Frenesí de inversiones de empresas filipinas en todo el mundo

  • Las empresas filipinas se lanzaron a la conquista de los mercados globales, con compras de viñedos, sociedades agroalimentarias o casinos en todo el mundo, en una demostración del sorprendente vigor de la economía del archipiélago.

El crecimiento interno sólido, los precios de saldo que se encuentran en muchos países con economías estancadas y el bajo nivel de las tasas de interés explican esta ola de inversiones, según los analistas.

Hacía años que Filipinas exportaba a sus vecinos asiáticos comida chatarra y centros comerciales, pero desde hace un tiempo las prósperas compañías de este país han buscado nuevos mercados y diversificado sus áreas de inversiones.

"¡Esto es el colonialismo al revés!", exclama Luis Limlingan, analista de la operadora bursátil Regina Capital, de Manila.

El ritmo de las adquisiciones sorprendió a inversores locales y extranjeros. "Las empresas filipinas irrumpieron en la escena internacional y no se limitan a un solo sector. Las oportunidades abundan", subraya Jonathan Ravelas, de BDO Unibank.

La principal empresa filipina de comida rápida, Jollibee Foods, anunció este mismo martes la adquisición del 40% del capital de la cadena estadounidense de hamburguesas de buena calidad Smashburger, por 99 millones de dólares.

Otro ejemplo reciente es la compra de la marca británica de productos sucedáneos de la carne (o carne vegetal) Quorm por el fabricante filipino de fideos instantáneos Monde Nissin, por 550 millones de libras esterlinas (833 millones de dólares, 743 millones de euros).

Monde Nissin compró también en los dos últimos años, por sumas no comunicadas, las marcas australianas Nudie, de jugos de fruta) y Black Swan, un fabricante de salsas.

La firma filipina en plena expansión fue creada hace 30 años por Betty Ang, actualmente la 19º persona más rica del país, con una fortuna estimada en 900 millones de dólares, según la revista forbes.

La sociedad Emperador, del magnate Andrew Tang (4ª fortuna de Filipinas), se centraba hasta ahora en la producción local de brandis baratos, pero ahora busca diversificar sus negocios en Europa, con fondos disponibles de mil millones de dólares.

En mayo anunció que participaba en la puja por la compra de la marca francesa de coñac Louis Royer SAS.

El año pasado, Emperador adquirió la marca de whisky escocés White and Mackay, por 430 millones de libras (726 millones de dólares).

También desembolsó el año pasado 60 millones de euros 882 millones de dólares) por Bodega Las Copas, para fabricar brandy en España.

El empresario Enrique Razon, tercera fortuna del país, hizo fortuna en la gestión de puertos, pero ahora busca expandirla en el sector de los juegos de azar en Asia.

En 2013, abrió un casino en Manila, una inversión de mil millones de dólares, y este año, su grupo Bloombery Resorts anunció la compra de la isla surcoreana de Silmi y de una parte de la vecina isla de Muui para construir un complejo de ocio.

Otras operaciones, menos publicitadas, llevaron a empresas filipinas a incursionar en una amplia gama de sectores, como las telecomunicaciones, la electricidad, la comida rápida o el petróleo.

Los inversores El archipiélago se lanzan al mundo aprovechando la fortaleza de la economía local y la debilidad de países donde la actividad retrocede o está estancada, apuntan los analistas.

"Esas compañías disponen de enormes reservas de dinero y lo maximizan como complemento de sus actividades tradicionales". afirma Astro del Castillo, director general del operador bursátil First Grade Holdings, de Manila.

La economía filipina fue durante años a la zaga de la de muchos de sus vecinos asiáticos, en parte por la corrupción endémica y el peso de la burocracia.

Pero en los últimos años se convirtió en una de las más dinámicas, con un crecimiento promedio del PIB de 6,3% entre 2010 y 2014.

Este año la expansión se ha moderado, pero aun así ha sido de 5,3% en el primer semestre.

Muchos observadores en el extranjero atribuyen el despegue a los esfuerzos del presidente Benigno Aquino, cuyo mandato de seis años finalizará en 2016, para combatir las malas prácticas en los negocios y simplificar las gestiones burocráticas.

Pero según analistas locales, muchos problemas subsisten y eso precisamente empuja a muchas firmas filipinas a buscar oportunidades en el exterior.

"No es tanto por falta de oportunidades en el país, como por los cambios de reglas en medio del partido (...) y por la lentitud de la puesta en marcha de las iniciativas" para simplificar la burocracia, sostiene Victor Abola, economista de la Universidad de Asia y el Pacífico.

En el índice de facilidad para hacer negocios "Doing Business", establecido por la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial, Filipinas ocupa la posición 95, de un total de 189 países estudiados.

Pero esa posición modesta marca un salto espectacular de 53 posiciones en los últimos cuatro años.

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