No ve contracción económica

Fedea propone eliminar la bonificación a los carburantes y actuar sobre el IRPF

Pide acabar con el descuento a la gasolina y la rebaja al impuesto sobre la electricidad, destinando esos importes a reducir los tipos de IRPF para los tramos bajos y reflactar el impuesto con la inflación. 

El director de Fedea, Ángel de la Fuente.
Fedea propone eliminar la bonificación de los carburantes y actuar sobre el IRPF
EUROPA PRESS - Archivo

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha hecho pública una propuesta para eliminar la bonificación de los carburantes y las rebajas en los impuestos sobre la electricidad con el fin de redirigir los recursos ahorrados a medidas de apoyo a las rentas medias y bajas. Esto se haría mediante una reducción transitoria de los tipos del IRPF para los tramos inferiores de renta y la reflactación de la tarifa del impuesto con la inflación acumulada, según el documento que han hecho público hoy. 

Desde Fedea añaden que, "compartiendo el objetivo del Gobierno de repartir equitativamente los costes de la guerra, la Fundación recomienda centrarse en la negociación de un amplio pacto de rentas". "Se echa en falta un esfuerzo más decidido por negociar un pacto de rentas que facilite un reparto ordenado y equitativo de los costes de la guerra y ayude a evitar una espiral de precios y salarios que agravaría nuestros problemas, entre otras vías, a través de una pérdida de competitividad", señala. En el caso de que aún fueran necesarios "recursos adicionales", apunta a "medidas tributarias de carácter general que no minen la seguridad jurídica y el principio de igualdad y se centren preferentemente en la ampliación de las bases impositivas de los grandes impuestos".

Ven problemas legales y de equidad en los impuestos

En este sentido se ha referido a los impuestos anunciados, de carácter transitorio y extraordinario, sobre las grandes empresas energéticas y entidades financieras, con los que se espera recaudar en torno a 3.500 millones de euros anuales para financiar en parte las medidas adoptadas para paliar los efectos de la guerra.

"A la espera de la letra pequeña de ambos tributos", dice Fedea, la introducción de impuestos "a la carta" sobre determinados sectores o empresas "no suele ser una buena idea porque plantea problemas legales y de equidad e introduce un elemento de inseguridad jurídica que no contribuye precisamente al fomento de la actividad económica". Así, apunta que dos empresas con beneficios similares deberían pagar impuestos parecidos, pertenezcan o no al mismo sector. De lo contrario, añade, se introducen "diferencias de trato arbitrarias entre sectores y, por tanto, entre sus respectivos 'stakeholders' (accionistas, consumidores y trabajadores), sobre los que recaerá en última instancia la carga efectiva del tributo". 

Fedea considera que un impuesto de este tipo solo se sustentaría en caso de "beneficios caídos del cielo", algo complicado de asegurar en el caso de los bancos, sector caracterizado en los últimos años "por sus estrechos márgenes y por una rentabilidad sobre fondos propios reducida e incluso inferior a su coste de capital". En el caso de las energéticas, sí ve "beneficios caídos del cielo", especialmente en el caso de los generadores eléctricos que no utilizan combustibles fósiles, cuyos costes no han subido mientras sus precios de venta en el mercado se han multiplicado.

Sin efectos adversos en la economía española

Fedea no aprecia, por el momento, "efectos adversos claros de la guerra sobre la actividad de la economía española, y en particular sobre la evolución del empleo", aunque sí sobre los precios, tanto en los de la energía y otras materias primas como en los del consumo, que están repuntando con fuerza desde hace meses. Una inflación subyacente en el 5% es "especialmente preocupante como indicio del posible contagio a otros sectores", dice Fedea, que añade que "afortunadamente no hay por el momento señales claras de que éstas se estén trasladando con fuerza a los salarios".

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