Goldman Sachs, una de las entidades financieras con mayor (y más triste) protagonismo en la crisis global, tiene la afición de hacer predicciones no solo económicas, sino deportivas. En estas, como casi siempre, España sale mejor parada que cuando se habla de su sistema financiero.
Goldman Sachs hace sus predicciones deportivas basándose en criterios económicos y políticos. Mide la estabilidad del país y su inversión en deportes y, en base a ellas y otras consideraciones, elabora un ranking.
En el de los Juegos Olímpicos de Londres, que comienzan el próximo 27 de julio, Goldman Sachs prevé que España obtenga 19 medallas, una más que en Pekín 2008 y a solo tres del récord de Barcelona'92. Está en la horquilla de alguien que ha hecho su apuesta basándose en criterios muy distintos: el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco.
De las 19 medallas, seis serían de oro, lo que otorgaría a España el puesto decimotercero en el medallero.
El problema es que en la ecuación 'entidad financiera - predicciones' suele haber un amplio margen de error. Goldman Sachs no se queda atrás. Por ejemplo, en el último Mundial de fútbol vaticinó una victoria de Brasil (que cayó en cuartos ante Holanda) y, por ejemplo, un puesto entre los ocho primeros para Inglaterra, que no pasó de la primera ronda, o una semifinal para Argentina.
Eso sí: dijo que España quedaría subcampeona. Y no se quedó tan lejos.
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