"Las cosas de palacio van despacio". Con esta frase ha respondido Isidro Fainé, presidente de La Caixa y de la CECA (Confedereación Española de Cajas de Ahorros), a la pregunta de si España tendrá que pedir a Europa una prórroga para ampliar el periodo de vida del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que inicialmente caduca el próximo 30 de junio.
La proximidad de la fecha, sumada a la lentitud con que se están llevando a cabo los procesos de fusión, parece que terminará abocando al sector a solicitar más tiempo. No obstante, Fainé también ha pedido esperar y ver antes de lanzar grandes titulares.
"Lo importante es conseguir que estén los acuerdos", ha señalado el nuevo presidente de la CECA, e intentar que todos ellos sean antes del verano. A partir de ese momento, si hace falta pedir una prórroga para inyectar el dinero necesario para concluir dichos acuerdos, se pedirá.
Donde también está dispuesto a negociar, y mucho, Isidro Fainé es en el desarrollo del nuevo marco de solvencia de las entidades financieras, conocido como Basilea III, y que endurece las provisiones que deben realizar los bancos y cajas, para evitar que se produzcan nuevas crisis como la actual.
Este nuevo marco penaliza, especialmente, las inversiones en filiales no bancarias, como le ocurre a La Caixa con toda la cartera de Criteria, donde sus participaciones en Abertis, Repsol YPF y Gas Natural son la joya de la corona.
"No se puede penalizar a los inversores a largo plazo", critica Fainé, quien insiste en que no debe mezclarse el problema de las hipotecas subprime y las colocaciones de productos estructurados, con participaciones de carácter estable y visión de permanencia, como es el caso de la entidad que preside.
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