Hacienda negocia cómo sacar a 200.000 autónomos de módulos de aquí a 2023

Gráfico Datos Régimen Especial de Módulos.
Gráfico Datos Régimen Especial de Módulos.

El Ministerio de Hacienda tiene sobre su mesa de trabajo un plan para sacar del Régimen de Estimación Objetiva - el controvertido sistema de módulos - de aquí a 2023 a alrededor de 200.000 profesionales autónomos que obtienen la mayor parte de sus rendimientos económicos de facturar bienes y servicios a empresas o a otros profesionales, según han asegurado a La Información fuentes de la negociación.

El esquema, sobre el que ya se ha empezado a hablar con alguna organización de autónomos como ATA, pasa por una reducción progresiva del umbral máximo de facturación que permite acogerse al 'régimen de módulos' del Impuesto sobre la Renta a este grupo de profesionales durante los ejercicios de 2020, 2021 y 2022, con el horizonte de que en 2023 tributen en su totalidad dentro del Régimen de Estimación Directa. Fuentes del Ministerio de Hacienda aclaran que a día de hoy el asunto no ha llegado al 'área política', que sí ha habido algún contacto, pero que todavía no se ha empezado a estudiar de manera formal dentro de ningún grupo de trabajo ni tampoco ha sido objeto de ningún informe. 

Las fuentes conocedoras de la negociación consultadas aseguran que hay una intención de reformular el Régimen de Estimación Objetiva y que ese planteamiento de 'salida progresiva' es sobre el que se ha empezado a trabajar, siempre con el objetivo de desarrollarlo de cara a 2020. 

En realidad, no se trata de un planteamiento nuevo. La reforma del IRPF aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2014 y activada en 2016 ya inició ese camino, decretando la salida obligatoria del Régimen de Estimación Objetiva de los profesionales autónomos de los sectores de la construcción y la industria - con algunas excepciones muy puntuales - y activando una rebaja del umbral máximo para el resto de profesionales que facturaran a otros profesionales y a empresas de los 225.000 euros anteriores a 2016 a 125.000 euros, con la previsión de abordar una nueva rebaja de ese umbral a 75.000 euros en 2018.

Entonces, las estimaciones deslizadas desde el Gobierno y las organizaciones sectoriales apuntaban a que estas medidas sacarían del régimen de módulos a 300.000 profesionales, si bien los datos recabados por la Agencia Tributaria  - que se publicaron el año pasado por primera vez - revelaron un descenso de únicamente 62.000 declarantes, de los 464.538 registrados en 2015 a los poco más de 400.000 de 2016 - contabilizando únicamente lo profesionales no agrarios -. Bajo esta premisa, la cifra de potenciales afectados rondaría los 200.000 profesionales, ya que se da por sentado que alrededor de la mitad de los contribuyentes no agrarios que tributan en este régimen facturan de forma mayoritaria a otros profesionales, no al cliente final.

En los años siguientes el contexto varió y los autónomos se convirtieron en uno de los 'targets' preferentes de la política gubernamental. Tal vez por ello, primero el Gobierno de Mariano Rajoy en 2018 y el de Pedro Sánchez, ahora, decidieron retrasar la entrada en vigor de la disposición que rebajaba de 125.000 a 75.000 euros el umbral máximo de facturación que permite a los profesionales acogerse a ese régimen, pese a que debería haber entrado en vigor ya el año pasado.

Sin embargo, el tema no ha salido de la agenda del Gobierno. El 'régimen de módulos' lleva lustros en el punto de mira y expertos, fiscalistas e incluso la propia Agencia Tributaria lo han señalado en repetidas ocasiones como un foco de fraude fiscal sobre el que se necesario intervenir. La iniciativa, por tanto, busca resolver una de las grandes cuestiones pendientes del sistema fiscal español, el replanteamiento del controvertido 'régimen de módulos' del IRPF, y hacerlo de una forma moderada, con una salida progresiva de beneficiarios hasta reservarlo únicamente para autónomos que facturen al consumidor final.

Las ventajas de tributar en el régimen de módulos

¿Por qué está este régimen fiscal en el punto de mira? Porque se trata de un sistema singular en el que la factura fiscal no se deriva de la facturación real del profesional sino que se estima a partir de una serie de referencias (módulos) relacionados con el negocio: factura eléctrica, metros cuadrados del establecimiento, número de empleados...De la aplicación de esos módulos resulta el pago de una cuota que es inmutable con independencia de los rendimientos que se obtengan de la actividad, siempre eso sí que éstos se queden dentro del umbral máximo fijado en la ley. Para ponderar las ventajas que se obtienen dentro de este sistema se puede acudir a la información oficial que proporciona la Agencia Tributaria y de la que se desprende que mientras los profesionales que tributan en ese régimen tienen un tipo medio del 7,32% , los que lo hacen dentro del sistema de estimación directa - en el que se paga según el rendimiento neto obtenido - lo tienen del 21,12% (ver gráfico).

La sospecha que siempre ha sobrevolado este régimen fiscal es que su singular operativa incentivaba a sus beneficiarios a 'ocultar' parte de sus rendimientos, no declarándolos, para evitar superar el umbral máximo previsto en la ley. Durante años este fenómeno se observó desde las autoridades tributarias como un mal necesario, ya que aunque había la certeza de que muchos de los contribuyentes en este régimen ocultaban parte de su actividad se entendía que las ventajas del sistema permitían al menos que no desarrollasen el conjunto de su actividad en 'B'.

El incremento exponencial de la información en manos de la Agencia Tributaria ha hecho decaer este argumento. La Hacienda Pública dispone ya de toda la información necesaria para rastrear la operativa de los profesionales que trabajan con empresas y con otros profesionales y ya no tiene sentido habilitar un cauce para garantizar su contribución a las arcas públicas, aunque sea por debajo de lo exigible.

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