Expresidente Salinas considera deplorables las críticas a Pemex en España

México, 24 oct.- El expresidente de México Carlos Salinas de Gortari consideró hoy "deplorable" la actitud de los políticos y analistas españoles que han criticado la ampliación de la participación accionarial de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Repsol.

Las críticas vertidas contra la empresa pública mexicana, que explota en régimen de monopolio el petróleo en este país, contrastan con "la actitud cordial y constructiva hacia México de la mayoría" de los españoles, indicó Salinas.

En una columna titulada "Petróleo y bancos", publicada hoy en el diario El Universal, el exmandatario mexicano (1988-1994) lamenta las críticas a Pemex, que se alió con la constructora Sacyr el pasado 29 de agosto y anunció un incremento de su participación accionarial del 5 al 9,49% en Repsol.

Juntas Sacyr y Pemex controlan el 20,5% del capital de Repsol, lo que les da una posición preponderante en el consejo de la empresa energética española.

"Frente a la decisión empresarial de ampliar la participación accionaria, el señalamiento de círculos considerados 'progresistas' ha sido sorprendente, por decir lo menos", agregó Salinas, quien situó en el centro de las críticas a las vertidas a través del diario El País.

"Sus páginas han sido abarrotadas de reproches a esta operación. En ellas el expresidente Felipe González (1982-1996) reclamó 'es una broma que me digan que Pemex va a tener como prioridad mantener la españolidad de Repsol'", recordó Salinas.

La ampliación del capital de la petrolera mexicana, que implicó un desembolso de 1.600 millones de dólares, es "rentable para Pemex pues los dividendos que obtendrá son mayores que el costo de la deuda incurrida para aumentar su participación accionaria", aseguró.

El exgobernante reprocha a los críticos españoles que "mientras reclaman la participación mexicana en esa empresa privada española, no escriben nada sobre el hecho de que durante años México ha padecido la entrega de su sistema de pagos a los extranjeros, en especial a grupos españoles, en detrimento" de la soberanía mexicana.

Salinas alude así a la presencia en México de los bancos BBVA y Santander en dos de los cinco mayores grupos financieros del país desde 1998, cuando se eliminaron las restricciones al acceso del capital extranjero a entidades financieras de este país.

"A partir de entonces los bancos empezaron a remitir elevadas utilidades (beneficios) a sus matrices extranjeras", dijo, mientras los mexicanos tenían que pagar "con sus impuestos" un costoso proceso de "rescate bancario" posterior a la crisis financiera de 1994, acaecida justo tras abandonar Salinas el poder.

Como efectos negativos de la llegada de la banca extranjera a México, el expresidente citó que su país "perdió el control de su sistema de pagos y los mexicanos se quedaron sin financiamiento para el desarrollo".

"Harían bien los críticos españoles en reflexionar sobre estos aspectos, pues para los mexicanos ha sido verdaderamente desfavorable", indicó.

El artículo culmina con un llamado a poner en marcha "acciones institucionales apoyadas por ciudadanos participativos y organizados para revertir una situación tan adversa" al desarrollo de México.

Los comentarios de Salinas surgen pocos días antes de la presentación de su libro "¿Qué hacer? La alternativa ciudadana" (Debate 2011) y a ocho meses de las elecciones presidenciales, para las cuales su partido, el Revolucionario Institucional (PRI), parte como favorito, según los sondeos.