Previsiones económicas

Goldman rebaja el PIB al 0,6% en 2023 con el ladrillo sufriendo por la inflación

El sector de la construcción se mantendrá "rezagado" por el incremento de los costes de la producción y por un endurecimiento de las condiciones financieras que España no experimentaba desde 2012

Goldman Sachs
Goldman Sachs
EFE

Jarro de agua fría de Goldman Sachs a las previsiones económicas para España. El escenario que el banco de inversión dibuja de cara a 2023 contempla un avance del PIB más moderado, incluso, que el estimado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), que hasta hace solo unas horas era el más pesimista de cuantos se han publicado, con un alza del 0,7%. La entidad estadounidense calcula que la economía apenas crecerá un 0,6% (menos de la tercera parte de lo contemplado por el Gobierno) en un escenario en que Europa en general se verá "gravemente afectada" por los elevados precios de la energía y otros países de nuestro entorno no podrán esquivar la recesión. España será capaz de reducir su deuda y solo retrasará la vuelta a los niveles previos a la pandemia si el déficit se desvía más de un punto con respecto al cálculo del Gobierno (-3,9%) y si la desaceleración del PIB es aún más severa, con un avance inferior a ese 0,6%. 

En su escenario, la firma destaca cómo el sector de la construcción sigue rezagado, enfrentándose a un aumento de los costes de producción y a un endurecimiento de las condiciones financieras como no se había experimentado en España desde 2012, en plena crisis de deuda. En un informe al que ha tenido acceso este diario, la entidad explica cómo el 'ladrillo' se ha topado de bruces con una inflación de costes difícil de asumir (el Índice de Precios Industriales que elabora el INE revelaba, por ejemplo, que producir cemento, cal y yeso ha costado un 19,2% más hasta agosto que hace un año y fabricar materiales cerámicos para la construcción se ha encarecido un 13,1%). A esto se suma el incremento de los tipos por parte del Banco Central Europeo hasta el 1,25% que irá a más.

Desde Goldman Sachs sostienen que la tasa más baja de hipotecas a tipo variable (desde la pasada crisis financiera los préstamos a tipo fijo han ido ganando terreno hasta superar el 70% del total, cuando antes apenas suponían un 10%) y la fuerte correlación entre los niveles de empleo y los precios inmobiliarios en España hacen que el sector sea "mucho menos vulnerable" que durante la crisis de deuda soberana de 2012. Al mismo tiempo, proporcionan un factor adicional que, según la entidad, apoya un completo repunte de la economía tan pronto como los costes de la construcción vuelvan a suavizarse.

Esta última idea aplica a la actividad en general. "En nuestra opinión el país se encuentra actualmente en una posición menos vulnerable y listo para un repunte más rápido tan pronto como la presión de la crisis energética desaparezca", añade el análisis. El banco de inversión apunta que el crecimiento en 2021 no cumplió las expectativas y que la economía española "ha decepcionado" en la recuperación posterior a la crisis, de modo que solo desde finales de 2021, el sector manufacturero y, sobre todo, el de servicios se han acelerado notablemente. 

El papel decisivo de la industria del automóvil

Así, consideran que la economía española aún tiene margen para cerrar la brecha con los niveles de 2019 -es de las pocas entre las más grandes que no ha recuperado los niveles precovid-. De momento, algunas industrias manufactureras siguen mostrando cierta debilidad. En particular, la del automóvil ha seguido pesando negativamente en el rendimiento del sector secundario en general. España no es un caso aislado en este sentido, puesto que Alemania no ha registrado un crecimiento positivo en la producción de vehículos de motor desde principios de 2020.

La ventaja estratégica en el caso de España es que una gran parte del Plan Nacional de Recuperación tiene como objetivo la transición del sector hacia los vehículos eléctricos. La industria automovilística nacional puede contar con un apoyo fiscal considerable (13.000 millones de euros según el plan del Gobierno). Aunque la falta de aprobación de la última reforma del marco de contratación pública ha puesto en duda la capacidad del país para garantizar una rápida aplicación del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), España "ha demostrado ser el país que mejor cumple las condiciones para recibir los desembolsos europeos", apunta la entidad. Además, recuerda que el Gobierno tiene la oportunidad de aumentar todavía más el apoyo fiscal, puesto que aún no ha solicitado la parte de los 70.000 millones de euros en préstamos (alrededor del 6% del PIB) que también le corresponden de los Fondos Next Generation.

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