Faes propone suspender la instalación de plantas renovables mientras haya déficit de tarifa


La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que preside José María Aznar, considera que, mientras persista la acumulación del déficit de tarifa eléctrica, sería preciso "introducir una suspensión temporal en la instalación de nuevas plantas de producción eléctrica que requieran apoyos fuera de mercado", es decir, primas como las que reciben las tecnologías renovables y la cogeneración.
En su documento "Propuestas para una estrategia energética nacional", FAES explica que existe "un problema grave de distorsiones en los precios y en el funcionamiento de los mercados, derivado de un sobrecoste en la electricidad no asumido ni por los consumidores ni por los contribuyentes, y que se ha embalsado en el denominado déficit de tarifa".
Este mecanismo -el déficit de tarifa-, por el que los consumidores no pagan todo el coste de producción de la electricidad y esa diferencia se va acumulando (generando una deuda que los usuarios habrán de pagar en el futuro) fue creado por el Gobierno del PP en el año 2000.
Sin embargo, en este documento FAES defiende que "este sobrecoste tiene su origen fundamental en el crecimiento descontrolado del volumen de primas a las energías renovables".
Esta fundación plantea, por ello, cambiar el modelo de los incentivos al régimen especial (renovables y cogeneración), mediante la generalización de los procesos de subasta con apoyos en forma de estímulos fiscales, en lugar de primas o precios garantizados "distorsionadores de los mercados".
FAES estima necesario, en este sentido, "eliminar de las tarifas y de los peajes del sector de la electricidad todas las subvenciones".
También aconseja analizar el impacto redistributivo efectivo del bono social (la tarifa creada por el Gobierno para proteger a los usuarios con consumos más bajos, además de a parados, jubilados y familias numerosas) y proceder a su eliminación. En concreto, recomienda sustituir el bono social por un tratamiento fiscal adecuado de los hogares con acceso al mismo.
REGULADORES INDEPENDIENTES
Entre otros puntos, el informe de FAES denuncia la "insuficiente independencia y necesidad de reforma de los organismos reguladores", esto es, de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Una falta de independencia que, desde su punto de vista, conduce a "la pérdida de seguridad jurídica y a la erosión de su prestigio y credibilidad".
Propone, por ello, "diseñar un sistema de nombramiento o elección de los miembros de la CNE y el CSN que asegure su independiencia y capacidad".
A pesar de ello, FAES estima que el CSN es el organismo adecuado para supervisar las condiciones de seguridad de las centrales nucleares que, a su juicio, deben prolongar su operación ordinaria hasta los 60 años.
De hecho, aconseja encargar al Consejo de Seguridad Nuclear el estudio de las condiciones en las que las centrales nucleares en funcionamiento podrán alargar su vida útil operativa más allá de esas seis décadas, "en función de criterios aceptados en otros países y siempre con la garantía de las condiciones de seguridad de operación de las instalaciones".

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