FG reclama un 'Gran Hermano 2.0' que regule la incursión tecnológica en banca

  • El presidente reclama una "arquitectura legal" mundial que proteja al consumidor y evite riesgos para la estabilidad financiera por la digitalización
Francisco González, presidente del BBVA
Francisco González, presidente del BBVA
EFE

Francisco González, el banquero que más tiempo lleva augurando la reconversión que la tecnología traerá al mundo financiero, lanzó hoy la voz de alarma. En la que podría ser su penúltima junta de accionistas antes de que deje la presidencia de BBVA por jubilación (en 2019 cumplirá los 75 años de retiro obligatorio por estatutos) reclamó con “urgencia” una “institución global que tenga el poder de crear una nueva arquitectura legal 2.0”.

“Esta institución debe garantizar un equilibrio entre los intereses de los consumidores, la competencia, el riesgo sistémico, la estabilidad financiera y el apoyo a la innovación”, reivindicó en la asamblea que valida la incorporación al consejo de administración del exgobernador del Banco de España, Jaime Caruana y que dejó hace unos meses su puesto al frente del Banco Internacional del Pagos de Basilea (BIS).

González previno de un “periodo problemático” si no se aborda la situación con ambición y urgencia por la rapidez con que se mueven los desarrollos y el retraso habitual con el que la normativa aborda los cambios: “La regulación financiera 1.0 actual (Basilea III, IV), va por detrás del avance tecnológico y de los cambios económicos y sociales”. Alertó sobre un triple foco de complicaciones a atajar: “proteger los intereses de los consumidores y especialmente de sus datos”, “preservar un terreno de juego equilibrado que favorezca la competencia” y “mantener la estabilidad financiera y prevenir el riesgo de problemas sistémicos”.

A su juicio se trata de una tarea “muy delicada y complicada” porque además “no puede ser local” ni descansar en manos de un organismo nacional o, incluso, europeo porque excede ambas geografías. Sin embargo, insistió en su discurso de apostar por la transformación digital, que ha puesto en el centro de las estrategia hace 12 años y es ahora cuando el grupo espera que más de la mitad de los clientes sean digitales y en 2019 lo sean también móviles, tras haber tenido también que “rectificar” o haber cometido equivocaciones en algunas decisiones.

Su visión del ecosistema de la banca es que “no habrá lugar para los 2.000 bancos que existen actualmente, más los centenares de nuevos entrantes que cada año se suman a la competencia”, sobre todo cuando algunos gigantes como Alibabá o Tencent está demostrando en países como China que pueden dominar los pagos, y otros segmentos tradicionales de la banca. El banquero pronosticó que se impondrán la construcción de unas pocas plataformas, donde una multiplicidad de proveedores competirán y cooperarán a la vez. “Solo unos pocos competidores representarán un papel central como dueños y gestores de las plataformas, tal y como hacen hoy Amazon, Google o Alibaba”, apostó.

Un proceso que, a su juicio, acelerará una “drástica consolidación” entre las entidades financieras donde no todos encontrarán encaje porque “no todo el mundo quiere comprar”. “Nosotros no hemos comprado franquicias físicas”, apuntó, en alusión, sin mencionarlo, a la no presentación final de ofertas por el Popular pese a que analizó hasta tres veces la operación.

La extinción que augura en el ecosistema financiero la argumentó en la desaparición del que no sepa adaptarse y, sobre todo, porque se estrangularán aún más los márgenes por una escalada de precios a la baja fruto de la mayor competencia y de la digitalización. Alertó que bajo este prisma se avecina además otro poblema: y es que se tenderá a generar monopolios, con agentes nuevos “poco acostumbrados a trabajar en un entorno regulado” y “con nuevas formas de fraude y nuevas fuentes de riesgo reputacional” que urgió evitar con una intervención normativa a escalada internacional.

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