Greenpeace, una "escalada" de protestas

  • La acción protagonizada hoy por un grupo de activistas de Greenpeace, que han conseguido saltar la valla de seguridad y escalar hasta el frontispicio del Congreso para colocar una pancarta, se suma a otras acciones reivindicativas de similar factura de esta organización ecologista en los últimos años.

Madrid, 9 may.- La acción protagonizada hoy por un grupo de activistas de Greenpeace, que han conseguido saltar la valla de seguridad y escalar hasta el frontispicio del Congreso para colocar una pancarta, se suma a otras acciones reivindicativas de similar factura de esta organización ecologista en los últimos años.

En mayo de 2008, miembros de Greenpeace escalaron las instalaciones de la empresa armamentística Explosivos Alaveses para denunciar a los fabricantes de bombas de racimo y reclamar su prohibición total.

Sólo dos meses después, otro grupo desplegó una pancarta en la sede de Endesa en Madrid para pedir que abandonara sus planes de construcción de presas en la Patagonia chilena.

En 2009, activistas de la organización se trasladaron a El Algarrobico en Almería y lo cubrieron con una tela verde de 18.000 metros cuadrados y una pancarta con el lema "parque natural sin hotel ilegal".

También otro grupo se colgó de la fachada de un hipermercado de Alcampo en Vallecas (Madrid) en marzo de 2009 para denunciar que esa empresa destruía los océanos.

En junio de ese año, volvieron a sus reivindicaciones, pero esta vez en la Torre del Oro de Sevilla, donde desplegaron una pancarta en la que se leía "cerrado por cambio climático".

En octubre de 2009, cuatro ecologistas escalaron el obelisco de Calatrava en la Plaza de Castilla, de Madrid, pidiendo una mayor implicación gubernamental frente al cambio climático.

Barcelona fue objeto de dos importantes iniciativas en noviembre siguiente, cuando un grupo de activistas se encaramó a una de las grúas de la Sagrada Familia y otro escaló el monumento a Colón, coincidiendo con el encuentro sobre el cambio climático que se celebraba en la Ciudad Condal.

En 2010 llamó la atención la escalada de la central térmica de Iberdrola en Pasaia (Guipúzcoa) para pedir el cierre de la instalación y en 2011 los ecologistas se encaramaron en una de las torres de refrigeración de la central nuclear de Cofrentes (Valencia).

En 2012 varios ecologistas sobrevolaron y descendieron sobre la planta nuclear de Santa María de Garoña.

Uno de sus últimos actos lo protagonizaron en noviembre de 2012, cuando algunos activistas se descolgaron de la fachada de una de las tiendas emblemáticas de la cadena Zara en Madrid para protestar por el uso de productos tóxicos en las prendas de vestir.

Greenpeace han llevado a cabo también otras iniciativas, como abordajes, bloqueo de accesos a instalaciones y puertos, así como centrales nucleares.

En 2011, el exdirector de Greenpeace España y líder de Equo, Juan López Uralde, fue condenado a una pena menor por un tribunal de Copenhague por su acción reivindicativa ante los líderes mundiales en una cumbre celebrada dos años antes

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