Hacienda no teme 'chalecos amarillos' en España: la tasa al diésel será progresiva

  • Montero mantiene su hoja de ruta y acompañará los Presupuestos Generales del Estado con la nueva fiscalidad vinculada a la transición ecológica. 
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el Ministerio / EFE
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el Ministerio / EFE

España mira de reojo la revuelta de los 'chalecos amarillos' en la vecina Francia, pero el Gobierno de Pedro Sánchez no teme que su ofensiva fiscal contra el diésel vaya a provocar una protesta similar dentro de nuestras fronteras. El presidente galo Emmanuel Macron no ha soportado la presión y se ha visto obligado a aplazar seis meses la subida de los precios de los carburantes, sin embargo, aquí el Ministerio de Hacienda mantiene intacta su hoja de ruta porque, según defienden, el incremento se implementará "de forma progresiva".

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, descarta una escalada de tensión similar a la que se vive estos días en París y otros puntos de la geografía francesa, principalmente, porque lo que planteaba Macron era "una subida general de la fiscalidad de los combustibles, mientras en España se impondrá solo al diésel y de manera progresiva". Así avanzan  fuentes cercanas a la ministra que el Gobierno mantiene su intención de acompañar los Presupuestos Generales del Estado con la nueva fiscalidad del diésel. Incluso, de no lograr los apoyos para sacar adelante sus cuentas públicas, el alza impositiva se articulará en la Ley de Transición Ecológica.

Montero ha insistido esta mañana en que la polémica subida de los impuestos al diésel que prepara su Gobierno no afectará al transporte, frente a lo que denuncia el sector, y, además, se aplicará de forma progresiva, lo que limitará su impacto. La ministra ya tuvo que salir al paso de las críticas el pasado mes de septiembre, cuando aseguró que el impuesto al diésel supondrá un coste de 3,3 euros al mes para el consumidor medio, es decir, aquel que realiza unos 15.000 kilómetros al año, quedando excluidos los profesionales que utilizan el transporte como medio de trabajo, entre ellos transportistas y taxistas.

Esta mañana, durante una jornada celebrada en el Instituto de Estudios Fiscales (IEF) sobre el aniversario de la Constitución, la titular de Hacienda ha sido preguntada por el eventual temor del Gobierno a que España 'plagie' a los grupos que se han echado a las calles francesas con chalecos amarillos para reivindicar, entre otras cuestiones de carácter social y económico, que no suban los precios de los carburantes.

Una grave crisis que ha llevado al presidente Macron decretar un "estado de emergencia económico y social" y a hacer importantes concesiones hacia colectivos sensibles: el salario mínimo subirá 100 euros al mes desde el 1 de enero, las horas extras dejarán de pagar impuestos, las "empresas que puedan" abonarán una paga extra a sus trabajadores, también exenta de impuestos, y se retirará la subida de impuestos a los jubilados que cobren menos de 2.000 euros.

Pero aquí no se espera ni una protesta similar ni concesiones para apaciguar el descontento entre la ciudadanía por el encarecimiento del que sigue siendo el combustible preferido del parque móvil español. Básicamente, "porque el diésel no subirá de golpe", afirman fuentes del departamento de Hacienda.

Si en un primer momento se especulaba con que el incremento del gasto anual alcanzaría los 120 euros, Montero aclaró después que no se trata de igualar los precios de la gasolina y el diésel, lo que dejaría el desembolso extra en unos 3,3 euros de media mensuales para el conductor medio, entendiéndose éste como el que realiza unos 15.000 kilómetros anuales.

De momento, la subida al diésel está congelada, al frío de las negociaciones de los PGE de 2019. También los proyectos relativos al impuesto a las tecnológicas, la tasa a las transacciones financieras y la subida del impuesto de Sociedades están siendo revisados. De hecho, toda la reforma fiscal que estaba en la agenda del Gobierno permanece en el congelador, a la espera de lo que suceda con los independentistas catalanes ya en el año nuevo. Fuentes de Hacienda confirman, sin embargo, que la mayor presión fiscal al diésel será una realidad el año que viene aunque no haya Presupuestos, pues entrará en vigor con La ley de Transición Ecológica.

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