Luis Garicano: "Lo más dañino para la imagen de España han sido las mentiras públicas"

Luis Garicano, profesor de Economía y Estrategia de la London School of Economics, es uno de los cuatro promotores del manifiesto por una nueva ley de partidos, que fue secundado por un centenar de profesionales de primer nivel y presentado este martes ante la opinión pública. Aunque no se ve a sí mismo "ni como activista ni como movilizador social", cree que ha llegado el momento de señalar con el dedo el origen del mal que padecemos: los partidos políticos.

"Deben mejorar su democracia interna, empezando por permitir el voto secreto de sus militantes", sentencia desde Londres, su lugar de residencia habitual. ¿Un economista metido a analista político? "Mi papel es proponer ideas que sean útiles en el debate público. Y por algún sitio hay que empezar". Según él, exigir democracia interna en las fuerzas políticas es sólo el primer paso.

Leyendo su manifiesto da la impresión de que vivimos una crisis más política que económica.
Hay que distinguir la crisis original de las que estamos viviendo ahora. Una es consecuencia de la otra, pero no son exactamente lo mismo.

¿Cuál es la diferencia?
Durante el periodo de la burbuja económica se produjo un deterioro silencioso de las instituciones. La abundancia de dinero fácil las corrompió. Fue la época de las grandes construcciones y de las infraestructuras fastuosas. De no haberse producido estos excesos, quizá las instituciones políticas podrían haber seguido funcionando bien. Pero ya no. Ahora ha quedado claro que están podridas. Por eso no terminamos de superar la crisis. El origen del problema es económico, pero la causa de su persistencia es política o institucional.

Llevamos ya 5 años...
Y durará más. Va siendo hora de que asumamos ya que de esta crisis no salimos de un año para otro. No habrá una salida repentina. La reducción de la deuda enorme que tenemos, privada y pública, es un proceso lento. Llevará mucho tiempo. A eso hay que unirle la escasez del crédito, que lo va a ralentizar todo. Dudo que las cosas mejoren antes de 2015.

¿El nivel de deuda es nuestro peor índice macroeconómico?
No, el peor es el nivel de desempleo. Es el índice trágico de España, más que la deuda.

"LA OCDE HA SIDO CONSERVADORA; ME TEMO QUE LLEGAREMOS AL 30% DE PARO"

Para 2014 la OCDE prevé un paro en España del 28 por ciento.
Me pareció un dato conservador. Creo que el paro va a seguir subiendo todavía. Es lo más probable. No me extrañaría que llegase al 30 por ciento.

No es esa la impresión que traslada el gobierno. Y eso que Rajoy siempre ha presumido de decir la verdad.
Lo que más daño ha hecho a la imagen de España en el exterior, a su marca como país, han sido las mentiras públicas, las de sus responsables políticos; ellos han prometido objetivos imposibles de cumplir. Ellos aseguraron que el sistema financiero no tenía ningún problema cuando todo el mundo sabía que sus niveles de deuda y de exposición inmobiliaria estaban desbocados. La mentira, repetida machaconamente, de que teníamos el mejor sistema financiero del mundo ha sido lo que más nos ha perjudicado.

Pero esa mentira ya ha quedado en evidencia...
Sí, cuando se cayó el castillo de naipes no tuvimos más remedio que reconocer el problema. Pero aún nosfalta más transparencia para recuperar la confianza en el exterior. El Gobierno debe cumplir lo que promete. Sus objetivos deben ser claros. No puede estar haciendo trucos contables a final de año, como ha sucedido con la cifra de déficit público de 2012, posponiendo pagos y anticipando ingresos. Eso es dar pan hoy para tener hambre mañana. Nuestra credibilidad se resiente y lo estamos pagando ahora. Nos falta mucha más seriedad en esto.

"TENEMOS UN SISTEMA EDUCATIVO PENSADO PARA UNA DICTADURA, PARA QUE SEAMOS OBEDIENTES"

Necesitamos muchas reformas, pero hay que establecer prioridades. ¿Cuáles cree que son las más urgentes?
Le doy tres, a mi juicio impostergables. Primera, la educación. Segunda, la educación. Tercera, la educación. Necesitamos urgentemente mejorar nuestro capital humano, y eso pasa por reformar el sistema educativo desde primaria hasta universidad. Nuestra educación primaria es memorística, los niños se pasan aprendiendo chorradas sobre los ríos de Madrid o las montañas de Salamanca en vez de estar aprendiendo a pensar, a escribir, a leer, a razonar con lógica...

¿Y por qué cree que la España democrática aún no ha conseguido articular un plan educativo que perdure?
Porque no tenemos una educación pensada para una democracia, sino para una dictadura, esto eso, para ser obedientes. Mira lo que pasa en las clases de la universidad: un profesor imparte una lección magistral y todos los alumnos callan mientras toman apuntes. Es un sistema educativo decimonónico, no sirve absolutamente para nada en el siglo XXI. Y cada vez que hablamos de Educación nos pasamos dando vueltas a debates bobos como "religión sí" o "religión no", sin meternos en los asuntos de fondo. Como por ejemplo, el drama de los muchísimos desempleados que hay sin tener siquiera el graduado escolar.

Pero sus efectos no se ven a corto plazo.
Ya, eso nos decían también cuando decíamos lo mismo en 2007. Entonces propusimos muchas medidas que de haberse llevado a cabo ya estaríamos cosechando frutos. Por ejemplo, los niños que hace seis años empezaron secundaria estarían ahora ingresando en la universidad con mucho mejor nivel de inglés, de matemáticas, de razonamiento lógico. Lo que no puedes pretender es arreglar la educación con reformillas de un día para otro.

"NO PODEMOS CONSENTIR QUE HAYA FUNCIONARIOS QUE SE MATEN A TRABAJAR MIENTRAS OTROS HACEN EL VAGO"

¿Es para usted "una reformilla" la ley Wert?
Desde luego, no es la solución al problema que estoy denunciando. En España no se necesita una ley educativa de izquierdas o de derechas; sino un sistema educativo diferente. Volvemos a estar en un país dividido y con una reforma educativa asentada sobre bases inadecuadas.

¿Cómo articular una norma que supervise el rendimiento de los empleados públicos? Es difícil hacerlo sin estar en continuo enfrentamiento con los sindicatos...
Sí, comparto su visión y, sinceramente, no puedo darle una solución concreta. Pero sé que los los principios rectores para reformar el sector público son los mismos que propusimos la comisión de expertos nombrada por el Gobienro para la reforma de las universidades:

a) verdadera autonomía -incluída la financiera- de los organismos como hospitales y universidades;

b) medición de resultados;

c) rendición de cuentas con incentivos, salarios, promociones, despidos de los gestores, etc, ligados a estos resultados. Todos los trabajadores deben dar cuentas de lo que hacen. No puede que unos funcionarios trabajen muchísimo mientras otros vaguean, y que no pase nada. O peor, que marginen al funcionario trabajador porque resulta incómodo a los que no lo son.

¿Por qué no se unen a otros colectivos de inquietudes similares a las suyas? Así conseguirían movilizar a la sociedad para forzar el cambio.
Sé que esa función movilizadora de la sociedad es muy importante, pero sinceramente no creo que yo pueda ni deba ejercer bien ese papel. Yo no soy un activista ni un movilizador de masas. Creo que mi función es producir ideas para mejorar las cosas, lanzar documentos para entender mejor lo que está pasando, para suscitar el análisis y el debate.

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