En octubre y noviembre

La fotovoltaica pone el ojo en la subasta de otoño frente al atasco burocrático

La potencia concedida en los próximos meses, así como la evolución del 'atasco' administrativo, marcarán la capacidad de producción de 'energía barata' que se oferte en el mercado eléctrico ante el alza de precios.

Instalación de Cellnex con placas solares para mejorar la cobertura en Matanza (Soria).
Instalación de Cellnex con placas solares para mejorar la cobertura en Matanza (Soria).
CELLNEX

La crisis de los precios energéticos ha marcado la mayor parte de los meses de 2022 y se espera que así sea hasta fin de año, ya que el conflicto en Ucrania dibuja un escenario de incertidumbre con posibles cortes de suministro para el que el entorno europeo ya ha comenzado a prepararse. Este escenario ha acarreado una inflación generalizada, pero también una ventaja de oportunidad para un sector al alza dentro de las energías renovables, el de la generación de energía fotovoltaica. El cuarto trimestre se presenta “interesante” para este sector, en palabras del director general de UNEF, José Donoso, con dos citas importantes: la subasta del 22 de noviembre de 1.800 MW de potencia y la del 25 de octubre de un total de 140 MW para pequeñas plantas (menos de 5MW). 

Desde UNEF se muestran positivos en sus previsiones para los últimos meses del año. “Esperamos que siga creciendo el autoconsumo y también la instalación en suelo. En el caso del autoconsumo seguramente vamos a incrementar de manera sustancial el 1,2GW que se instaló el año pasado y respecto al suelo, también hay posibilidades de superar la cantidad del año pasado en cuanto a instalación”, aseguran. De hecho, estos meses van a ser clave para el sector, puesto que se convocarán los primeros concursos de capacidad para nueva potencia que marcarán el paso para el año que viene. Es el caso de la subasta de noviembre, en la que se ha acabado con la competencia entre energía eólica y solar, de manera que cada tipo tiene asignada una potencia, 1.800MW para la fotovoltaica y otros 1.500 para la energía que hace uso del viento.

El avance del ‘atasco’ administrativo también condicionará la evolución del sector antes de las campanadas de fin de año. “Si se resuelven estos trámites, no va a marcar una diferencia para este año, pero sí estaríamos creando la base de la potencia que se instalará en 2023”, recalca Donoso. “Necesitamos acelerar estas tramitaciones administrativas para poder instalar cuanta potencia sea posible, lo antes posible, para poder contribuir a la resolución de las crisis de suministro, de precios de la energía y del cambio climático”. Además, destaca que en el caso de España las grandes plantas no dependen de las subvenciones, sino que su rentabilidad atrae a los inversores privados y la Administración debe ser ágil en su respuesta. Como ha evidenciado Iberdrola, que ha puesto en marcha la planta fotovoltaica más grande de toda Europa. 

Las pequeñas plantas, en cambio, cuentan con su propia subasta en el mes de octubre, hecho que el director de ANPIER, Rafael Barrera valora positivamente, aunque no se atreve a ser muy optimista con el resultado. “Tenemos dudas”, admite. El factor que señalan como clave es el ‘precio de reserva’, un valor que ejerce de corte y deja fuera al resto de ofertas y que este año, al igual que el anterior, tiene carácter confidencial. “Nosotros demandamos al Ministerio que este dato fuera público, porque el precio de reserva del año pasado fue un precio bajo, lo que hace muy difícil que los proyectos sean interesantes”, explica.

El precio al que se vende cada MW/h va a condicionar el tiempo en el que se amortice esa planta, para ANPIER el objetivo es que este no se extienda más allá de los doce años. “Si el precio para pequeños proyectos está por debajo de los 42, 45 euros MW/h, los números se tensionan mucho y se quedarán fuera muchas propuestas, como ya pasó en 2021 cuando se adjudicó solo una pequeña parte de la potencia subastada”. Por ello, estiman que de haberse dado a conocer este ‘precio de reserva’ y ser una cantidad razonable, podría haber fomentado la participación de muchas pequeñas empresas que, tras haber sido rechazas en una ocasión, habrían descartado presentarse. Aunque reconocen los esfuerzos del Ejecutivo por avanzar en la electrificación de la economía y dar respuesta a la crisis energética. 

Para UNEF, estos últimos tres meses del año también suponen el momento oportuno para revisar el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), ya que el objetivo fijado (39 GW de energía solar fotovoltaica) se queda corto en el contexto de crisis energética, mientras otros países del entorno como Alemania, han duplicado los suyos. Por ello, consideran que España debería revisarlos al alza para sacar partido de la ventaja competitiva de la que goza en este sector, no solo por sus abundantes horas de sol, sino también por el terreno disponible para la instalación de plantas; y aportar al mercado eléctrico una garantía de suministro y ampliar la oferta de energía barata.

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