Florentino Pérez afirma que recibió carta de Arnaiz, que ofrecía ayuda a Albertos

Madrid.- El presidente de ACS y del Real Madrid, Florentino Pérez, manifestó ante la Audiencia Provincial de Madrid haber recibido una carta del ingeniero de caminos José María Arnaiz en la que afirmaba "que podía ayudar" a los empresarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer y que se la "reenvió" tras avisarles por teléfono.

Durante su declaración como testigo en el juicio contra los dos empresarios, sus abogados, los hermanos Arnaiz y la documentalista Gloria Álvarez por la presunta falsificación de una carta atribuida al socio de Urbanor Pedro Sentieri, el presidente de ACS señaló que recibió un escrito "que decía que era un ingeniero de caminos como yo que podía ayudar a Alcocer y Cortina. La reenvié y nada más".

Esa afirmación contrasta con lo que declaró José María Arnaiz, que negó haberse dirigido a Pérez para que mostrara a "los Albertos" que tenían potenciales pruebas exculpatorias en el caso Urbanor.

Arnaiz mantuvo que sólo se dirigió al presidente de ACS por indicación del abogado de "los Albertos" Ramón Hermosilla para que mediara en la resolución de las irregularidades del contrato firmado entre ellos y los dos primos para buscar pruebas exculpatorias.

Pérez, que afirmó no conocer a los Arnaiz sino sólo a "los Albertos" por ser socios de su constructora, declaró que no hizo ninguna gestión para averiguar quién era el remitente y que no comprobó que efectivamente fuera quien decía ser.

"Posteriormente volví a recibir una carta y directamente se la envié a Cortina", añadió Pérez en relación a otro escrito supuestamente enviado por Arnaiz y cuyo contenido dijo no recordar.

En la supuesta carta atribuida a Sentieri, éste acordaba con el constructor Julio SanMartín testificar en falso que no conocían la existencia de varios precios por la venta de los terrenos de Urbanor.

Esa carta fue utilizada por "los Albertos" para favorecer que el Tribunal Supremo revisara la sentencia que les condenó en el caso Urbanor.

El letrado de "los Albertos" que primero entró en contacto con Gloria Álvarez, Antonio Hernández-Gil, relató hoy que la documentalista le informó de que "existía una carta con la firma de Sentieri en la que se demostraba que conocía la dualidad de los precios de Urbanor", aunque trasladó de forma parcial la información a "los Albertos" porque no tenía "datos precisos".

"No debí de trasladar a los señores Cortina y Alcocer que se trataba de un documento procedente de Sentieri porque me pareció un tema muy delicado", aseguró Hernández-Gil, que insistió en que las propuestas de acopio de información que proponía Álvarez eran algo "vago, improbable, futuro y eventual".

Aunque reconoció que el escrito que ofrecía la documentalista "podía ser un documento esencial", sostuvo que "el procedimiento por el que esto aparecía me creaba muchas dudas y prefería esperar a ver qué pasaba".

El también testigo Eduardo Junco, socio del despacho de Hermosilla, insistió en que no pudieron urdir ninguna trama con los hermanos Arnaiz para la elaboración de la carta falsa y su presentación ante la Fiscalía -de lo que está acusado Hermosilla- porque ni sabían la clase de pruebas que decían tener los hermanos.

"Cuando se firmó el contrato, no teníamos ni idea de qué pruebas podían aportar. Decían que podían prestar un servicio jurídico. Creí que las pruebas las iban a facilitar ellos, no que iban a presentar una denuncia", sostuvo Junco, que añadió que "Hermosilla me dijo que nuestro papel era esperar a ver qué hacían los señores Arnaiz".

El último testigo en declarar, el también letrado de "los Albertos" Manuel Delgado, corroboró que fue él quien les sugirió que contrataran al ex fiscal Ignacio Peláez para la personación en el caso abierto a raíz de la aparición de la carta "porque le considero un buen abogado penalista".

Las acusaciones particulares formadas por los socios de Urbanor Pedro Sentieri, Luis García Alarcón y Francisco Castelló (representadas por las letradas Marian Estrela y Luisa Ramón) han sostenido siempre que Peláez fue elegido para personarse porque Hermosilla estaba demasiado implicado en las gestiones previas.