La industria farmacéutica saca músculo. La producción de medicamentos supera ya los 15.000 millones de euros y España exporta fármacos por valor de 11.000 millones. Junto a esto, el 21% -1.150 millones- de toda la inversión de la industria en I+D+i parte de la farmacéuticas y los avances en la cura de enfermedades como cáncer, VIH y hepatitis C son cada vez más importantes. Además, refuerza todos los ratios relativos a productividad, cualificación e incluso en porcentaje de empleo femenino.
Sin embargo, en el horizonte, la industria se enfrenta a algunas incógnitas como son la renovación, antes de fin de año, de los acuerdos de riesgo compartido y de techos de gasto que suscribe desde hace varios años con el Ministerio de Sanidad y con el de Hacienda, el efecto del 'Brexit' en el sector y, en el aspecto científico, el desarrollo de medicamentos que puedan hacer frente al Alzheimer. Por no hablar de una cifra que debería llamar a la reflexión: aproximadamente 11.000 millones de euros se pierden a causa de los pacientes que abandonan la medicación (así como el efecto posterior que supone recuperar una enfermedad agravada por la ausencia de tratamiento). Esta cifra a es casi el doble de lo que queda en la actualidad en el Fondo de Reserva para pagar las pensiones, por ejemplo.
La patronal de las grandes empresas farmacéuticas ha celebrado este martes en Ávila el XV Seminario de Industria Farmacéutica y Medios de Comunicación, en el que ha participado su nuevo presidente, Martín Sellés, que ha apuntado que uno de los retos a los que se enfrenta el sector es lo laborioso que es desarrollar un medicamento, a pesar de las inversiones millonarias que se han disparado en la última década.
Además, desde la patronal se aboga por elevar el gasto sanitario público, hasta el 6,5% desde el 6% actual, que garantizaría aún más un sistema como el español, que da cobertura a 45 millones de personas. Esas cinco décimas suponen algo más de 5.000 millones.
Martín Sellés ha asegurado que la prioridad es garantizar un buen sistema sanitario: "Debemos reflexionar si dedicar el 6% del PIB a la sanidad es suficiente para mantener el nivel de calidad". En los países de nuestro entorno ese gasto supera el 7% y desde la patronal se aboga por ir incrementando en una décima anual ese esfuerzo, hasta llegar al 6,5% en 2023.
El abastecimiento, garantizado
"No hay problema de desabastecimiento. Cuando falta un producto, la Agencia del Medicamento trae otro que pueda sustituirlo", con los mismos principios activos y distribución, ha destacado Emili Esteve, director del Departamento Técnico de Farmaindustria, ante la falta de fármacos que se 'denuncia' de forma habitual en la web de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, entre ellos algunos de uso muy habitual, como el Dalsy o el Nolotil. "Para nada es un problema de salud pública. No es una situación grave, es lo de siempre, y es generalizado en todo el mundo", ha incidido Esteve, que apunta que existen 20 productos alternativos e idénticos a cualquier medicamento.
Mientras, José Ramón Luis-Yagüe, director del Departamento de Relaciones con las CCAA de Farmaindustria, ha resaltado que más de 11.000 millones de euros se pierden por la falta de adherencia a los tratamientos de medicamentos y persistencia terapéutica, casi el doble de lo que queda en la actualidad en el Fondo de Reserva para pagar las pensiones.
Dejar un tratamiento farmacológico -sucede en un 50% de los casos- es un gasto que debe asumir la administración y con que con medidas adecuadas se podría frenar en parte y poder dedicarlo a asuntos prioritarios. Según un reciente informe de IMS Health, la mala utilización de fármacos supone el 8% del gasto sanitario en el mundo y, de ese porcentaje, más de la mitad corresponde con problemas de no adherencia al tratamiento.
El efecto 'Brexit'
Durante la jornada se ha señalado además que España exporta un 5% de sus fármacos a Reino Unido, unas exportaciones que se deberían garantizar en parte con el acuerdo suscrito entre el Gobierno de Theresa May y los representantes de la UE si no se produce una ruptura abrupta.
De hecho, apuntan, países como Suiza o Noruega mantienen desde fuera una relación fluida con la Unión Europea y la mayoría de las grandes empresas han suscrito planes de contingencia ante el 'Brexit'. Un frente importante, sin embargo, será continuar desarrollando diversos medicamentos que son fruto de convenios multinacionales en los que también se incluye el Reino Unido.
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