Votación en la CEOE

Garamendi logra el sí al acuerdo laboral pese al rechazo de grandes patronales

El presidente de la organización empresarial consigue el apoyo mayoritario de sus socios al paquete de medidas pactado con el Gobierno. Los sindicatos todavía están reunidos y previsiblemente lo respaldarán.

Garamendi
Garamendi logra el sí al acuerdo laboral pese al rechazo de grandes patronales
EFE

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha conseguido el respaldo de la cúpula de la patronal al acuerdo alcanzado con el Gobierno para la reforma laboral, según avanzan a La Información fuentes de la organización empresarial. En concreto, el Comité Ejecutivo ha manifestado su apoyo mayoritario, a excepción de cuatro grandes patronales, que se han abstenido en la votación, como se ha adelantado en estas páginas. Se trata de la catalana Foment, la madrileña Ceim, así como sectoriales de peso en el ámbito del motor, como Anfac, y agrario (Asaja).

"A la espera del texto definitivo, el Comité Ejecutivo ha dado el visto bueno a las líneas generales de la propuesta", revelan desde la confederación empresarial tras la votación que se ha producido esta misma mañana. Otras fuentes al tanto del desarrollo del cónclave patronal desvelan que el apoyo no ha sido mayoritario, sino que cuatro grandes patronales han manifestado su rechazo al contenido acordado con el Gobierno y los sindicatos: dos territoriales, Foment y Ceim; y dos sectoriales, Anfac y Asaja.

Según detallan estas fuentes, durante las deliberaciones, los representantes de estas cuatro organizaciones han manifestado sus recelos a otorgar su apoyo a una reforma que sospechan que puede perjudicar a sus intereses empresariales. Además, intentando salvar su coherencia corporativa en cada caso, los líderes de varias de las patronales con mayor peso en la CEOE no se han mostrado por la labor de votar 'sí' a la 'reforma Díaz', cuando la patronal ni siquiera respaldó con su voto la reforma que introdujeron Mariano Rajoy y Fátima Báñez en el año 2012.

En las deliberaciones previas a la votación del cónclave empresarial se han puesto de manifiesto las distintas sensibilidades que confluyen en el entramado de la cúpula patronal. Tras el alegato inicial de Garamendi en defensa de una reforma que ha vendido como buena para las empresas, al mejorar en aspectos que inicialmente no se contemplaban en las negociaciones, varios de sus socios se han posicionado en contra, por considerar que las medidas pactadas suponen un retroceso respecto a la legislación actual, sobre la que, han insistido, tampoco votaron a favor.

Tanto Foment como Ceim llevan semanas advirtiendo de que no apoyarían una contrarreforma laboral a cualquier precio y mostrando sus reticencias sobre el contenido de los borradores gubernamentales. La presión dentro de casa también se ejerce desde algunas sectoriales del motor como Anfac y Ganvam o del sector agrario, como Asaja, de gran peso, que han manifestado sus dudas sobre los cambios previstos en la estructura de la negociación colectiva o la contratación temporal y subcontratación de obras y servicios. Finalmente, estas organizaciones han optado por abstenerse en la votación.

La abstención de algunos de los integrantes de la cúpula de la organización empresarial en la votación final impide a Garamendi vender el apoyo unánime de la CEOE a una reforma que ha sido negociada bajo la estrategia del "control de daños". El presidente de la patronal considera que una reforma pactada es más beneficiosa para los suyos que una que no cuente con su firma y así se lo ha trasladado a sus socios, que aun así han mostrado algunas reticencias insalvables, de acuerdo con el resultado de la votación.

Otros frentes abiertos

Pero la abstención de algunos de sus socios más potentes no es el único obstáculo al que se ha enfrentado Garamendi esta mañana. Fuentes de la cúpula patronal presentes en el cónclave advierten de que existe un "temor generalizado" a la afectación que pueda tener sobre el acuerdo el trámite parlamentario para la convalidación del real decreto ley y su tramitación como proyecto de ley. No hay que olvidar que el Ejecutivo pone en riesgo el tramo más cuantioso, de 12.000 millones de euros, de los fondos europeos de recuperación, si atiende a las demandas de sus socios y permite que el Congreso de los Diputados modifique medidas publicadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y pactadas con la patronal y los sindicatos.

A esta hora, el Gobierno cuenta con el visto bueno de la patronal a su reforma laboral, pero todavía está pendiente el apoyo de los sindicatos. El respaldo de las cúpulas de CCOO y UGT, en cualquier caso, se da por descontado, porque a pesar de que las organizaciones sindicales han criticado las cesiones del Ejecutivo a la patronal, pueden presumir de haber conseguido reequilibrar el esquema de negociación colectiva para recuperar parte de los derechos arrebatados a los trabajadores con la reforma del PP.

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