Hacienda impondrá a las empresas que paguen siempre un 15% como mínimo

  • El Gobierno quiere incluir ya en los Presupuestos de 2019 una medida para que las deducciones y exenciones no sobrepasen un límite.
La ministra de Hacienda María Jesús Montero (c), conversa con Adriana Lastra y la ministra de Economía Nadia Calviño (d) EFE
La ministra de Hacienda María Jesús Montero (c), conversa con Adriana Lastra y la ministra de Economía Nadia Calviño (d) EFE

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no está dispuesta a ceder en el pulso que ha abierto ante las empresas españolas y está a punto de mantener el órdago. Tan a punto que su intención es que los próximos Presupuestos Generales de 2019 incluyan en la reforma fiscal que prepara el Gobierno la imposición de un tipo mínimo en el impuesto de sociedades que pagan de manera efectiva las grandes empresas. Por lo tanto, se pretende que no se puedan aplicar exenciones y deducciones más allá de un límite que, en la actualidad, rebajan lo que terminan pagando dichas sociedades al fisco.

"Mi pretensión es poner en marcha un paquete de medidas fiscales dirigidas a una nueva realidad, que tiene que ver con la sostenibilidad ambiental y social y la contribución por parte de sectores que tienen que desarrollar un mayor esfuerzo para la redistribución de las rentas", afirma Montero en una entrevista con Efe. Bajo esta filosofía se esconde un cambio total en la relación con las empresas. En concreto, figura la modificación del impuesto de sociedades para que los grandes grupos consolidados tributen de manera efectiva como mínimo al 15% sobre su base imponible. Y todo, frente a los avisos de algunas grandes firmas sobre el paquete fiscal que tiene en el cartera el Gobierno socialista.

Actualmente, el tipo nominal es del 25%, pero la aplicación de exenciones y deducciones rebaja el tipo efectivo sobre la base imponible hasta una media del 19%, de acuerdo a los últimos datos de la Agencia Tributaria, lo que significa que muchas empresas ya pagan más del 15% que el Gobierno quiere fijar como mínimo, aunque otras muchas lo hacen por debajo y estas últimas serían las que se verían afectadas.

Hacienda matiza algunas de sus intenciones: esta medida "no va a afectar ni a pymes ni a autónomos" y tampoco los grandes grupos que tributan por encima del 15% tendrán "ningún problema", ya que el objetivo es que quienes no alcanzan ese umbral "contribuyan en una medida justa y razonable". A nivel técnico, el tributo está aún en desarrollo, aunque la ministra apunta que el cambio podría pasar "por quitar deducciones a partir de un determinado nivel". En España, las haciendas forales, las tres vascas y la Navarra, ya tienen desde 2013 un mecanismo que obliga a las empresas a pagar como mínimo ese 15% en el Impuesto de Sociedades.

A vueltas con el diésel

Otro cambio tributario que podría incluirse en el Presupuesto que se prepara para otoño, aunque tampoco hay nada cerrado, es la equiparación de los impuestos que paga el diésel -inferior- y la gasolina, aunque Montero señala que forma parte de un paquete medioambiental en el que aún se está trabajando. Este aumento del impuesto de hidrocarburos que paga el diésel "tiene un elemento político superior al de la recaudación", ya que su objetivo es ayudar a transitar hacia un sistema energético menos contaminante, es decir, que será "un soporte y una ayuda" para que este combustible "vaya progresivamente desapareciendo".

Lo que no estará en el Presupuesto todavía es el futuro impuesto sobre la banca, "un sector que entendemos que tiene que hacer un mayor esfuerzo", porque se va a diseñar de manera finalista para contribuir a sufragar el sistema de pensiones, por lo que se trabaja con la Seguridad Social.

Tampoco figurará otra de las grandes novedades tributarias de este Gobierno, el impuesto digital, "que responde a una nueva realidad de transacciones que se efectúan en las redes y que no están contempladas en la tributación tradicional", lo que perjudica a las empresas tradicionales de sus sectores. Este tributo, que afectará principalmente a las grandes empresas tecnológicas, gravará la intermediación que realizan las plataformas entre particulares y empresas, la venta de datos de los usuarios -"con lo que algunas empresas ganan dinero y no tributan"- y la publicidad en la red, que conlleva un ingreso.

Con respecto a la posibilidad de que las grandes tecnológicas abandonen España para evitar pagar este impuesto, la ministra recuerda que "tarde o temprano el resto de países se verán abocados a poner en marcha" impuestos similares por "justicia social". Además, critica que cuando se plantea una subida tributaria "siempre hay un sector que amedrenta con motivo de pérdida de empleo o de que la pérdida de beneficio repercute en el salario de los trabajadores".

"Ya está bien", añade, "ya somos todos suficientemente maduros como para saber que las grandes empresas tienen que contribuir más y que la sociedad tiene mecanismos para que eso no se le traduzca al común de los ciudadanos". 

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