Fitch confirma la "AA" de Bélgica y mejora su perspectiva a "estable"

Bruselas, 23 ene.- La agencia de calificación Fitch confirmó hoy la nota de solvencia de Bélgica en un "AA" y mejoró su perspectiva de "negativa" a "estable" gracias a las medidas tomadas para reducir el déficit, así como al progreso de la situación económica y financiera, informó en un comunicado.

Fitch argumenta su decisión ante las medidas tomadas por el Gobierno liderado por el socialista Elio di Rupo para reducir el déficit en un 1 % en 2012 hasta situarlo en el 2,9 % (según las estimaciones de la propia agencia), por debajo del límite del 3 % impuesto por Bruselas.

La agencia de calificación valora los esfuerzos realizados, pese a la contracción del Producto Interior Bruto de un 0,4 % que ha sufrido el país, siempre según sus cálculos.

"Las medidas de contingencia adicionales tomadas en marzo, julio y octubre ayudaron a mantener el presupuesto en el buen camino y demostraron el compromiso del Gobierno con el cumplimiento de sus objetivos", afirmó.

Otro factor que llevó a Fitch a mantener el "sobresaliente" de Bélgica es la confianza que otorga la diversificación de su economía del país, su alta renta per cápita y sus sólidas instituciones, a la vez que destacó la fortaleza de su sector externo.

La agencia de calificación subrayó la mejora de las condiciones de financiación que ha experimentado Bélgica, cuya prima de riesgo ha descendido, desde enero de 2012, momento en que rebajó un escalón la nota de solvencia del país de "AA+" a "AA".

Además, Fitch consideró que se ha logrado contener el contagio de la crisis bancaria que sufrió el país -que obligó al Gobierno a llevar a cabo una profunda reestructuración del sector- y afirmó que los riesgos provenientes de la crisis de la zona del euro se han aliviado.

Por contra, la mayor debilidad de Bélgica es la deuda pública que acumula, según la agencia, que prevé que se reduzca hasta un 79 % de aquí a 2021.

Otro punto flaco del país es la exposición del país a la crisis de su sector financiero, en especial a las pérdidas que aún pueda ocasionar el grupo Dexia, en proceso de desmantelamiento.

En 2012, el Estado belga tuvo que inyectar 2.900 millones de euros (un 0,8 % del PIB) en Dexia, el segundo tras los 3.000 millones que fueron concedidos al banco en 2008 para evitar su quiebra, y a los que se suman unas garantías que podrían alcanzar un valor de 35.000 millones en 2013, indicó Fitch.

La agencia de calificación advirtió que el grupo Dexia aún posee una gran cantidad de activos residuales -entre ellos, bonos de países periféricos de la zona del euro-, que podrían causar pérdidas en un futuro.

Finalmente, Fitch señaló que los costes laborales en Bélgica han sobrepasado los de sus tres principales socios comerciales -Francia, Alemania y Holanda-, lo que ha causado pérdidas en su competitividad exterior.

La agencia apunta como una de las causas a la indexación de los sueltos que se aplica cada año en Bélgica para compensar automáticamente la inflación, que se ha visto afectada por las ineficiencias del sector energético belga.