Crisis internacional

El girasol, en mínimos: "Si no se limita el consumo, en abril no quedará nada"

El sector del aceite de girasol español acusa la dependencia de Ucrania y Rusia, que representan un 80% de la producción global y casi la mitad de importaciones del país.

Aceite de girasol
El girasol, bajo mínimos: "Si no se limita el consumo, en abril no quedará nada".
©️[nomadsoulphotos] a través de Canva.com

Los estantes vacíos de los supermercados en la sección del aceite de girasol presentan una estampa que probablemente se repetirá las próximas semanas si la situación en Ucrania no da un respiro. Casi el 50% de este producto que se consume en España proviene de Rusia y Ucrania, por lo que la invasión rusa del territorio vecino ha paralizado casi por completo las relaciones comerciales con estos países, provocando la falta de stock de elementos como el cereal, el aceite de girasol, el maíz o la cebada. 

Productos de necesidad que hoy se encuentran en la cuerda floja y cuyos precios se están disparando. En concreto, estos días es 'misión imposible' comprar aceite de girasol, y en respuesta a esta crisis de desabastecimiento prácticamente todas las cadenas de alimentación han puesto 'tope' a las ventas de este producto: son muchas las tiendas en las que, como máximo, el consumidor puede adquirir tan solo una botella de un litro.

El 80% de la producción mundial del aceite de girasol es rusa y ucraniana, lo que supone que la mayoría de países que comercian con este producto mantengan una gran dependencia. España no es la excepción, con un 45% de exportación y el sector del girasol de nuestro país preparado para un 'baile de precios' imprevisible. Juan Fernández es presidente de la Asociación Española del Girasol y explica a La Información el problema que supone depender de este "monopolio de facto": "Si la guerra de Ucrania se prolongara los precios se dispararían". Además, "la invasión rusa ha paralizado casi por completo el tráfico marítimo". 

El precio del producto se ha multiplicado en los últimos días. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el importe del grano del girasol se encuentra en 656 euros por tonelada, pero desde la asociación aseguran que la realidad es muy diferente a esto y que el precio es mucho mayor: actualmente las extractoras pagan por encima de 800 euros la tonelada. En tan solo dos años, el precio de este producto se ha duplicado: ha pasado de tener un coste de 350 euros por tonelada a un valor que supone prácticamente el doble. 

Basta con hacer la compra en un supermercado para darse cuenta de que el problema ya ha llegado a los estantes de las cadenas. Apenas hay stock y por ello los supermercados han establecido medidas de control, algo que Fernández valora positivamente: "Si no se hubiera limitado en abril no hubiera quedado nada". Como alternativa a corto plazo, España se vería obligada a importar de otros países como Turquía, Argentina o Sudáfrica. Sin embargo, desde la asociación no ven que esta sea una solución factible: "Es un problema a nivel mundial y estos países no exportan lo suficiente para aplacar la crisis de desabastecimiento".

Todo este proceso repercute en el bolsillo del pequeño consumidor. Hace solo dos semanas, un litro de aceite de girasol no llegaba a los 1,5 euros. Hoy, este producto llega a la mesa por 2,22 euros, con previsiones de que siga subiendo. Desde la Asociación Española del Girasol tienen claro cual sería la alternativa: "No podemos depender tanto de terceros países. A pesar del problema de la sequía, es algo posible si aumentamos las hectáreas de cultivo. Con las limitaciones de la compra solo nos aseguramos abastecimiento hasta octubre si todo sigue igual".

Dentro de todo esta situación , los agricultores pueden beneficiarse en lo que a la inflación del precio se refiere. Ahora mismo el precio por hectárea es de 800 euros, lo que podría beneficiar al agricultor. Sin embargo, Francisco, que se dedica a ello, cree que es una mejora ilusoria: "También ha subido el carburante, los fertilizantes, las semillas. Al agricultor le dan por todos lados". Cree que, además de la invasión de Ucrania, el girasol se enfrenta a otro de sus eternos problemas.

Desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) coinciden con este diagnóstico. Miguel Cobos, su secretario general en Córdoba: "Es muy complicado sacar adelante el cultivo, tenemos un déficit hídrico de 300 o 400 litros por metro cuadrado. El 95% del cultivo de girasol es de secano, lo que lo complica aún más". Consideran que las soluciones pasan por que las autoridades permitan cultivar en los terrenos que ahora se encuentran en barbecho por su condicionalidad: "Además, habría que traer productos de otros países, como Argentina o EEUU, siempre y cuando no den lugar a ningún tipo de competencia desleal".

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