Físico asegura que las condiciones del mar eran "anormales" con olas extremas

  • El profesor de física de la universidad William and Mary de Estados Unidos Alfred R. Osborne ha asegurado esta mañana que las condiciones del mar cuando se produjo el accidente del "Prestige" eran "anormales" con "olas extremas", una de las cuales, de hasta 16 metros y "con un gran peralte", habría golpeado al petrolero.

A Coruña, 11 abr.- El profesor de física de la universidad William and Mary de Estados Unidos Alfred R. Osborne ha asegurado esta mañana que las condiciones del mar cuando se produjo el accidente del "Prestige" eran "anormales" con "olas extremas", una de las cuales, de hasta 16 metros y "con un gran peralte", habría golpeado al petrolero.

Osborne elaboró un informe sobre el estado de la mar encargado por los armadores del buque en el que señala que "aunque la altura de la ola fue normal para un temporal de invierno, en realidad existían condiciones de mar anormales debido a los periodos muy cortos de las olas, unos 9 segundos.

"Por eso, las olas tenían una inclinación muy pronunciada", ha destacado.

Estas conclusiones respaldan la teoría de que el 13 de noviembre de 2002 el "Prestige" se vio inmerso en un fuerte temporal frente a Fisterra con grandes olas cuya mayor peligro no era su altura sino su "gradiente".

Una de estas olas, de hasta 16 metros y "con mucho peralte", habría golpeado al "Prestige" y sometido el caso del barco a una fuerte presión causando un gran daño en su estructura.

"Existe una gran posibilidad de que ocurriera", ha asegurado el experto.

La frecuencia de estas olas es 1 de cada 1.000, pero con un mar de condiciones "anormales" la probabilidad aumenta a 1 de cada 300, ha precisado Osborne.

Un informe del año 2000 elaborado por Puertos del Estado reconoce la posibilidad de que estas olas extraordinarias afecten a la costa española.

En su declaración como perito ante el tribunal de la Audiencia Provincial de A Coruña que juzga los daños medioambientales causados por el accidente del buque frente al litoral gallego, que se convirtió en el mayor catástrofe ecológica de la historia de España, Osborne ha explicado que esta ola pudo no ser percibida por otros barcos, incluso aunque se situasen a menos de 500 metros ni por las boyas.

Las olas extremas tiene una vida muy corta, de unos 20 minutos, y se desplazan formando un tren que se mueven conjuntamente aisladas del resto.

"Muchos barcos podrían pasar por la zona y no ver nada", ha asegurado.

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