El nuevo enfoque del PP

El giro de Casado divide al mundo de la empresa: ¿debilidad o visión de Estado?

Mientras algunos empresarios ven más cerca la posibilidad de grandes acuerdos de estado con Pedro Sánchez, otros entienden que el alejamiento de Vox puede debilitar al bloque de la oposición.

El presidente del PP, Pablo Casado, durante su intervención en el Congreso del IEF.
El presidente del PP, Pablo Casado, durante su intervención en el Congreso del IEF.
EFE

Apenas medio centenar de empresarios pudieron asistir este lunes en persona a la intervención del presidente del PP, Pablo Casado, en el XXIII Congreso Nacional de la Empresa Familiar. Había expectación por escuchar al hombre del momento tras su celebrada intervención parlamentaria de la semana pasada en la que contra todo pronóstico rompió los puentes con Vox y abrió lo que algunos anuncian como un segundo viaje al centro del PP, y la prueba es que alrededor de un millar de personas permanecieron conectadas al streaming dispuesto por el Instituto de la Empresa Familiar durante su discurso. Su parlamento fue coherente con esta nueva etapa. Empezó tratando de desmontar a golpe de ejemplos la "falsa imagen" de que el primer partido de la oposición no ha apoyado al Gobierno en la gestión de la pandemia, continuó anunciando que los populares apoyarán el acuerdo alcanzado en la Comisión del Pacto de Toledo y remató ofreciéndose al para negociar el apoyo del PP a la reinstauración del 'estado de alarma' bajo una serie de condiciones...que el Gobierno tardó apenas minutos en rechazar.

La intervención del nuevo Pablo Casado cosechó los mismos aplausos que el año pasado...pero también las mismas dudas. El líder popular no se quedó al almuerzo institucional que se celebró en la Casa América justo después de su conferencia, pero en el mismo sí se habló tanto de su discurso como de los últimos movimientos del principal partido de la oposición, según aseguran fuentes empresariales. A los empresarios, y ésta es una impresión que ya se percibió el año pasado, les gusta lo que les cuenta el presidente del PP en sus intervenciones pero por algún motivo no les termina de convencer.

A algunos de ellos ni siquiera les convence el giro político de la semana pasada. Un empresario familiar que pudo seguir la intervención del presidente del PP por 'streaming' - la presencia física se reservó a los miembros de la Junta Directiva de la organización y a los responsables de las organizaciones territoriales- teme que este viaje al centro del PP de Casado pueda debilitar al bloque de la oposición de centro-derecha frente al ya mayoritario bloque de izquierdas y nacionalistas que imponer su mayoría en el Congreso. Su lectura está lejos de ser política. "Se está imponiendo un discurso contrario a la empresa al que se debe hacer frente. A mí no me interesa que la oposición trate de suavizar los golpes del BOE a las empresas, me interesa que plantee una alternativa", asegura.

Desde que Pedro Sánchez accediera a La Moncloa y se apoyara en Podemos para desarrollar su acción de gobierno, el aumento de los ataques a la reputación de las empresas españolas se ha convertido en uno de los principales factores de preocupación de las organizaciones empresariales y, singularmente, del Instituto de la Empresa Familiar, que se tiene por defensora de una forma diferente de hacer empresa, no condicionada por la búsqueda permanente de maximización del beneficio sino por otros valores presididos por la vinculación a su entorno y la responsabilidad social. El expresidente del IEF y presidente de la multinacional de componentes del automóvil Gestamp, Francisco J. Riberas, volvió a insistir en la jornada inaugural del Congreso en la necesidad de reaccionar ante el relato lanzado "incluso desde la política" de que todos los males vienen de la empresa y de que hay que plantear la relación entre las empresas y sus trabajadores desde el prisma de la lucha de clases.

La situación ha generado también cierto desapego con el PP, en el que no han encontrado el cobijo que esperaban frente a estas críticas. Muchos empresarios recuerdan que durante la era del Gobierno de Mariano Rajoy desde algunos ministerios, especialmente desde el de Hacienda, se cuestionó el compromiso de las grandes empresas con sus obligaciones fiscales utilizando métricas que eran poco exactas según las empresas. Estos mismos empresarios albergan ahora el temor de que el giro de Casado signifique también un alejamiento de las posiciones más liberales en materia de política económica a las que el PP se había ido aproximando en los últimos meses, tal vez por la presión por la derecha que recibía de Vox.

La vieja aspiración de los pactos entre los dos grandes partidos

Según las fuentes consultadas el giro de Pablo Casado, por el contrario, ha sido especialmente bien recibido entre las empresas de mayor tamaño, especialmente inclinadas a propiciar situaciones que favorezcan la estabilidad institucional, que aprecian la posibilidad de que en un contexto de menor enfrentamiento entre los dos grandes partidos puedan germinar consensos respecto a aquellos aspectos más estratégicos para el país. El argumento de los empresarios que defienden la ruptura de Casado con Vox es que el PP es un partido de Gobierno y en un momento como éste tiene que demostrar más que nunca sentido de Estado.

"Las grandes empresas, las del Ibex y las que tienen más proyección internacional, siempre están más preocupadas por lo que se dice fuera de España y les incomoda que se les pregunte por el partido de extrema derecha de España y por el hecho de que uno de los grandes partidos esté gobernando con su apoyo en algunos territorios", explica otro empresario familiar. No es un ningún secreto que los empresarios tienen en muy alto estima el valor de la estabilidad política. Lo demostraron hace un año cuando trataron de alentar un gobierno entre el PSOE de Sánchez y Ciudadanos para impedir un pacto de socialistas y Podemos.

Y lo volvieron a subrayar en la tradicional encuesta virtual que el IEF realiza a sus socios sobre la situación económica en todos los congresos nacionales del instituto, en la que situaron el clima de acuerdo político por delante del aprovechamiento de los fondos europeos en sus prioridades para conseguir una recuperación económica sostenible. 

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