El Gobierno tenía un plan para repatriar a los españoles que se fueron al extranjero durante la crisis financiera de 2008. La difícil situación que atravesaba nuestro país provocó una emigración masiva en busca de oportunidades al resto del mundo y la población española residente en el exterior se disparó en más de un millón de personas, hasta superar ampliamente los 2,5 millones de expatriados. En marzo de 2019, el Ejecutivo (entonces monocolor, socialista) aprobó el denominado 'Plan de Retorno a España' y puso en marcha un programa piloto en el que participaron 200 usuarios. Los resultados hasta la fecha, no obstante, son poco alentadores: apenas han vuelto 58 participantes, menos de un 30% del total.
El Plan lo diseñó el equipo de la Secretaría de Estado de Migraciones, entonces dependiente del departamento de Trabajo que pilotaba Magdalena Valerio. Bajo el lema "Un país para volver", el proyecto incluía un total de 50 medidas encaminadas a facilitar la vuelta de los emigrantes españoles, eliminando barreras administrativas, y convertir este país en un lugar atractivo para desarrollar un proyecto de vida personal y profesional. Con un presupuesto total de 24,2 millones de euros (12,4 millones en 2019 y 11,8 millones en 2020) y una decena de ministerios implicados, se comprometían desde ayudas a la búsqueda de vivienda hasta incentivos fiscales, pasando por bonificaciones en la cuota de autónomos (se estimó que de esta última medida podrían beneficiarse 2.300 personas, que podrían ahorrarse 3.508 euros por persona y año).
En definitiva, el Plan de Retorno contemplaba un conjunto de medidas para atender las demandas de los diferentes perfiles de emigrantes que quieren volver y de las personas ya retornadas. Y además, reconocía expresamente en este amplio documento que en nuestro país cientos de miles de personas tuvieron que buscarse la vida en el extranjero como consecuencia de la crisis económica, especialmente jóvenes con un elevado nivel de formación, cuyas perspectivas laborales en España se limitaban al desempleo o la precariedad. Ese nuevo fenómeno migratorio se bautizó como 'fuga de cerebros'. El testigo del proyecto para recuperar el talento migrado lo recogió a principios de 2020 el Ministerio de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social que dirige José Luis Escrivá y La Información se ha interesado por la evolución del proyecto.
Pues bien, los responsables de la actual Secretaría de Estado de Migraciones explican que la ejecución del plan aprobado por el Consejo de Ministros el 22 de marzo de 2019 se ha llevado a cabo desde mediados del año pasado y durante el primer semestre de 2020. La primera fase ha consistido en la aplicación de un programa piloto "con el fin de evaluar la experiencia de los usuarios, utilizando métricas de impacto", con carácter previo a la ejecución de las medidas mencionadas, para que "sus resultados permitiesen orientar la implementación de aquéllas". Si bien la pandemia de la Covid-19 "ha modificado el contexto sobre el que opera el plan y ha hecho necesario un replanteamiento de la puesta en marcha de algunas de sus medidas", admiten los responsables del ramo.
La mayoría, mujeres jóvenes
En cualquier caso, el programa piloto se ejecutó entre los meses de julio de 2019 y junio de 2020, prestando tres servicios: mediación laboral y mentoring al emprendimiento, consultas administrativas y acompañamiento psicológico. Según los datos aportados por la Secretaría de Estado, este programa participaron en total 200 usuarios (el 59% mujeres, frente al 41% de hombres), con una media de edad de 35 años, procedentes de 39 provincias españolas y residentes en 29 países de los cinco continentes. Pues bien, de los 200 participantes, apenas han retornado 58 (un 29% del total), aunque desde Migraciones adelantan que 33 usuarios adicionales habían fijado ya una fecha de regreso a España.
¿Cuál es el perfil de las personas que han retornado? Del total de participantes en el programa piloto, una amplia mayoría (179 personas, el 89,5%) estaban interesados en un trabajo por cuenta ajena, mientras solo 21 usuarios (el 10,5%) mostraban interés en desarrollar proyectos empresariales. Desde Migraciones indican que "el servicio de mediación laboral fue el más solicitado", con 213 sesiones de asesoramiento y 1.881 informes de seguimiento. Y añaden que, además de los participantes directos, 8.321 usuarios han entrado en la página web del programa, procediendo las principales visitas de Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Irlanda, Austria, Holanda, Chile, México y Suiza.
Hay que insistir en que la mayoría de retornados son jóvenes, dado que la media de edad total se sitúa en los 35 años. El Plan diseñado por Valerio ya identificaba a este colectivo como mayoritario en la fuga de talento e identificaba este fenómeno como "una de las expresiones más amargas de la crisis y los recortes", aunque también admitía que la migración de la juventud representaba también una oportunidad personal y profesional. En ese sentido, ya en 2014, un estudio del Injuve sobre la emigración de los jóvenes españoles en el contexto de la crisis señalaba entre sus conclusiones que "si se llevan adelante políticas activas de retorno en el medio plazo para que no se produzca el arraigo, tendremos una oportunidad como país para transformar esta experiencia migratoria en un aporte al desempeño profesional de estos jóvenes y un aporte también a la cultura del país".
El Gobierno se comprometió a poner a disposición "los recursos necesarios para facilitar el retorno de los diferentes perfiles de emigrantes que quieren volver", resultando "evidentes" los "beneficios económicos, familiares y sociales para España". Sin embargo, los resultados del programa, aún en fase inicial, son escasos, a la vista de las cifras. Además, las grandes medidas como los incentivos fiscales, las bonificaciones en la cuota de autónomos o las ayudas a la búsqueda de vivienda (una de las principales trabas a la hora de volver a España) están atascadas. La pandemia ha dado un vuelco a la agenda del Gobierno y este ha sido, por motivos evidentes como las restricciones a la movilidad, uno de los proyectos más frustrados, que debe reeditarse para adaptarlo a la nueva normalidad, cuando esta llegue.
Enfermeros expatriados
Pero precisamente en plena emergencia sanitaria, uno de los colectivos más expuestos, como son los profesionales de enfermería, son también los que han escaseado por encontrarse muchos en el extranjero, según ha denunciado el Sindicato de Enfermería (Satse), que ha reclamado a los responsables de los distintos partidos políticos que presenten iniciativas en el Congreso de los Diputados instando al Gobierno a que apruebe un 'Plan de Retorno y Estabilidad para Enfermeros en el Sistema Nacional de Salud', que evite la emigración forzosa de estos profesionales y que los miles que ya se encuentran en el extranjero puedan volver a su país si así lo desean.
En una carta, el presidente de la organización sindical, Manuel Cascos, recuerda que en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica se acordó "priorizar con carácter urgente medidas para acabar drásticamente con la precariedad laboral y la temporalidad estructural" y "establecer los mecanismos e incentivos necesarios para recuperar a muchos profesionales sanitarios que emigraron durante los años de crisis económica". "Mientras España se encuentra a la cola de Europa en cuanto al número de enfermeras y enfermeros por habitante, el resto de países se benefician de la excelente cualificación y competencias de los profesionales españoles que no vieron otra salida que hacer las maletas y dejar a sus familias y seres queridos en busca de una oportunidad laboral", denuncia.
