Esta pareja se jubiló con 38 años con un sencillo método para no volver a trabajar

Trabajar, pagar facturas, dedicar poco tiempo al ocio y volver a trabajar. Este ciclo se repite en la mayoría de los trabajadores al menos durante 40 años hasta que llega la hora de la jubilación. Sin embargo, ha nacido una corriente que se niega a pasarse la vida en la oficina y cuya principal pretensión es jubilarse lo antes posible para vivirla. Se trata del movimiento FIRE (Financial Independence and Early Retirement) que está causando furor, sobre todo, en Estados Unidos.

Tras casos como el del 'superahorrador' Chris Reining que se retiró con 40 años o el de Tanja Hester y Mark Bunge, pareja que un día fue adicta al trabajo y más tarde decidió vivir la vida, es el turno de Justin y Kaisorn McCurry, representantes de este movimiento que desvelan los secretos de su éxito. 

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Esta pareja de Carolina del Norte con tres hijos de 5, 10 y 12 años respectivamente, dijo adiós al mundo laboral en la década de los 30 años, y con un simple método: ahorrar más de la mitad de sus sueldos e invertirla en planes de pensiones y fondos 'low cost'. 

“Ninguno de nosotros ha llegado a tener un salario de seis cifras (algo común en Estados Unidos), siendo mi salario más alto de 69.000 dólares y el de Kaisorn de 74.000”, explica Justin en su blog Root of Good.

Justin dejó su empleo como ingeniero en 2013 y se retiró con 33 años. Su mujer, Kaisorn, hizo lo propio en 2016 con 38 años. En apenas 10 años consiguieron ahorrar 1,3 millones de dólares (1,1 millones de euros), más que suficiente para no volver a trabajar en sus vidas.

“No ganamos la lotería ni recibimos herencia. Nos aplicamos ahorrando e invirtiendo en fondos ‘low cost’ año tras año. Cuando dejas un trabajo a tiempo completo eliminas tiempo de interacción social. El trabajo te mantiene ocupado, así que no estás en casa pensando ‘¿cómo lleno mis días’? La respuesta para superar esto es hacer lo que te interesa y encontrar gente que tenga los mismos intereses en las actividades que realizas”, explica en una entrevista a 'CNBC' sobre los posibles problemas que pueden surgir en una jubilación tan anticipada. 

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Los McCurry basaron su crecimiento económico en dos tipos de planes de pensiones existentes en Estados Unidos. En primer lugar, el 401 (k), un plan de pensiones fomentado por el empleador que asegura que el empleado invierta una parte de su sueldo en su jubilación. Cuando el individuo retira sus fondos, se aplica una reducción de la cantidad por impuestos.

En segundo lugar, el IRA, una cuenta individual para la jubilación que toda persona trabajadora puede abrir, siendo esa precisamente la principal diferencia con el 401 (k).

Las cuentas IRA tradicionales permiten una contribución máxima de 5.500 dólares en 2018 y la cuenta crece con impuestos diferidos, es decir, el dinero aumenta libre de impuestos hasta que realiza su retirada, momento en el cual se aplica la tasa de impuestos que corresponda.

Justin y Kaisorn abrieron planes 401 (k) con sus respectivas empresas, y también decidieron invertir dinero en IRAs con el fin de acumular el dinero suficiente para la jubilación temprana. 

De este modo, en 2004 comenzaron ahorrando 64.000 dólares, incrementando esa cantidad año tras año hasta alcanzar los 1.351.000 dólares en 2015. Fecha a partir de la cual los McCurry no volverían a pisar una oficina ni a trabajar para nadie.