Hacienda caza a decenas de profesionales por intentar deducirse el cole de los niños

  • El Fisco ataja los intentos de desgravarse la cuota escolar como gasto de la actividad profesional. Sostienen que es esencial para hacer su trabajo.
Fotografía padre llevando a sus hijos al cole / EFE
Fotografía padre llevando a sus hijos al cole / EFE

"Hemos visto cosas que no creeríais". Los inspectores de Hacienda se remiten en tono jocoso a la legendaria escena de Blade Runner para referirse a las situaciones que se encuentran cuando entran a investigar los pormenores tributarios de las sociedades profesionales. Deportivos de lujo consignados como vehículos de empresa, flamantes yates incluidos como activo societario o mansiones declaradas como sede social de la compañía forman parte de las singulares estrategias de los contribuyentes para hacer pasar sus caprichos como gastos de funcionamiento de las compañías con el doble objetivo de reducir el coste fiscal de adquisición de los mismos y de paso rebajar la factura tributaria de sus sociedades profesionales, haciendo pasar estas inversiones de naturaleza personal como 'gastos de empresa'.

La última 'moda' que ha detectado la Agencia Tributaria en el ámbito de las sociedades profesionales es el intento de hacer pasar como gasto necesario para el funcionamiento de la sociedad las cuotas mensuales que abonan los profesionales por el colegio de sus hijos. Fuentes del 'brazo armado' de la Hacienda Pública en la lucha contra el fraude aseguran haberse encontrado este tipo de situaciones en decenas de declaraciones tributarias de profesionales de alto nivel que han intentado desgravarse en su declaración del Impuesto sobre Sociedades la mensualidad del centro escolar de sus hijos -en la mayoría de los casos colegios de élite, según las fuentes consultadas- como gasto societario.

La argumentación, según estas mismas fuentes, es que en un contexto en el que los dos miembros de la familia trabajan llevar los niños a un colegio con una determinada flexibilidad horaria se convierte en una necesidad para el normal funcionamiento de sus sociedades. Hacienda ha tumbado sin contemplaciones esta argumentación cada vez que se ha encontrado un caso de esta naturaleza, anulando las desgravaciones 'apuntadas' por los responsables de las sociedades y estableciendo las cargas adicionales correspondientes, pero admite su sorpresa por el número de situaciones similares con las que se está encontrando en los últimos tiempos.

La 'galería de los horrores' que se ha encontrado la Inspección de Hacienda a la hora de revisar la forma de cumplir con sus obligaciones tributarias por parte de las sociedades profesionales no se agota ni mucho menos en esos intentos de hacer pasar como gasto deducible los lujos particulares de los titulares de la sociedad o el cole de los niños. Los profesionales de la Agencia Tributaria consultados tienen ejemplos como para llenar un libro: profesionales que se intentan deducir como gastos de viaje de trabajo el puente de cinco días con la familia en Eurodisney, que intentan colar como gasto de la sociedad la comida familiar de Navidad e incluso que tratan de aplicarse una deducción por una operación de estética, bajo el argumento de que es necesaria para un determinado trabajo particularmente expuesto al público.

El problema de control fiscal en las sociedades profesionales saltó a la primera plana tras el escándalo que forzó la dimisión del recién nombrado ministro de Cultura, Maxim Huerta. El 'caso Huerta' desencadenó una 'caza de brujas' contra todo aquel que tuviera o hubiera tenido una sociedad profesional o instrumental, en la que también salieron salpicados otros ministros como Pedro Duque o Nadia Calviño, otros políticos como Toni Cantó o famosos como Belén Rueda.

El asunto alcanzó tal dimensión que la Agencia Tributaria emitió por primera vez en años una nota pública con la que trató de aclarar qué era aceptable y qué no en la gestión fiscal de una sociedad profesional para intentar separar los potenciales problemas con Hacienda que puedan surgir en la gestión normal de una sociedad legal, de las irregularidades perseguidas por Hacienda y que pueden dar lugar a una sanción.

El foco de la Agencia Tributaria en la lucha contra el fraude en este segmento se ha focalizado en la simulación, es decir, el intento de hacer pasar como una actividad societaria regular lo que en realidad es una actividad personalísima con el único objetivo de conseguir una ventaja fiscal; y la imputación irregular o directamente fraudulenta como gastos societarios de dispensas de naturaleza radicalmente personal.

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