El millonario y CEO del mejor circo del mundo que empezó actuando en la calle

  • Guy LaLiberté se quedó en la bancarrota como artista callejero, pero no desistió para alcanzar su sueño. En 1984 fundó Le Cirque du Soleil. 
Fotografía de acróbatas de Le Cirque du Soleil.
Fotografía de acróbatas de Le Cirque du Soleil.
Wikimedia Commons.

La vida laboral del artista es complicada. Muchos tienen aspiraciones pero pocos triunfan en un sector en el que diferenciarse es cada vez más difícil. Esta misma situación la vivió Guy LaLiberté en las décadas de 1970 y 1980, cuando descubrió su pasión por el circo después de que sus padres le llevasen a una función en su ciudad, Quebec (Canadá). 

Desde niño se aficionó por la armónica y el acordeón hasta tocarlos con destreza. Su primer público fueron sus compañeros de instituto y pronto su deseo de ser un artista de nivel mundial le llevó a dejar la universidad en su primer año para actuar en las calles. 

En los pasos de cebra de Quebec era común encontrarse a un joven Guy, alternando los instrumentos musicales con los malabarismos y aspectos más complejos del mundo del espectáculo: aprendió a andar en zancos, a ser un tragafuegos y a tragar espadas.

Su mejoría y, sobre todo, su perseverancia, propiciaron que fuese contratado por una compañía de artistas callejeros en Londres, a donde se marchó con 16 años y apenas 15 dólares en el bolsillo. La cercanía con otros artistas le hizo mejorar, pero a pesar del éxito en el ámbito de la 'performance', la cuestión económica no mejoraba. 

Guy se vio obligado a volver a Quebec donde encontró un trabajo común en una planta hidroeléctrica. Sin embargo, el destino pronto le iba a poner de manifesto que aquel no era su camino: duró tres días. Hubo una huelga y le despidieron. 

Fotografía de Guy LaLiberté (izquierda).
Guy LaLiberté (izquierda). / Wikimedia Commons.

La situación era crítica. Estaba en bancarrota, pero ello no le impidió tener una genial idea junto a sus compañeros artistas Gilles Ste-Croix y Daniel Gauthier. Los tres organizaron a principios de los 80 un espectáculo de verano llamado 'The Carnival', que cosechó beneficios y les permitió vivir, aunque sin grandes lujos. Sin saberlo, estaban a las puertas del proyecto que cambiaría sus vidas. 

Rozar el fracaso con Le Cirque du Soleil

En el año 1984, el Gobierno ofreció un premio de 1,5 millones de dólares para artistas en conmemoración del 450 aniversario del descubrimiento de Canadá por Jacques Cartier. Era una oportunidad histórica para el trío de amigos y no fallaron.

Para impresionar al jurado, Gilles Ste-Croix caminó 90 kilómetros de Baie-Saint-Paul a Quebec en zancos, ganando el premio. El dinero se utilizó para fundar y posteriormente promocionar Le Cirque du Soleil (El Circo del Sol), un circo diferente, con shows especializados en temáticas que pronto se ganaron la aceptación del público. 

Con unos beneficios modestos el primer año de 40.000 dólares, estos crecieron paulatinamente en los sucesivos teniendo como punto crítico 1987. Guy y sus compañeros invirtieron hasta el último centavo en llevarse la formación a Los Ángeles sin saber si al director del festival de arte de la ciudad le gustaría su proyecto. Por suerte, les dio una oportunidad y triunfaron.

“Sabía que para sobrevivir con Le Cirque du Soleil tenía que exportarlo de Canadá. Invertimos hasta el último centavo en llevarlo a California, fue básicamente triunfar o morir en L.A.”, explica el CEO en una entrevista para 'ABC News'

1992 fue el año del pelotazo. El magnate de los casinos Steve Wynn lo contrató para actuar en el hotel de Las Vegas Treasure Island. El primer show se llamó “Mystere” y vendió todos los billetes en su primer año. 

La crítica aupó en volandas a la formación que a finales de los 90 y durante los 2000 se expandió por todo el mundo: ya han actuado en 300 ciudades diferentes y cuenta con 500 empleados, que entrenan sus shows en la sede de Montreal generando 250 millones de dólares de beneficios al año.

“Tengo el mejor trabajo del mundo”, indica un Guy apasionado por su trabajo. No es para menos ya que ha producidos grandes shows basados en Michael Jackson, The Beatles y Elvis Presley (entre otros), acumulando una fortuna valorada en 2.600 millones de dólares, según Forbes, gracias a la cual pudo pagar una fortuna para convertirse en el séptimo turista espacial de la historia. 

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