El director de Seguridad del BdE dimite tras ser suspendido de empleo y sueldo

  • Rafael Gassó fue sancionado de manera cautelar hace poco más de un mes  como consecuencia de un expediente interno de carácter clasificado.
Rafael Gassó, en primer término, durante unas Jornadas de seguridad en entidades financieras
Rafael Gassó, en primer término, durante unas Jornadas de seguridad en entidades financieras

Aunque solo sea por aquello de que al perro flaco todo son pulgas, lo cierto es que las tensiones en el seno del Banco de España no terminan de despejarse. El conflicto soterrado durante años con los inspectores se convirtió en una espada de Damocles para la credibilidad del supervisor con motivo de la crisis financiera y, sobre todo, a raíz del escándalo de Bankia, que todavía se está sustanciando en los tribunales de justicia. Ahora, y como otro de esos grandes asuntos clasificados sobre los que nadie quiere pronunciarse, este diario ha confirmado que el director del Servicio de Seguridad, Rafael Gassó Peralta, acaba de abandonar su cargo después de que la entidad le abriera un expediente sancionador que se saldó con una suspensión cautelar de empleo y sueldo.

Fuentes del propio Banco de España han reconocido que el hasta ahora guardián de la caja fuerte de todos los españoles formalizó hace unos días su dimisión ante la Dirección General de Servicios que dirige Alejando Álvarez, de la que depende el área de Seguridad. El organismo regulador no ha querido adentrarse en más detalles invocando el carácter clasificado del procedimiento. No obstante, este periódico ha constatado que la renuncia se ha producido tras una investigación interna llevada a cabo por la unidad de compliance del Banco de España y que el hasta ahora jefe de Seguridad llevaba un tiempo apartado de sus funciones.

Los motivos que dieron lugar al expediente sancionador no han sido esclarecidos y la dimisión del propio directivo afectado ha contribuido a correr un tupido velo sobre el desarrollo de unos acontecimientos que están dando lugar a todo tipo de conjeturas. En todo caso, las investigaciones se han desarrollado dentro del más estricto carácter interno por lo que se supone que estaban relacionadas con supuestas faltas o irregularidades contrarias al reglamento de conducta del propio Banco de España, sin que exista ninguna trascendencia judicial en un procedimiento que, dentro de la entidad que dirige Pablo Hérnandez de Cos, se considera totalmente cerrado.

La sanción cautelar que derivó en la suspensión inicial de empleo y sueldo de Rafael Gassó sí ha tenido, por el contrario, su lógica repercusión en medios policiales, dada la vinculación directa del Servicio de Seguridad del Banco de España con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tanto con la Guardia Civil como con el Cuerpo Nacional de Policía donde el  propio afectado llevó a cabo la mayor parte de su dilatada carrera profesional. No en vano, se trata de un departamento que mantiene múltiples relaciones funcionales con distintos organismos de la Administración del Estado, actuando también de enlace permanente con la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior.

El inexpugnable Caserón de Cibeles

Rafael Gassó se incorporó al organismo supervisor a mediados de 2014 después de más de treinta años como funcionario de policía ejerciendo su labor en distintas comisarías de Madrid y Barcelona. Finalmente, y tras cinco años de agregado en la Embajada de España en Holanda fue designado comisario jefe de Maspalomas en enero de 2013. Desde su incorporación al Banco de España la institución ha ido adaptando niveles cada vez más sofisticados de seguridad mediante la implantación de recursos técnicos y humanos que, a día de hoy, han hecho del viejo Caserón de Cibeles uno de los edificios más inexpugnables de toda España.

Durante los cinco años que ha permanecido al frente del Servicio de Seguridad del Banco de España, Gassó puso en marcha el Sistema de Protección de Infraestructuras Críticas (PIC) en España. La normativa PIC establece la colaboración estrecha entre los operadores del mercado y el sector público así como la implementación de detallados análisis de riesgo y planes de acción. El dimisionario director del Banco de España señaló en su momento que la puesta en marcha de estos protocolos y normativas fue relativamente sencilla gracias al alto grado de madurez del sector financiero en materia de seguridad.   

Los máximos responsables del organismo regulador han aceptado inmediatamente la renuncia del comisario y a partir de ahora analizarán la solución más conveniente para el departamento. En principio, la crisis provocada por la dimisión de Gassó no ha generado mayores contratiempos, entre otras razones por la propia suspensión de funciones en las que estaba incurso el ya ex jefe de Seguridad. El Banco de España prefiere enfriar el asunto antes de nombrar un primer ejecutivo al frente de un área funcional que tiene un carácter transversal pero que no forma parte del primer nivel de dirección dentro del organigrama operativo de la institución.

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