de los geólogos españoles, que atiende a La Información desde una jornadas europeas sobre nuevos yacimientos de materias primas, "España desaprovecha la explotación de unos recursos", en el caso de las tierras raras, "que luego debe de importar". Regueiro explica que "éste de las tierras raras es un tema relativamente nuevo y no se ha hecho nunca en España una exploración para conocer los yacimientos que puede haber y los que existen, los dos que hay, están parados por cuestiones ambientales".  En este sentido, el geólogo considera que "la explotación de un  yacimiento de tierras raras es como la explotación de cualquier otro yacimiento mineral. Plantea problemas técnicos y medioambientales, pero éstos pueden resolverse.

En concreto, el de Matamulas en Ciudad Real sería como cualquier yacimiento de áridos, como una gravera, de las muchas que hay en España". España "no es un gran consumidor de tierras raras, aunque si explotara sus recursos podría ser un estupendo exportador, pero hay que tomar la decisión sobre si explotar nuestros recursos y ser una potencia mundial o dejar nuestros yacimientos ahí sin utilizarlos".

Las tierras raras, realmente, "ni son tierras ni son raras", son elementos, óxidos, mezclados con cierto tipo de rocas, en mayor o menor medida, pero que se han convertido en imprescindibles para la industria moderna y tecnológica. Es el nuevo 'oro tecnológico'. Son elementos que se venden en pequeñas cantidades, por kilos y no por toneladas, y "suben de precio cada año", como el oro. En la actualidad son muy preciados, como el litio, también llamado 'oro blanco', vital para las baterías.

Los precios de los elementos químicos considerados como tierras raras van desde los 1,80 dólares el kilo de lantano; 1,70, el cerio; 40 el neodimio, 48, el praseodimio; el europio, 85; el disprosio, 201 o el terbio, 370 dólares el kilo... " Estos son los precios por kilo de estos elementos, que han sustituido a otros elementos en la fabricación de ciertos dispositivos porque mejoran el rendimiento de los mismos. Si dejas de utilizar las tierras raras tú móvil tiene menos rendimientos porque ya no tienes el elemento que posee las propiedades fisicoquímicas para hacerlo... ¿Voy a comprar un móvil que es peor? ¿O un coche? ¿O un aerogenerador que tenga menos rendimiento? No. Estas cosas se han introducido en los procesos industriales porque mejoran el rendimiento electrónico de los equipos". Por ejemplo, el terbio, el más caro, se utiliza en equipos de defensa, en imanes para móviles, pantallas de televisión, en la iluminación fluorescente, en los láser, en la fibra óptica, en las turbinas eólicas o en las lámparas de bajo consumo...

Según la empresa que pretendía explotarla, el yacimiento castellanomanchego de tierras raras podría haber producido 2.100 toneladas al año, un 30% más de todas las que consume Europa en un año, y cantidad suficiente para construir 10.000 aerogeneradores eléctricos o 340.000 vehículos eléctricos o híbridos. El del monte Galiñeiro, en Pontevedra, que fue explorado por inversores sudafricanos, Umbono, podría llegar a producir 2.800 toneladas al año de tierras raras, según las estimaciones llevadas a cabo, "y convertir a España en una auténtica potencia mundial en la explotación de estos recursos".

Regueiro cuenta cómo hace unos días se encontraba en Ecuador viendo una mina de oro. "En esa mina hay una planta de tratamiento para sacar el concentrado de oro y luego del proceso queda un residuo que es tratado como estéril. Pues ese estéril lo está comprando China a 25 dólares la tonelada. ¿Por qué está pagando China a 25 dólares la tonelada de un estéril? La razón no la sabemos todavía, pero la sospecha es que ese estéril tenga tierras raras". En España se desechó explotar las dos minas. Una, la de Ciudad Real, porque consumía mucha agua y era una tierra de paso del lince ibérico o podía modificar el hábitat de especies amenazadas como el águila imperial. La otra, la gallega, porque iba a modificar mucho el paisaje. Las tierras raras, el 'oro' del futuro.  

Mostrar comentarios