Tres de cada diez españoles cobra ingresos inferiores al salario mínimo

Tres de cada diez españoles cobra ingresos inferiores al salario mínimo
Tres de cada diez españoles cobra ingresos inferiores al salario mínimo
EUROPA PRESS
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Tres de cada diez españoles cobran unos ingresos medios anuales inferiores al salario mínimo interprofesional (SMI) --según datos de la Agencia Tributaria de 2014--, una situación que como otros aspectos de la precariedad laboral afecta más a las mujeres que a los hombres, y que se da por la temporalidad laboral, las jornadas parciales y la falta de trabajo.

Así lo refleja el informe 'Cap a un Salari Mínim digne. Una reforma necessària per reduir les desigualtats socials a Catalunya', presentado este martes por su autora, la periodista Elisenda Rovira, en un debate organizado por la Taula del Tercer Sector Social.

El presidente de la federación, Oriol Illa, y los participantes del foro, han urgido a abordar con urgencia cómo aumentar este salario --una subida que han dicho que cuenta con consenso en la sociedad catalana--, porque los bajos salarios están provocando un aumento de las desigualdades y del número de trabajadores pobres.

Rovira ha defendido que este aumento reduciría la brecha salarial --entre mujeres y hombres y entre colectivos en exclusión-- y permitiría cohesionar el mercado laboral, generar un reparto más equitativo de las rentas, mejorar la calidad laboral y la productividad e impulsar de forma general el consumo y la economía.

Ha destacado que el SMI español se sitúa "muy cerca del umbral de la pobreza" para una persona que viva sola, es significativamente inferior al de los países europeos más avanzados, y equivale a un 40% del PIB por cápita, mientras que en Catalunya supone un 34,2% del PIB.

Actualmente, el salario mínimo es de 655,20 euros al mes en 14 pagas, y entre 2010 y 2015 ha perdido el 4,8% de su poder adquisitivo, y el Gobierno central lo ha subido solo un 1% en 2016 respecto al año pasado, lo que supone la subida más elevada desde 2011, cuando era también un periodo electoral, ha apuntado la periodista.

Rovira ha señalado que la cuantía del SMI incumple la legislación internacional ratificada por el Estado español, la Carta Social europea, que establece que éste debe corresponder a un 60% del salario medio del país, por lo que debería ser de 1.028 euros, además de ser uno de los países con más desigualdad laboral de la UE.

HERRAMIENTA FUNDAMENTAL

En el debate, la profesora de la Universitat de Lleida (UdL) Maria Àngels Cabasés ha respaldado la subida del SMI como una "herramienta fundamental para reducir la desigualdad" porque permite subir los salarios bajos en un momento en que la brecha entre estos y los más altos es de más de 5,4 veces --la media europea es de tres veces--.

El economista Miquel Puig ha observado que el SMI tiene un problema: "No es sexy", y hay que conseguir que lo sea, por lo que ha apostado por una economía moderna que sea flexible pero con buenos salarios como estrategia para evitar que la defensa de esta medida salarial sea percibida como un anacronismo.

El presidente de La Confederació empresarial del Tercer Sector Social, Joan Segarra, ha apuntado que hay personas que no pueden trabajar a jornada completa --por situación personal o características del servicio-- y ha lamentado que en los últimos años se calculan los sueldos parciales proporcionalmente con los de jornadas completas, cuando en otros momentos se tendía a complementarlos.

Illa ha criticado que mientras el sistema y las políticas económicas "generan desigualdades, irán abriendo una brecha" que afectará a colectivos cada vez más grandes en la sociedad.

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