En el 112 Consejo Ejecutivo de la OMT

Fernando Hierro, miedo y optimismo en la carrera empresarial contra la Covid

El exfutbolista colabora con la Organización Mundial del Turismo para promocionar las visitas deportivas y saludables y acelera en su nuevo proyecto con un nuevo tejido que podría paliar los efectos del virus.

Fernando Hierro, durante su asistencia al Consejo Ejecutivo de la OMT en Tiflis.
Fernando Hierro, durante su asistencia al Consejo Ejecutivo de la OMT en Tiflis.
La Información

Fernando Hierro no lo duda, por mucho que el Bayern de Múnich o el Barcelona de Cruyff fueran enemigos feroces: "Jamás he pasado más miedo que durante el coronavirus". Habla de la impotencia de quedarse en casa, del dolor sufrido por familia y conocidos, del confinamiento de todo un país, de la paralización de toda actividad económica, social... y deportiva. Capitán de la selección española de fútbol y del Real Madrid que rompiera la sequía de Champions a finales de los noventa, ahora representa al deporte como embajador de la Organización Mundial del Turismo y también desarrolla una particular trayectoria empresarial que, como tantas cosas en la vida, ha terminado entroncando con la Covid-19

Desde Tiflis, la capital de Georgia donde la organización vinculada a las Naciones Unidas ha celebrado esta semana su 112 Consejo Ejecutivo (la primera gran reunión presencial que se celebra internacionalmente en medio año), Hierro apela al optimismo frente a la incertidumbre sembrada por la pandemia en todos los niveles vitales: "Tenemos que ser optimistas. No solo en el turismo, sino como sociedad tenemos que seguir hacia ade-lante porque no nos queda otra"

Quizás, parte de esa visión positiva se explique por el inesperado giro experimentado por su proyecto ‘Ekatom’ en los últimos meses. Lanzado hace un año por Bionox, la empresa de investigación que lidera el exfutbolista junto a otros socios, se trata de un nuevo tejido cuyas fibras emiten infrarrojos y facilitan el riego sanguíneo y la respiración. La idea nació con fines deportivos y algún objetivo secundario en el campo de la sanidad para enfermedades crónicas. Pero irrumpió el coronavirus y ahora en el Hospital Torrecárdenas de Almería prueban desde hace meses en 88 voluntarios (la mitad con una camiseta especial de la firma) para comprobar si puede ayudar en los primeros momentos de la enfermedad. 

"Todavía es pronto y hay que ser prudentes, pero todo lo que pueda ayudar será bueno para todos y el tejido ha demostrado que mejora la circulación en general", expone Hierro en una sala de prensa en un hotel de altos techos y columnas doradas, grandes lámparas con centenares de bombillas y aires de la ostentación brutalista de la vieja Unión Soviética. Es el hotel Bitmore del centro opulento de Tiflis y es la segunda vez que está en Georgia, donde había estado antes para desarrollar otros negocios previos y donde se sorprende cuando no recuerda haber viajado nunca en calidad de futbolista. 

Porque la vida de Hierro empieza y acaba en el deporte. Imbuido de su nuevo traje de diplomático (figura similar que ocupó igualmente en la Federación Española de Fútbol durante no pocos años), aborda la actualidad futbolística desde la prudencia absoluta y solo se detiene para resaltar "lo impensable" que era para muchos que un mismo equipo pudiera ganar tres Champions seguidas como logró el Real Madrid de Zinedine Zidane. "El logro está ahí y ya nadie puede dudar de ello", zanja con una sonrisa regateando la parcela futbolera y volviendo a su papel como imagen de marca de la OMT.

Junto a él, la alineación de embajadores del balompié que el equipo del actual secretario general, Zurab Pololikashvil, ha puesto en liza podría dar para ganar más de un partido sobre el césped: Messi, Casillas, Iniesta, Drogba… Aunque el papel de Hierro es más activo siempre que le llaman desde la OMT. En estos meses en los que el turismo ha sido expulsado de los terrenos de juego económicos y la industria busca una salida en la recuperación, el malagueño destaca que su ámbito de promoción puede posicionarse mejor que otros. "La gente hace más deporte que nunca y es una tendencia que existe desde hace tiempo, aunque ahora que se aprecian más los espacios abiertos y la naturaleza el atractivo es mayor que nunca", señala. 

Y no solo se refiere a deportes personales, sino que las familias también requieren abrirse a actividades deportivas conjuntas y, en paralelo, a otras patas de la promoción que abandera Hierro como son la gastronomía (en su parte más saludable) o el turismo termal o sanitario. "El sector se amplía en muchos sentidos y tenemos que creer que puede ser importante de nuevo porque es lo que siempre hemos hecho, vivir experiencias. Hay ganas de recuperar la experiencia de viajar en toda su dimensión", apunta. 

Con todo, es obvio que el miedo domina las expectativas a corto plazo y dominarlo es esencial en el medio. "Hay muchas dudas y también mucha incertidumbre. Además de la enfermedad, estamos hablando que muchas personas han perdido o pueden perder sus empleos o han visto reducidos sus ingresos. Todo eso hay que tenerlo en cuenta y por eso es importante trabajar juntos en la salida", admite. 

Como disciplinado jugador de equipo, Fernando Hierro replica el mensaje sobre el que ha girado insistentemente la reunión de la OMT: unidad y esperanza. Unidad en el sentido de que se terminen las decisiones unilaterales y contrarias entre países (sobre restricciones, cuarentenas, requisitos de pruebas y un largo etcétera) y se aplique en cambio un protocolo o modelo común de respuesta a la enfermedad y garantía de seguridad sanitaria. A la vez, la salida debe ser sostenible e inclusiva, se ha comprometido la organización en la Declaración de Tiflis lanzada en el Consejo. 

Hierro, cuyo radio de acción deportivo enlaza con un turismo pegado a la naturaleza, resalta las posibilidades de crecimiento que se abren incluso en medio de la nueva andanada de la pandemia y confía en seguir generando más oportunidades: "Este Consejo de la OMT es esencial porque demuestra que se puede viajar de nuevo, que podemos hacerlo si se respetan las medidas y se confía en el turismo". 

Socio también de una red de gimnasios, descarta otros negocios más habituales entre ex compañeros de deporte como la hostelería por una simple razón de aprendizaje vital: "Soy un hombre vinculado al deporte y es lo que me gusta". Cuenta que en los viajes largos de avión usa sus camisetas e incluso calcetines elaborados con la fibra especial y que duerme y descansa mucho mejor. También hay mascarillas porque el negocio es el negocio. 

Como es lógico, vende su producto lo mejor que puede, aunque no es menos cierto que cuando relata el posible salto a ser un alivio para los que padecen la Covid mira más allá de los resultados en el balance. "Ojalá pudiéramos hacer como en el fútbol y lanzar el problema de esta maldita enfermedad con un patadón para arriba. Pero nos ha tocado lo que nos ha tocado y solo nos queda resistir". Como cuando los alemanes colgaban balones o los extremos del Barcelona no dejaban de moverse por todo el frente de ataque.

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