Francia recula ante la presión y no subirá la tasa al carburante si se dispara el crudo

  • El primer ministro, Édouard Philippe, se muestra dispuesto a reunirse con los 'chalecos amarillos' pero insiste en que no hay marcha atrás.
Manifestantes vistiendo chalecos amarillos marchan al Palacio del Elíseo, en París (EFE/EPA/IAN LANGSDON)
Manifestantes vistiendo chalecos amarillos marchan al Palacio del Elíseo, en París (EFE/EPA/IAN LANGSDON)

El Gobierno francés ha abierto la puerta a un replanteamiento en su política fiscal y suspenderá el aumento de los impuestos al carburante programados a partir del 1 de enero si el precio del barril de petróleo se dispara. Contesta así el gabinete de Emmanuel Macron con una medida para intentar calmar las protestas de los 'chalecos amarillos' que llevan dos semanas movilizados con bloqueos y manifestaciones.

El primer ministro, Édouard Philippe, que dio este miércoles algunos detalles de este mecanismo en una entrevista televisada por "BFMTV", se mostró dispuesto, "si hay una delegación representativa", a recibir a los 'chalecos amarillos' porque en sus reivindicaciones "hay muchas cosas legítimas". El ministro de la Transición Ecológica, François de Rugy, se reunió el martes durante dos horas con dos de sus portavoces, que al término del encuentro reiteraron su voluntad de continuar con las protestas porque no percibieron en el Gobierno "una voluntad para cambiar las cosas", informa Efe.

Philippe insistió en que, como ha dicho el presidente Emmanuel Macron, se mantiene el incremento a partir de enero de las tasas sobre los carburantes (6,5 céntimos por litro de gasóleo, 2,9 para la gasolina), para desincentivar el uso de los combustibles fósiles y para equiparar la fiscalidad de la gasolina y del diésel. Pero puntualizó que cada trimestre se hará una evaluación de la evolución del barril de petróleo en los mercados internacionales y en caso de que haya incrementos muy pronunciados, entonces se podría dejar de aplicar temporalmente la subida de los impuestos que está prevista desde comienzos de año.

Más allá de la cuestión de los combustibles, que está en el centro de las reivindicaciones de los "chalecos amarillos", el primer ministro dijo que comparte "la impaciencia" que percibe en la población para reducir los impuestos, aunque a continuación puntualizó que no lo puede hacer "a un ritmo irracional". La razón es que los gobiernos franceses de las últimas cuatro décadas sistemáticamente han gestionado presupuestos con déficit.

En cualquier caso, prometió que se va a reducir el nivel impositivo en Francia y señaló que este año ya han disminuido las cotizaciones sociales que pagan los asalariados y que 18 millones de familias se han visto beneficiadas por un recorte de la tasa de la vivienda, una medida que debe ampliarse al 80% en los dos próximos años.

Por otro lado, Philippe descartó subir el salario mínimo más que la inflación en el momento de su revalorización en enero próximo, y se alejó de este modo de lo que sí parece más cercano al sur de los Pirineos, ya que el presidente español, Pedro Sánchez, está dispuesto a aprobar un incremento de más del 20% haya o no haya Presupuestos para 2019.

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