España propone a la ue revisar la "insuficiente" movilidad laboral de los trabajadores europeos


El Gobierno de Mariano Rajoy ha propuesto a la Unión Europea revisar la insuficiente movilidad laboral de los trabajadores europeos para evitar así el impacto de eventuales crisis económicas y su impacto “asimétrico” sobre los países europeos.
Así consta en la propuesta de contribución al debate sobre la Gobernanza de la Unión Económica y Monetaria (UEM) presentada hoy por España a Bruselas en la que recoge los principales retos a los que se enfrente el área euro.
“El Área Euro carece de suficiente movilidad de la mano de obra (mientras que los movimientos de capitales no tienen restricciones). Esta combinación ha amplificado la volatilidad de los shocks asimétricos y dificultado un ajuste eficiente dentro de la UEM”, señala el texto.
En este sentido, el Gobierno explica que los desequilibrios no se podían absorber con un trasvase de trabajadores entre países, sino por ajustes en el número de empleados y desempleados en cada país. “En última instancia esto llevó, en algunos países, a incrementos dramáticos en el número de desempleados”, sostiene la propuesta española.
Por tanto, España recomienda a Bruselas el lanzamiento de un Libro Verde antes de finalizar el año 2017, sobre “Unión del Mercado Laboral” que serviría “como un primer análisis de todos los elementos necesarios para alcanzar la máxima movilidad de los trabajadores”.
Así, el Ejecutivo propone profundizar en las iniciativas existentes como las previstas en el paquete de movilidad laboral (en particular, medidas de mejora de la coordinación en los sistemas de seguridad social); iniciativas en el ámbito de la educación y el reconocimiento de títulos profesionales; barreras lingüísticas y/o culturales)
“El objetivo de este proceso sería asegurar la coherencia en los múltiples ámbitos relacionados con la movilidad laboral, identificar los cambios legislativos necesarios, y enviar una fuerte señal de determinación política”, explica el documento hecho público este miércoles.
Por otra parte, el Gobierno reconoce que el Área Euro “no tiene una adecuada flexibilidad de precios y rentas”. Además, en los años previos a la crisis, las “rigideces nominales y reales” a nivel nacional “retrasaron los ajustes necesarios” en precios y salarios.
“En algunos países, la política monetaria resultó excesivamente laxa, llevando a tipos de cambios reales negativos. Estas condiciones financieras distorsionaron el comportamiento racional de los agentes económicos y provocaron un excesivo endeudamiento y la acumulación de desequilibrios”, destaca España, tras subrayar que “estas circunstancias también alimentaron importantes pérdidas de competitividad en algunos estados”.
De acuerdo con el documento del Gobierno, otra condición “esencial” es la existencia de un mercado interior “verdaderamente operativo”. “La fragmentación del mercado aumenta las divergencias entre países en sus respectivas situaciones cíclicas, lo cual es una fuente de inestabilidad para la unión monetaria y dificulta la implementación de una política monetaria única”, añaden.
En este sentido, el Ejecutivo considera que las consecuencias fueron “especialmente graves” en el sector financiero, puesto que la UEM tenía un sector bancario fragmentado y, en particular, un sector bancario minorista fragmentado. “Este hecho, que todavía no se ha afrontado suficientemente en el contexto de la Unión Bancaria, agravó la acumulación de desequilibrios”.
DÉFICITS FISCALES
El documento del Gobierno español recoge además que otro de los rasgos importantes de la crisis financiera de 2008 fue que también provocó “déficits fiscales históricos”, causados en gran medida por un desplome “dramático” de los ingresos.
De este modo, en países con baja competitividad, los ingresos fiscales “dependían excesivamente de un crecimiento artificial alimentado por los tipos de interés reales negativos y la acumulación de déficits exteriores”. Con ello el estallido de la crisis generó “un fuerte deterioro de su situación fiscal”.
Aunque en esta línea, España reconoce que la Unión Bancaria, la creación de instrumentos de apoyo al sector financiero en el marco del MEDE y las medidas de liquidez adoptadas por el BCE “han roto el círculo vicioso entre sector bancario y deuda soberana”.
Según el Ejecutivo, el punto clave ahora es cómo avanzar hacia este escenario de medio y largo plazo, para lo cual “se necesitan tomar medidas valientes en el corto plazo para anclar expectativas y asegurar la credibilidad del proceso”.
Por último, el documento afirma que el Gobierno de España propone un enfoque “gradual”, basado en “un proceso nuevo y transparente de convergencia anclado en una hoja de ruta clara y predecible”. Este enfoque estaría inspirado en el proceso de convergencia de Maastricht.
Así, se articularía en tres etapas, cada una de las cuales incorporaría avances en cada uno de los cinco elementos identificados como esenciales: eliminar las rigideces que impiden un ajuste rápido ante shocks económicos; alcanzar niveles suficientes de movilidad laboral; materializar una Unión Fiscal “sólida”; completar el mercado interior; y transferencias de soberanía al nivel central de la UEM.

Mostrar comentarios