Crisis energética

El gas de los pobres: "El precio de las bombonas ha subido; lo estoy notando"

El precio del butano sube este martes casi un 5%, llegando a alcanzar una máximo de 16,92 euros la bombona. Es el combustible barato que usan las personas con menos recursos.

La bombona de butano sube mañana un 4%, hasta 11,72 euros
El gas de los pobres: "El precio de las bombonas ha subido una barbaridad".
EUROPA PRESS

Eugenio tiene problemas en la pelvis y camina con dificultad, pero eso no le impide ejercer de buen anfitrión para La Información en su casa madrileña del Puente de Vallecas. Responde al telefonillo del portal y abre las puertas de su piso, un tercero ordenado pero con el peso de los años recubriendo sus paredes. Lleva viviendo solo desde hace cuatro años, cuando falleció su esposa, cuya foto preside el salón. Es un hombre que supera los 80 años, de pocas palabras, pero directo y efectivo al hablar.

Fue lechero la mayor parte de su vida y lleva usando bombonas de butano desde siempre, porque es "más práctico y corriente", aunque reconoce que cada vez las utiliza menos. Recuerda, casi con nostalgia, que el año pasado una 'naranja' costaba "más o menos 13 euros", aunque no parece sorprendido con la subida que hoy publica el BOE hasta los 16,92 euros.

Eugenio trabajó los últimos años de albañil y pese a los esfuerzos, hoy no recibe una fortuna de las arcas públicas. De hecho, su pensión no llega a los 700 euros mensuales: "Como ahora está subiendo la luz, el gas... Lo estoy notando. Es normal", dice el anciano frente a su cocina, 'tapizada' con azulejos blancos con algunas muescas, en la que una puertecita esconde una bombona de combustible.

El precio de la bombona de butano ha repuntado un 4,96% como consecuencia del importante crecimiento de las cotizaciones de la materia prima (+20,59%), a lo que hay que sumar la depreciación del euro frente al dólar (-0,94%) y los fletes (-2,07%). Es un secreto a voces: el gas licuado de petróleo (GLP) es un combustible que cada vez se utiliza menos. De hecho, entre 2009 y 2018 su uso se ha reducido hasta un 20%. Hoy día se consumen 68 millones de envases de GLP, aunque el 78% de ellos se encuentra sujeto al precio máximo regulado.

Al recorrer las calles del barrio madrileño de Pacífico, apenas se ven bombonas en los balcones. Javi, portero de un edificio de la calle del Doctor Esquerdo, admite que nadie del bloque utiliza este tipo de gas: "Por la zona del Puente de Vallecas sí que hay más viviendas que lo consumen". En esta zona, muy concurrida por el sol de la mañana, hay más transeúntes que reconocen usar este gas. Las viviendas de alrededor de la avenida de la Albufera presentan un aspecto humilde, y en algunas de las terrazas y balcones se aprecian los envases naranjas que han calentado o calentarán los hogares en las próximas fechas.

María es otra usuaria del butano. Cuenta, muy convencida de sus reivindicaciones, que ahora con el frío el bolsillo lo nota más: "El precio ha subido una barbaridad", añade con cierta indignación. El tono de su voz denota la preocupación de una pensionista que tiene que afrontar otras subidas, como la luz o la cesta de la compra. María tiene en su domicilio tres bombonas: una para cocinar, que suele aguantarle 5 o 6 meses; otra, para la estufa, que en estos meses con temperaturas más bajas apenas dura 20 días; y otra más, de repuesto.

Al igual que en el caso de Eugenio, una camioneta se encarga de trasladar los envases al portal de su bloque. "Cuando quieres hacer un pedido puedes llamar o ir a la tienda. Yo prefiero ir directamente allí, la encargo y suele tardar entre un día y dos". Insiste en que son fechas muy señaladas en las que el gas es indispensable, y más para ella, que no tiene calefacción: "Justo cuando más frío hace, más caros son los precios", sentencia.

Con el objetivo de proteger a los usuarios más vulnerables, el Gobierno aprobó el pasado octubre el aumento del bono social térmico. Esta ayuda directa tiene previsto contribuir a cubrir parte de los costes de la calefacción, cocina y agua caliente sanitaria. Este incremento del bono se traduce en que los usuarios que cumplan los requisitos cobrarán una cantidad mínima de 35 euros -antes eran 25- y una máxima de 124, dependiendo de la zona climática del territorio en la que se encuentren.

Se avecina el invierno, con él la Navidad, y usuarios como Eugenio y María miran con incertidumbre y recelo la subida de los precios en las fechas más consumistas del año. Las nuevas viviendas huyen del butano, que viene a ser el gas de los pobres, anclado a la vida de muchos españoles que asoman a sus ventanas su particular enseña naranja.

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