Su precio se dispara un 400%

España pierde la carrera del litio y se prepara para comprarlo a precio de oro

Europa importa alrededor del 90% de este material, conocido coloquialmente como el 'petróleo de los coches eléctricos' y que se encuentra en manos de países como Argentina, Chile, Australia o Afganistán. 

Campo de litio en Bolivia
España se queda atrás en la carrera del litio con sus dos proyectos estancados. 
Campo de litio en Bolivia

Las nuevas formas de movilidad abren paso a la configuración de un nuevo frente que tiene como protagonista al litio. El denominado 'oro blanco' se convertirá en muy material muy codiciado de aquí en adelante, pero que muy pocas economías explotan. En el momento actual, Australia, Chile, Argentina y China son los principales productores mundiales de este material, que sirve para producir las baterías de los coches eléctricos. Estos países junto a EEUU y Afganistán concentran casi 100 millones de toneladas de reservas descubiertas hasta la fecha, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, lo que posiciona a Europa en una clara situación de  desventaja, que le ha llevado a declarar este mineral como un material crítico para el futuro más inmediato. 

El 'Viejo Continente' depende en más del 90% de las importaciones de litio, cuya producción está concentrada en unos pocos países, y por lo tanto, al albur de un posible desabastecimiento -según la Agencia Internacional de la Energía se prevé que la demanda mundial se multiplique por 40 de aquí al año 2040-, y de unos precios de mercado que han emprendido una subida sin fin. La tonelada de carbonato de litio cotiza en estos momentos en el entorno de los 40.000 euros, hasta el punto de ser la materia prima mineral que más se ha encarecido en el año 2021, con un repunte del 400%. El litio será el petróleo de los coches eléctricos y, por ahora, a Europa y a España les ha cogido la ‘fiebre’ por este nuevo combustible, con el paso cambiado.

En España, Cataluña, Aragón, la Comunidad Valenciana o Extremadura se ‘pelean’ por atraer a sus territorios las megafactorías de ensamblaje de baterías de litio para coches eléctricos que proyectan dos consorcios en los que se encuentran el grupo Volkswagen, por un lado, y Ford por otro. Pero por el contrario, la Comunidad extremeña de Fernández Vara y el Ayuntamiento de Cáceres llevan años sin conceder el permiso de explotación del “segundo mayor depósito de litio que existe en Europa” a un consorcio formado por la australiana Infinity Lithium y la española Sacyr.

Extremadura Mining, que así se llama dicho consorcio, invertiría 530 millones de euros y crearía cerca de 2.200 empleos para la extracción de 20.000 toneladas anuales de hidróxido de litio durante los próximos 25 años. Es el llamado yacimiento de San José de Valdeflores, apenas a dos kilómetros del Cáceres. Otro de los proyectos que busca hacerse un hueco en este mercado es Lithium Iberia, también pretende extraer litio grado batería en otro municipio cacereño, Cañaveral, a razón de 30.000 toneladas anuales en las próximas dos décadas, pero la Junta de Extremadura, que ya tiene el proyecto en sus manos, de momento, se mantiene al margen

Alguno de los estudios realizados en Europa tasan las reservas de litio en su subsuelo en cerca de nueve millones de toneladas, que se ubican en Serbia, República Checa, Ucrania, España, Francia, Portugal, Alemania, Austria y Finlandia. Pero, por ahora, una legislación muy restrictiva en esta materia en toda Europa, también en España, y una gran contestación social, han propiciado que solo en Portugal se explote un yacimiento de litio. Como ejemplo, la española Rio Tinto Minera acaba de paralizar, por la contestación social, su intención de explotar una mina de litio en Serbia, con una inversión de 2.400 millones de dólares. Casi al mismo tiempo, la empresa que explota el yacimiento onubense anunciaba su intención de adquirir, por 825 millones de dólares, el yacimiento de litio de Salta (Argentina), en pleno ‘triángulo del litio’ del cono sur americano.

Una legislación muy restrictiva en toda Europa y una gran contestación social, han propiciado que solo en Portugal se explote un yacimiento de litio

Precisamente allí se encuentra la mayor reserva de litio del mundo, con alrededor de 46 millones de toneladas. En concreto, en Bolivia se encuentra el mayor depósito de litio de todo el planeta, el famoso salar de Uyuni, de 11.000 kilómetros cuadrados, algo más que la extensión de la Comunidad Foral de Navarra. "Bolivia va a poner el precio del litio para todo el mundo", llegó a decir Evo Morales hace un par de años, pero aunque ya ha empezado con los trabajos de explotación de este material en el país, las reservas  no han podido desarrollarse debido a factores técnicos, geográficos y políticos.

No muy lejos de allí, en otro país andino, Chile, el presidente Sebastián Piñera, a pocas semanas de dejar el Gobierno en manos del electo Gabriel Boric, también se suma al ‘boom’ del litio y acaba de conceder este misma semana la explotación de un total de 160.000 toneladas de litio -el 1,8 % de las reservas conocidas en el país- a dos compañías que podrán extraer y comercializarlo hasta el año 2050: la china BYD (80.000 toneladas) y a la chilena Servicios y Operaciones Mineras del Norte (otras 80.000 toneladas), por un precio de 161 millones de dólares. Chile es el segundo productor mundial, con el 32%, por detrás de Australia, que a pesar de ser el quinto país en reservas, es el máximo productor del planeta, y por delante de China y Argentina.

El litio, cuya “importancia económica y el riesgo en el suministro requiere plantearse la decisión sobre si explotar los recursos de manera responsable y disminuir la gran dependencia de las importaciones, o dejar nuestros yacimientos sin utilizar y seguir comprando las materias primas, necesarias para la transición ecológica, a otros países productores y al precio que marque el mercado internacional”, explicaba la científica del Departamento de recursos geológicos para la transición ecológica del Instituto Geológico y Minero de España (IGME - CSIC), Susana Timón Sánchez, en un artículo difundido en una publicación científica.

“Nuestra sociedad debe tomar la decisión sobre si explotar los recursos de manera responsable y disminuir la gran dependencia de las importaciones que tiene el sector, o dejar nuestros yacimientos sin utilizar y seguir comprando las materias primas, necesarias para la transición ecológica, a otros países productores y al precio que marque el mercado internacional”, remarca Timón. Mientras, el alcalde socialista de Cáceres, Luis Salaya, insiste: “el proyecto de la mina de litio de San José de Valdeflores está totalmente muerto”. Llegados a este punto, cabe preguntarse cuántos ‘barriles’ de litio deberán de comprar la UE y España a China y los talibanes para que los coches eléctricos circulen por nuestras carreteras. 

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