El Gobierno respira. El acuerdo de los 27 jefes de Estado y de Gobierno para impulsar el Fondo de Reconstrucción es el chaleco salvavidas que Pedro Sánchez y los suyos esperaban desde hace semanas, en medio de los temores de que la negociación volviera a fracasar por las reticencias de Países Bajos y el resto del club de los países frugales. El miedo a que el acuerdo implicara futuros recortes era una de las cuestiones que quitaba el sueño a los miembros del Ejecutivo. A quien más le preocupaba era a Pablo Iglesias, que sabía que estaba en manos del Consejo Europeo para poder continuar con la agenda de su Vicepresidencia de Derechos Sociales. Ahora, con la tranquilidad de saber que hay dinero disponible, Iglesias y su equipo tienen claras sus prioridades de inversión. Y la dependencia y el impulso a la gratuidad de la educación 0 a 3 años encabezan la lista. Aunque está por ver que puedan concretar esos objetivos.
Aunque el diseño de cómo se repartirán los 140.000 millones para luchar contra el coronavirus entre las distintos ministerios y qué políticas serán las primeras en reforzarse, en la cartera de Derechos Sociales y Agenda 2030 ya tienen claro que darán ese empujón final a asuntos de los que han hecho bandera. El primero será la atención a personas dependientes, que tras el Ingreso Mínimo Vital se había convertido en el centro del trabajo cotidiano de la Vicepresidencia. El objetivo es recuperar la financiación de los años previos a la crisis, tras los recortes que sufrió durante la etapa en el Gobierno de Mariano Rajoy. Tanto Iglesias como su secretario de Estado, Nacho Álvarez, quieren que la partida crezca se adapte a la economía actual. El dinero europeo les permite acercarse a su objetivo. El problema estará en el reparto para las comunidades autónomas, que son las que tienen transferida la competencia.
El asunto de los cuidados de larga duración es una de las obsesiones en política social de Iglesias. Por eso quieren acelerar el aumento de fondos todo lo posible, al considerar que están a tiempo de llegar a muchos dependientes y familias que podrían afrontar una realidad muy distinta con esa ayuda. Los familiares también son parte de la cuestión, ya que la mayoría de los que se encargan de asistir a sus padres, parejas o hijos reciben ayudas que son insuficientes para lo que realmente necesitan para garantizar la dignidad del dependiente. Los ancianos en general son otro asunto que pondrán sobre la mesa, ya que consideran necesario que haya una Estrategia contra la Soledad no Deseada que mitigue la situación de esas personas mayores que están solos sin quererlo. Dotar de fondos medidas como el acompañamiento y la atención más personalizada para ellos están entre sus planes.
Guarderías y refuerzo de otras políticas
Pablo Iglesias también pretende dar la batalla por cuestiones que, aunque no dependen directamente de él, si considera que forman parte de su agenda social y política. Conseguir la universalización y gratuidad de la educación 0 a 3 años será una de ellas, al estar considerada como una política estratégica por toda la coalición. Esto facilitará que insista en algo que depende del Ministerio de Educación que lidera Isabel Celaá, que tendrá que ser la que dé la cara antes las comunidades autónomas para convencerlas de que una inversión de ese tipo es viable. La idea es que haya una red pública que ofrezca plazas suficientes para todos los niños. Lo que, a juicio del Gobierno, contribuye a reducir la desigualdad entre los menores que pasan sus primeros años en casa y los que reciben clase desde bebés. Y de paso, facilita la conciliación de las familias.
Otro trabajo que tendrá que realizar la vicepresidencia tras la culminación del Fondo de Reconstrucción es cumplir con esas recomendaciones que hace la Comisión Europea en su informe del Semestre Europeo, al ser necesario para solicitar los fondos que se prioricen los objetivos de ese documento. Entre los que le tocan a Iglesias están la mejora de la cobertura y la adecuación del Ingreso Mínimo Vital, lo cual tendrá que hacer en coordinación con el Ministerio de Seguridad Social; fomentar el acceso al aprendizaje digital, donde también deberá ponerse de acuerdo con Educación; y reforzar la protección a los desempleados, cuestión social que le tocará gestionar junto al Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz.
El resto de asuntos del Semestre Europeo en los que el líder de Unidas Podemos también podrá tener un papel tienen que ver con la "aplicación de políticas fiscales destinadas a lograr situaciones fiscales prudentes", ya que los morados quieren tener mucho que ver en la futura reforma fiscal que se realice. El refuerzo de la sanidad y de los medios humanos y materiales para su desarrollo, recomendado también por la Comisión, será otro de los temas en los que se espera que dé la batalla, ya que pretende que la inversión aumente al máximo posible. También se 'mojará' en el consejo de garantizar la liquidez de los autónomos, para los que Europa quiere que se les ayude para no retrasar los pagos que les corresponden. Lo mismo con la transición ecológica, para la que se reclama el fomento de la investigación para lanzar del todo el consumo de energías limpias.
El 'adiós' a los hombres de negro
La cartera de Derechos Sociales y Agenda 2030 es la que más tranquila se ha quedado después de que se hayan esquivado los 'hachazos' en políticas que les corresponden. La sombra de los 'hombres de negro' alentada por holandeses o austriacos inquietaba al lado de Unidas Podemos en el Consejo de Ministros, ya que consideraban inasumible el regreso de fórmulas como la de la troika para controlar el gasto que se realiza en medio de una pandemia como la actual. Además de que habrían tenido muy difícil defender ante su electorado el tener que asumir obligaciones como diseñar una nueva reforma laboral o recortar en campos como las pensiones o los subsidios por desempleo.
De hecho, hay satisfacción porque algunos de los requisitos para poder solicitar implican aumentar el gasto social, a la vez que se ha reforzado el Fondo Social Europeo, que es clave para el día a día del ministerio de Iglesias. Aun así, entre los morados no ha gustado nada que en el acuerdo se hayan desaparecido las partidas específicas para Sanidad, Investigación o Transición Justa contempladas en el Marco Financiero Plurianual. Como tampoco ha sentado bien que los 27 no hayan sido más duro a la hora de exigir que se realicen reformas en movilidad, políticas sociales o cuidados. Lo cual refuerza a Iglesias en su idea de insistir en que todo lo relacionado con las mismas se lleve buena parte de los fondos.
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