Apoya los indultos

Garamendi pide a Trabajo que se eche a un lado en la mesa de la reforma laboral

El presidente de la CEOE aprovecha una intervención ante la vicepresidenta Díaz para demandar al Gobierno que deje espacio al diálogo social bipartito: "Exigiría que se nos deje trabajar, sabemos hacerlo".

Yolanda Díaz Garamendi
Garamendi pide a Trabajo que se eche a un lado en la mesa de la reforma laboral
Europa Press

"Exigiría que se nos deje trabajar, porque sabemos hacerlo". Con esta contundente petición ha zanjado su intervención el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en la reunión del Cercle d'Economia ante la vicepresidenta tercera del Gobierno, Yolanda Díaz, y el secretario general de UGT, Pepe Álvarez. El líder de la patronal ha demandado así al Ministerio de Trabajo que se eche a un lado en la negociación de la reforma laboral y que deje espacio al diálogo social bipartito entre empresarios y sindicatos. 

La petición, que puede sonar un tanto inasequible, no es baladí. Lo que ha querido buscar el presidente de la CEOE no ha sido tanto sacar de la ecuación al Ministerio de Trabajo de facto, sino cambiar el paradigma de la negociación y poner en valor el diálogo social 'de tú a tú' entre los representantes de los empresarios y los de los trabajadores, como el terreno más adecuado para alcanzar acuerdos en materia laboral. No en vano, es ahí donde los agentes sociales están inmersos en los problemas reales del mercado de trabajo y de los distintos sectores económicos.

Garamendi ha sido claro: "No pensamos que la reforma laboral haya que cambiarla". Y para reforzar esta afirmación, ha hecho referencia a distintos organismos internacionales -evitando la mención expresa al Banco de España- que recientemente han constatado las virtudes de la legislación aprobada por el Partido Popular en 2012. La OCDE, el FMI, el BCE o la propia Comisión Europea, han sido algunos de los citados por el empresario vasco. Todo ello, en presencia de la vicepresidenta y ministra de Trabajo. 

Ahora, puestos a negociar, el jefe de la patronal ha pedido más espacio para el ámbito bipartito, que funciona con autonomía a nivel sectorial, lo que en la práctica supone que el Ministerio de Trabajo se eche a un lado en la negociación. "Los sectores son clave, son los que tienen el aspecto gremial y conocen realmente las necesidades y el futuro que necesitamos", ha aseverado durante el acto, lanzando el guante a Pepe Álvarez, que ha participado en el acto en representación de los trabajadores.

Las palabras de Garamendi llegan en un momento de 'stanb by' en el diálogo social. Las conversaciones están atascadas, precisamente, por el rechazo de la CEOE a sentarse a negociar la propuesta del Ministerio de Trabajo, porque consideran que las medidas planteadas afectarían negativamente al empleo, en especial las que vienen a limitar la contratación temporal. La patronal tiene entre manos la redacción de su propia propuesta, que está elaborando con las aportaciones de las organizaciones sectoriales, quienes están identificando sus necesidades específicas. 

"Bienvenidos sean los indultos"

En otro orden de cosas, previamente, en una entrevista en RTVE, Garamendi ha valorado de forma positiva la concesión de los indultos a los líderes del 'procés' condenados. "Si las cosas se normalizan, bienvenidos sean los indultos", ha señalado. Después, en el marco de la en la XXXVI Reunión Anual del Círculo de Economía, Pepe Álvarez ha agradecido la labor del Círculo "para normalizar la situación" política, en referencia al encuentro entre el Rey Felipe VI y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que tuvo lugar en un encuentro informal con empresarios.

Yolanda Díaz, por su parte, ha celebrado que los agentes sindicales y económicos defiendan que el diálogo es la salida al conflicto catalán. "Es imprescindible pasar página y afrontar los grandes retos que tenemos como país", ha asegurado la ministra, que considera que se deben normalizar las relaciones con Cataluña, y ha insistido en que para esto el diálogo es clave. Así lo ha afirmado tras el coloquio sobre 'Transformación del modelo económico en nombre de una mayor productividad' donde ha intervenido junto a Álvarez y Garamendi.

Rifirrafe por la temporalidad

Pero el aparente unísono en el ámbito político no se ha trasladado al económico. De vuelta al meollo de la reforma laboral, la división entre ambos bandos del diálogo social se ha hecho patente en este aspecto en la reunión del Cercle. La vicepresidenta Díaz ha cargado contra una cultura de la temporalidad que ha tildado de "vergonzante". Como ejemplo, se ha referido a los empresarios que despiden a los trabajadores los viernes para volver a darles de alta los lunes: "Es antieconómico", ha aseverado. La respuesta de Garamendi ha llegado en el siguiente turno: "Siempre somos los malos de la película, pero tan malos no debemos ser (...) la mayoría lo hacemos bien", se ha defendido.

El presidente de la CEOE ha dado la vuelta al discurso de Díaz para cargar directamente contra la Administración. En un intento de reivindicar la iniciativa privada, ha indicado que, frente a una temporalidad del 25% en las empresas de ámbito privado, el sector público tiene una tasa del 34%, especialmente elevada en Educación o Sanidad. "Eso es así y hay que resolverlo", ha zanjado, no sin matizar que no se trata de una crítica a este Gobierno en concreto, sino en genérico, ante un mal endémico que se ha venido acumulando en las últimas décadas.

Pero la vicepresidenta ha insistido en que es necesario cambiar el marco legislativo, para "caminar hacia Europa". Ambos, tanto Díaz como Garamendi, así como Pepe Álvarez, han coincidido en la necesidad de reducir la elevada tasa de temporalidad, tal y como reclama la Comisión Europea, si bien de momento no hay consenso en el cómo en la mesa de diálogo social. La ministra de Trabajo ha expuesto su fórmula: "Lo normal" es tener contratos estables y que los temporales tengan causa, así como avanzar en las modalidades de formación. Todo ello, cambiando el modelo productivo y cultural "grabado a fuego", para acabar con una precariedad "vergonzante", especialmente en el caso de los jóvenes.

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