Fernández rebaja clima de tensión con Londres con oferta de vuelos a Malvinas

  • En medio de una escalada de tensión con Londres, la presidenta Cristina Fernández sorprendió hoy con una propuesta para organizar vuelos a Malvinas desde Argentina, durante un discurso ante el Congreso en el que alivió la presión sobre YPF, pero no despejó las dudas sobre el futuro de la petrolera.

Mar Marín

Buenos Aires, 1 mar.- En medio de una escalada de tensión con Londres, la presidenta Cristina Fernández sorprendió hoy con una propuesta para organizar vuelos a Malvinas desde Argentina, durante un discurso ante el Congreso en el que alivió la presión sobre YPF, pero no despejó las dudas sobre el futuro de la petrolera.

El conflicto por la soberanía de Malvinas y los rumores sobre un posible desembarco del Estado en YPF eran los temas más esperados de la inauguración del curso legislativo y fueron precisamente los últimos a los que se refirió la presidenta.

"No he venido peleadora, he venido a informar", dijo en un momento de su intervención, que se prolongó durante más de tres horas y en la que volvió a evocar, con lágrimas en los ojos, a su fallecido esposo y antecesor en el cargo, Néstor Kirchner, durante una ceremonia que se pareció más a un acto partidista que la apertura solemne del Congreso.

Casi al final de su discurso, cuando el auditorio comenzaba a impacientarse, sorprendió con una propuesta para renegociar con el Reino Unido el plan de comunicaciones de las Islas Malvinas y ofrecer un aumento de las frecuencias semanales de vuelos con salidas desde Buenos Aires y aviones de Aerolíneas Argentinas.

En 1999, Argentina acordó con el Reino Unido permitir el uso de su espacio aéreo para que la chilena Lan volara a las islas desde territorio chileno.

"No estamos para perjudicar a ninguna comunidad", afirmó Fernández, lejos del tono de crispación exhibido en ocasiones anteriores al hablar del tema.

Un día antes, la Unión Europea anunció su intención de emprender acciones diplomáticas "apropiadas" en respuesta al llamamiento del Gobierno argentino a boicotear comercialmente al Reino Unido, en vísperas del 30 aniversario del inicio de la guerra por la soberanía de las islas Malvinas, que dejó cerca de 900 muertos.

Minutos antes de referirse a Malvinas, Fernández había desactivado la otra "bomba" que se esperaba en su discurso: la situación de YPF, la principal petrolera del país, controlada por la española Repsol.

La presidenta pasó de puntillas sobre el conflicto con la compañía. "Vamos a tomar las medidas que sean necesarias para garantizar el abastecimiento de combustible", dijo.

Tras la mención a YPF, las acciones de la compañía subieron un 16,80 por ciento en la bolsa de Buenos Aires, aunque fuentes del sector consultadas por Efe se mostraron cautas sobre la estrategia gubernamental y no descartaron una nueva embestida oficial en los próximos meses.

Ni una sola mención a los supuestos planes del Gobierno para hacerse con la empresa ni a las intensas negociaciones que se han desarrollado en Buenos Aires en los últimos días entre las administraciones de España y Argentina y que han incluido incluso una visita relámpago del ministro español de Industria, José Manuel Soria.

En su larga intervención se despachó contra el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, quien este miércoles trató de devolver al Gobierno la gestión del metro de la ciudad, que hoy dejó en tierra a más de un millón de usuarios.

Fernández se preguntó si Macri cree que es "alcalde de Nueva York" y calificó de "adolescente y bochornosa" la actitud del jefe de gobierno capitalino.

La presidenta aprovechó el escenario para reiterar que no le "temblará la mano" para tomar la decisión "que tenga que tomar" con la concesión privada del servicio ferroviario tras el accidente que costó la vida la pasada semana a 51 personas.

"No me va a temblar la mano para tomar las decisiones que tenga que tomar", afirmó la mandataria, que ha sido duramente criticada por la gestión de siniestro y la falta de control estatal sobre las empresas concesionarias.

La tragedia de la estación de Once le puede pasar factura a la imagen de la presidenta, que tardó cinco días en aparecer en público tras el accidente y evocó, al hablar de las víctimas, la figura de su fallecido esposo.

También hoy evocó a Kirchner y cargó contra la oposición: "Cuando veo allí rozagantes caminar y criticar a quienes hicieron tanto daño y lo recuerdo a él (Kirchner), tengo dudas de si vale la pena seguir adelante", dijo entre sollozos.

El tono de la intervención de Fernández y sus continuos llamamientos a la unidad no lograron conmover a la oposición, que criticó la falta de proyecto y la omisión de importantes problemas del país, como la crisis energética y la inflación.

A juicio del izquierdista Claudio Lozano, del Frente Amplio Progresista, trató de "hacer parecer a Argentina como Disneylandia", mientras que la conservadora Gabriela Michetti se preguntó "quién vive en el país del que hablaba la presidenta".

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