Fernández Ordóñez, un gobernador engullido por la crisis

  • Nunca un gobernador del Banco de España ha tenido que afrontar una crisis financiera tan intensa como Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ni criticas tan feroces como las que le ha lanzado el sector, que le ha acusado de improvisación, precipitación y falta de consenso.

Paco G. Paz

Madrid, 29 may- Nunca un gobernador del Banco de España ha tenido que afrontar una crisis financiera tan intensa como Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ni criticas tan feroces como las que le ha lanzado el sector, que le ha acusado de improvisación, precipitación y falta de consenso.

Fernández Ordóñez, -o MAFO, como le llama coloquialmente el sector- ha anunciado hoy su salida anticipada del Banco de España, un mes antes de que cumpla sus seis años de mandato, fruto, según los observadores, de la dura presión que se ejerce sobre su cabeza.

El gobernador, de 67 años, deja un sector fracturado por la crisis y sobre el que penden graves incertidumbres, que hacen temer un rescate europeo por las dudas que genera su exposición inmobiliaria y la falta de saneamiento.

"Cuando comenzó la crisis financiera, era la economía la que estaba dañando a los bancos. Ahora, tras la nefasta gestión de MAFO, es la banca la que está dañando a la economía", apunta un alto directivo bancario.

Sean cuales sean las causas, la realidad es que el gobernador deja su gran tarea inacabada: una reestructuración del sector financiero que dé lugar a un conjunto de entidades grandes y saneadas y capaces de financiarse cómodamente en los mercados.

El porqué del fracaso de su misión no obtiene respuestas homogéneas, aunque hay un denominador común: la falta de independencia política, la improvisación y, sobre todo, su incapacidad para ver venir la crisis.

"La obligación del Banco de España es anticipar las crisis de las entidades, porque tienen capacidad y poderes para ello. Tienen enormes equipos de supervisión y acceso a toda la información bancaria. Pero Fernández Ordóñez no lo supo ver, le explotó en la cara", explican desde un centro de análisis.

El primer episodio grave lo vivió el Banco de España con la quiebra de la Caja de Castilla-La Mancha, a la que tuvo que intervenir con precipitación ante la inminencia del desastre, aunque después vinieron la andaluza Cajasur y la CAM.

Ante la evidencia de que el sector financiero, y sobre todo las cajas de ahorros, tenían graves problemas, decidió forzar procesos de fusión e integración a veces en contra de la voluntad de los propios gestores.

"Nos unieron por simpatía política más que por criterios empresariales o por los planes de negocio. Eran uniones que estaban llamadas a morir", explica un directivo de una caja fusionada, que vio como se creaban gigantes financieros en función de los Gobiernos de las comunidades autónomas afectadas.

Desde otra caja lamentan que la herencia del gobernador haya sido el desmantelamiento del sector. "Se obsesionó con convertirnos en sociedades anónimas y aprovechó la crisis para reformar el modelo de cajas, sin darse cuenta de la labor que cumplíamos", apuntan.

"No vio la dimensión de la crisis, solo la oportunidad para eliminar el modelo de las cajas", añaden.

El sector financiero no culpa solo al Banco de España de la situación que atraviesan, sino a las reformas financieras que aprobó el anterior Gobierno socialista y también las puestas en marcha por el ejecutivo de Mariano Rajoy.

"Es imposible lo que nos están pidiendo. En dos años nos han exigido que nos fusionemos, nos saneemos, reforcemos el capital y salgamos a bolsa. Es una paliza tremenda", añade un consejero de una caja de ahorros.

Desde una entidad financiera se apunta además lo injusto que ha sido el tratamiento de igualdad que ha dado el Banco de España a todas las entidades, independientemente de si estaban saneadas o quebradas, lo que ha acabado de confundir a los mercados, que desconfían de todo el sector por igual.

"Ahora, ha conseguido que todo el sector financiero sea un problema. Cuando llegó al Banco de España se encontró con algunas entidades que tenían problemas inmobiliarios, pero nada más. Ahora deja un sector totalmente quebrado", concluyen.

Mostrar comentarios