Férreos controles durante días antecedieron las ceremonias de inauguración

  • Shanghái (China).- Exhaustivos controles policiales en los hoteles, dificultades en las comunicaciones por Internet y teléfono así como el riego continuo de los pabellones cercanos al lugar de la exhibición de fuegos artificiales de esta noche preceden la inauguración, hoy en Shanghái, de la mayor Exposición Universal de la historia.

Arranca la mayor Expo Universal de la historia entre fuegos artificiales
Arranca la mayor Expo Universal de la historia entre fuegos artificiales

Shanghái (China).- Exhaustivos controles policiales en los hoteles, dificultades en las comunicaciones por Internet y teléfono así como el riego continuo de los pabellones cercanos al lugar de la exhibición de fuegos artificiales de esta noche preceden la inauguración, hoy en Shanghái, de la mayor Exposición Universal de la historia.

La presencia en la inauguración de una veintena de jefes de Estado, encabezados por el máximo líder chino, Hu Jintao, y delegaciones de otros Gobiernos extranjeros marcan desde ayer la agenda de la policía y fuerzas de seguridad.

Las ceremonias de apertura, que se celebran esta noche y mañana, 1 de mayo, no aspiran a emular la espectacularidad y colorido de las de los JJOO de Pekín 2008, pese a los muchos preparativos que han entrañado.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y los jefes de Estado o Gobierno de Francia, Armenia, Congo, Gabón, Malawi, Kenia, Malí, Malta, Mongolia, Autoridad Nacional Palestina, Seychelles, Turkmenistán, Países Bajos, Camboya, Kazajistán, Holanda y Vietnam llegaron a una ciudad superprotegida.

A ellos se suman otra veintena de invitados de alto nivel, tanto extranjeros como chinos, y por parte española encabezará la delegación el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono.

Los 260 países, ciudades y organizaciones que con su pabellón propio o compartido estarán en Shanghái durante los seis meses que transcurrirán hasta la clausura el 31 de octubre tienen en vilo a las autoridades de seguridad.

"Y es que lo peor sería un ataque terrorista. No me refiero a muertes de personas o nada de eso, sino a cualquier explosión por pequeña que sea, que pudiera dar imagen de inseguridad y falta de control ante el mundo", dijo hoy a Efe Liu Yang, dueño de una agencia de viajes.

Para evitar que eso suceda, los controles son férreos en los grandes hoteles donde se hospedan las delegaciones de autoridades y donde al menos dos arcos metálicos y una decena de policías controlan al modo de los aeropuertos a cualquier persona que intente franquear la puerta.

En Shanghái, conocida por los férreos controles en la información y "feudo" del ex presidente Jiang Zemin, quien mantiene intacta su influencia, residentes y visitantes sufren también en los días previos a la inauguración problemas de comunicaciones por Internet y teléfono, similares a los que los pequineses vivieron en los JJOO de hace dos años.

Los residentes confían en que estos problemas desaparezcan, como pasó en Pekín 2008, una vez pasado el nerviosismo de la apertura.

Los dos aeropuertos y las principales entradas marítimas y terrestres a la ciudad están desde hace quince días custodiados por fuerzas especialmente entrenadas que hacen registros exhaustivos, también de los vehículos, y exigen la documentación.

Además, los barrios que rodean los 5,28 kilómetros cuadrados que ocupa el recinto de la Expo han quedado en "cuarentena" para los próximos seis meses, ya que no podrán circular vehículos por ellos y los de los residentes necesitarán un permiso especial emitido por la policía.

Entrar en el recinto de la primera muestra universal que acoge representación de las ciudades tampoco es sencillo, ya que todos los visitantes estarán controlados y no podrán introducir, entre otras cosas, líquidos, mecheros, agujas o pancartas.

El comité organizador de la Expo incluso ha emitido un documento con todo aquello que los visitantes tienen prohibido hacer durante su paseo por los pabellones, como escalar los edificios o respetar las filas, algo nada común en el gigante asiático.

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