"Es un impuesto oculto" 

Fedea cuestiona al Gobierno el destope de las bases máximas de cotización 

El Ejecutivo ha planteado a los agentes sociales una subida gradual de estas bases máximas a la Seguridad Social entre los años 2025 y 2050, acompañada de una revisión de la cuantía de las pensiones más altas.

Fedea duda del Gobierno y sus propuestas sobre las bases de cotización
Fedea cuestiona al Gobierno el destope de las bases máximas de cotización. 

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha cuestionado la propuesta del Gobierno de destopar de forma gradual las bases máximas de cotización porque supone "potenciar un impuesto oculto y muy distorsionante" que, a su juicio no debería formar parte del esquema de financiación de la Seguridad Social. El director ejecutivo de Fedea, Ángel de la Fuente, ha publicado este lunes un artículo -que recoge Europa Press- en el que expone que la propuesta del Gobierno  resultaría insuficiente de cara a las necesidades de ingresos del sistema.

Como parte de la segunda fase de la reforma del sistema público de pensiones, el Ejecutivo ha planteado a los agentes sociales una subida gradual de las bases máximas de cotización a la Seguridad Social entre 2025 y 2050, acompañada de una revisión de la cuantía de las pensiones máximas, aunque a un ritmo inferior.

Durante dicho periodo, el Ministerio de Seguridad Social propone que la base máxima de cotización aumente en términos reales a una tasa anual del 1,154%, mientras que la pensión máxima lo haría a una tasa del 0,115%. Esto supondría en 2050 un incremento acumulado de casi el 35% para la base máxima de cotización y del 3% para la pensión máxima, ambas medidas a precios constantes.

Sin embargo, De la Fuente nos indica que, a partir del 2050, la base máxima pasaría a actualizarse sólo con la inflación, manteniéndose por tanto constante en términos reales, y la pensión máxima crecería algo más que la inflación, hasta alcanzar un incremento acumulado del 30% a precios constantes "en un horizonte indefinido", a tenor de la propuesta presentada por el Gobierno.

Según los cálculos del director ejecutivo de Fedea, una vez implementada por completo en 2050, esta medida incrementaría la recaudación como mucho en un 0,15% del PIB,  estando muy por debajo de lo que sería necesario para compensar el incremento del gasto en pensiones derivado de la primera fase de la reforma que el propio Gobierno ha cifrado en torno a 3,5 puntos del PIB en 2050.

"Si el destope se lleva hasta el extremo, sometiendo a cotización todas las rentas brutas del trabajo, el incremento de recaudación podría acercarse a un punto del PIB, todavía claramente insuficiente para eliminar el déficit previsto del sistema", alega De la Fuente.

Recargo solidario de la cuota del IRPF

Asimismo, el director ejecutivo de Fedea señala que las cotizaciones sociales que se aplican a rentas por encima de determinados umbrales "son, en la práctica, un impuesto puro: una exacción monetaria sin contrapartida alguna". Además, según su propio juicio todo esto tiene una estructura poco equitativa y muy distorsionante por aplicarse con tipos de gravamen muy elevados sobre una base limitada y arbitraria de rentas intermedias del trabajo.

Según expone, la suma de las cotizaciones por contingencias comunes y de las que se pagan por desempleo "grava solo un amplio tramo de rentas intermedias del trabajo, excluyendo a las más bajas y a las más elevadas, y lo hace con un tipo marginal de gravamen inicialmente modesto pero que se multiplica por cinco al alcanzar el umbral de la pensión máxima".

De la Fuente aboga, por tanto, por eliminar "este peculiar impuesto de Seguridad Social", suprimiendo las cotizaciones por encima de tales umbrales, y reemplazarlo por otras iniciativas. Entre las posibles opciones, el director ejecutivo de Fedea apuesta, en la práctica, por un recargo proporcional de solidaridad sobre la cuota del IRPF, lo que aseguraría, en su opinión, "un reparto equitativo de los costes no puramente contributivos del sistema de protección social.

"Como punto de partida, parece razonable exigir que los costes complementarios del sistema de pensiones o del conjunto de la Seguridad Social, que tienen un fuerte componente de redistribución o solidaridad, se repartan entre toda la población, y no sólo entre los trabajadores en activo, y que esto se haga atendiendo a la capacidad económica global de cada ciudadano y no sólo a sus rentas salariales dentro de un determinado intervalo", señaló.

"Son, en la práctica, un impuesto puro: una exacción monetaria sin contrapartida alguna" 

Estas consideraciones, prosigue De la Fuente, "apuntarían hacia instrumentos muy distintos al impuesto camuflado de cotización social que se aplica, con un tipo de gravamen muy elevado, exclusivamente sobre un tramo arbitrario de las rentas del trabajo". El autor defiende que este recargo en el IRPF aseguraría un reparto progresivo de los costes no puramente contributivos del sistema de pensiones, "dificultaría la solución populista de barra libre y que paguen los ricos al problema de las pensiones y ayudaría a que los contribuyentes percibieran los costes reales del sistema de pensiones, cuya partida de gasto, por su gran magnitud, "amenaza" con dejar al país "sin margen fiscal para casi cualquier otra cosa".

De la Fuente opina que este recargo debería sustituir no solo a lo que denomina "impuesto de Seguridad Social", sino también a las actuales transferencias del Estado al sistema para hacer así su coste más visible para el contribuyente, al tiempo que debería calibrarse para mantener inicialmente constantes la presión fiscal total y los ingresos de la Seguridad Social.

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