La pandemia, de la que todavía quedan reminiscencias en forma de restricciones como la tan polémica “política cero COVID” de China, y la invasión rusa de Ucrania que cumplirá en febrero un año, han provocado importantes interrupciones en los procesos de producción desde finales de 2019, colaborando a calentar el entorno inflacionista que sufre Europa. La situación, tres años después del primer caso conocido de Covid-19 en China, no se ha solucionado y los empresarios avanzan que tendrán complicado cumplir plazos de entrega si se vuelven a producir cuellos de botella en el abastecimiento de materias primas o componentes.
Así, según el último informe del Instituto de Investigación de Capgemini, el 82% de las empresas españolas manifiesta que no puede anticiparse a los posibles cambios en el mercado derivados de las nuevas tendencias en la cadena de suministro. De igual forma, el 93% afirma no encontrarse en disposición de suplir la demanda del mercado en caso de que se den alteraciones en la cadena de suministro y esta es otra incógnita para la economía española.
De acuerdo con Miguel Sebastián, coordinador académico de GATE Center, “los cuellos de botella se están relajando en la medida en que la oferta se va adaptando a la demanda”, algo que en sus palabras “se esperaba que ocurriera, pues la oferta es más rígida, pero acaba reaccionando a los precios”, aunque, si el mercado español no logra ajustarse más rápidamente, la economía estaría al borde de una nueva crisis. Y con el embargo a Rusia, lo que suceda en China será muy relevante.
La economía europea y la falta de suministros
No solo es España, las economías de la Eurozona, extremadamente dependientes de la importación de materias primas y bienes intermedios para sus procesos de producción, también cruzan los dedos para que no se produzca una reactivación de los problemas de suministro, que han hecho mella en los últimos años.
En julio de 2021, de acuerdo con datos de la Comisión Europea, el porcentaje de empresas manufactureras de la Unión Económica y Monetaria (UEM) que se enfrentó a escasez de material o de equipo marcó un máximo histórico, cercano al 40%, porcentaje muy superior al 7% de finales de 2020.
El panorama individual de los 27 queda de la siguiente forma, con Alemania a la cabeza de países más afectados. El fenómeno de los cuellos de botella ha afectado severamente a la economía alemana. En julio de 2021, el 70% de las empresas manufactureras alemanas tuvieron que reducir o cambiar las estrategias de producción debido a materiales o equipos insuficientes.
El impacto de la desaceleración económica de China
Según un informe de Caixabank Research, realizado con datos de entre el 5 al 11 de diciembre de 2022, la pronunciada caída en los flujos comerciales de China es una señal de alerta en medio de una escena de desaceleración de la economía mundial. La contracción de las exportaciones de mercancías chinas se aceleró en noviembre, con una caída del 8,7% interanual (-0,3% en octubre), la mayor caída desde el primer semestre de 2020. Destacó el descenso en las exportaciones de productos electrónicos.
Por su parte, la contracción de las importaciones también repuntó y alcanzó el 10,6% interanual en noviembre (-0,7% en octubre), y los datos mostraron una demanda interna más débil. En conjunto, los datos apuntan a un período de debilidad de la economía china, impulsado por una menor demanda mundial, el reciente aumento de casos de covid-19 y la crisis inmobiliaria del país. En este sentido, aunque las autoridades chinas han anunciado una importante flexibilización de la política libre de covid-19 y nuevas medidas de apoyo al sector inmobiliario, es probable que los efectos tarden algún tiempo en desaparecer.
El débil entorno empresarial
Los PMI de confianza empresarial por debajo de los 50 puntos (umbral que indica el crecimiento) sugiere que la economía mundial podría estar contrayéndose en lo que llevamos de cuarto trimestre de 2022. En el caso de España, el índice PMI para el sector servicios volvió a terreno positivo tras alcanzar hasta los 51,2 puntos en noviembre, por encima del umbral que marca crecimiento. No obstante, las empresas del sector siguieron reportando presiones alcistas en los costes por los elevados precios de la electricidad y el gas.
Teniendo en cuenta la incertidumbre del mercado, las empresas han adoptado una de las siguientes medidas para intentar prevenir otra crisis en las cadenas de suministro. Algunas empresas están optando por la relocalización, trayendo la producción externa de vuelta al país. También hay quien ha aumentado la diversificación, aumentando la cantidad de proveedores extranjeros a pesar de los costes que esto implica. En último lugar, tal y como vimos a principio de diciembre con el “Black Friday”, muchas de las empresas han optado por mantener un exceso de inventario, en caso de que se produjese un shock de la oferta.
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