Excepción ibérica

Factura de la luz: cuál es la diferencia entre el precio con o sin compensación

Con esta medida, el Gobierno ha conseguido evitar que todas las tecnologías de generación se vean retribuidas al importe real, como ocurría hasta la semana pasada.

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Factura de la luz: cuál es la diferencia entre el precio con o sin compensación
Europa Press

Hace menos de una semana que entró en vigor el tope del gas aprobado por el Gobierno, que tenía como objetivo reducir el coste de la factura eléctrica de los hogares españoles. Sin embargo, los efectos de esta medida no se están haciendo tan visibles como cabría esperar. Este martes, volverá a marcar un nuevo récord desde su aplicación. El dato que deja el mercado mayorista es que alcanzará los 270,16 euros el megavatio hora (MWh), con la suma del precio del ‘pool’ y el ajuste a abonar por los beneficiarios para compensar a las centrales que usan esta materia (148,03 euros). 

Este supone unos 16 euros más barata que los 286,21 a los que se habría pagado el MWh en la península ibérica de no contar con el límite al precio del gas, según los últimos datos del Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE). Esto se produce en un momento en el que las exportaciones a Francia de electricidad desde España se han disparado a niveles máximos desde la entrada en vigor de la excepción ibérica.

Cómo funciona

Para conocer la diferencia entre el precio que se indica con la compensación y sin ella, en primer lugar hay que conocer cómo funciona el límite del tope del gas. Con esta medida, el Gobierno ha conseguido evitar que todas las tecnologías de generación se vean retribuidas al importe real, como ocurría hasta la semana pasada. 

A partir de su aplicación, los ciudadanos se están ahorrando parte de la sobrerretribución que tenía la mayor parte de tecnologías. En este sentido, solo se tendrá que compensar el coste de aquellas centrales que realmente usen gas (ya sea en ciclos combinados y en centrales de carbón). Como detallábamos la semana pasada, fuentes cercanas al Gobierno admiten que el aumento de la demanda por la ola de calor y la falta de viento obligaron a producir electricidad cara con centrales de ciclo combinado y a pagar a las eléctricas una compensación muy alta por el tope al gas.

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