También en 2023

El hervidero político latinoamericano mantiene en vilo a la empresa española

Tras los comicios en Brasil o el golpe de estado frustrado en Perú este año, América Latina continuará dando titulares el año que viene: Argentina, Guatemala y Paraguay se enfrentan a citas electorales. 

La secretaria general Iberoamericana, Rebeca Grynspan y el presidente del Gobierno, Pedro Sánches, intervienen junto al (i-d) el presidente de Pánama, Laurentino Cortizo; el presidente de Argentina, Alberto Fernández y el presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, que participan por videoconferencia, en el acto conmemorativo del 30º aniversario de las Cumbres Iberoamericanas, en Casa de América, a 15 de noviembre de 2021, en Madrid (España)
La secretaria general Iberoamericana, Rebeca Grynspan y el presidente del Gobierno, Pedro Sánches, intervienen en el acto conmemorativo del 30º aniversario de las Cumbres Iberoamericanas en 2021.
Alberto Ortega / Europa Press

El lazo histórico-cultural que une a España y Latinoamérica ha sido de gran importancia para el crecimiento de ambas, siendo los dos territorios una fuente mutua de inversión. Las empresas latinoamericanas que ya constituían una parte fundamental del tejido empresarial español, ahora, con la guerra en Rusia y la búsqueda europea de la transición energética y más autonomía, están hoy más que nunca en el punto de mira y no promete un 2023, en el se sucederán varios procesos electorales.

Sin embargo, la constante inestabilidad de la región, que se ha estado recrudeciendo más que nunca a finales de 2022, es un reto continuado para las compañías nacionales. La llegada al poder de Lula da Silva en Brasil y Gustavo Petro en Colombia aún no ha tenido un considerable impacto en la economía que queda pendiente de la evolución de unas elecciones presidenciales clave para el futuro de las relaciones comerciales.

A la espera de unas elecciones decisivas

Este 2023, las elecciones en Argentina, Guatemala y Paraguay serán claves. En Argentina, el gobierno afronta el final de su mandato en condiciones complicadas, agravadas por la condena por corrupción contra la vicepresidenta Cristina Fernández. Si la oposición del centro-derecha y el radicalismo se mantienen unos, existen serias posibilidades de que recuperen el poder.

En Paraguay, el partido político hegemónico de Colorado se enfrenta en 2023 a unas elecciones difíciles por una sospechada fragmentación, mientras que al tiempo el partido tendrá que responder a las sanciones estadounidenses por la supuesta corrupción de algunos de sus líderes clave. Si se logra evitar la ruptura entre los partidarios del presidente Mario Abdo Benítez y los del expresidente Horacio Cartes, es probable que derrote a Efraín Alegre, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).

En Guatemala el futuro del país es una incógnita ante dos candidatas al gobierno con una posición política bastante distinta. Las dos con mayores opciones son la conservadora Zury Ríos, hija del exdictador Efraín Ríos Montt, y la populista (de centro-izquierda) Sandra Torres, exmujer del expresidente Álvaro Colom.

Una región cargada de tensiones y crisis

Además, habrá que ver qué sucede con el resto de países latinoamericanos como Perú o Bolivia, donde el ambiente ha ido escalando en tensión. Este año se verá si Perú, una vez solucionados los problemas de continuidad de Pedro Castillo, se encamina hacia una nueva crisis institucional bajo la presidencia de Dina y si en Bolivia se reconduce la pugna entre el gobierno nacional y el gobierno departamental de Santa Cruz.

Asimismo, habrá que analizar el impacto de la crisis de Haití en República Dominicana, la viabilidad de Naive Bukele de El Salvador y Xiomara Castro de Honduras, y la difícil convivencia en Costa Rica, entre el presidente Rodrigo Chávez y el Congreso.

También es relevante la elección de un nuevo gobernador del estado de México, que hasta ahora estaba bajo el mando del tradicional feudo del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Sobre todo si tenemos en cuenta que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sigue asegurando que las relaciones entre México y España están “en pausa”.

En último lugar, preocupa la situación económica y migratoria de Cuba. La diplomacia española deberá seguir con atención lo que allí ocurre, tanto por sus repercusiones sobre el conjunto del continente, como por la manera en que podría afectar la relación bilateral. Algo similar ocurre con relación a Venezuela, especialmente tras el inicio de un incipiente acercamiento con EEUU y la posibilidad de que se reanuden las negociaciones con la oposición en la Ciudad de México.

¿Qué le espera a las empresas españolas?

Tras la pandemia, el futuro incierto de la economía latinoamericana, ya provocó una duda generalizada entre las empresas españolas que habían invertido en esta región. Por suerte, la economía regional avanzó un 6,3%, una tasa mayor que el 5,9% global. Pero ante las difíciles circunstancias que había sufrido Latinoamérica, la región quedó con un muy elevado nivel de deuda pública. Según desvela el estudio ‘Global Latam’ realizado por ICEX-Invest in Spain y la Secretaría General Iberoamericana, la deuda promedio de los Gobiernos de esta región se situó en el 77% del PIB.

América latina es de vital importancia para Europa por sus recursos naturales, que ayudarían a llevar a cabo la tan buscada transición verde. Bolivia, Argentina, Chile, México y Perú controlan el 67 % de las reservas mundiales de litio, material crítico para la producción de baterías eléctricas de automóviles, según apunta el estudio ‘Global Latam’. Además, la región posee abundantes recursos hidrológicos, así como un gran potencial para generar energías renovables, incluyendo el hidrógeno verde, tal y como indica el Real Instituto Elcano en un estudio titulado ‘España en el mundo 2023: perspectivas y desafíos en América Latina’.

Hay que tener en cuenta que las inversiones de España en América Latina suponen cerca del 30% del total de la inversión exterior española, un volumen de 148.800 millones de euros. En los últimos años, la inversión española en América Latina ha presentado algunos altibajos, pero la región sigue siendo destino fundamental para las compañías nacionales, que el caso del Ibex 35, concreta allí cerca del 25% de su volumen de negocio, llegando a superar en algunos ejercicios el 40% en el caso de Santander, BBVA o Telefónica.

Además, un total de 652 empresas latinoamericanas cuentan con inversiones en España, habiendo generado más de 32.715 empleos directos, según datos del Registro de Inversiones de España (2019). La inversión acumulada está altamente concentrada en México, que totaliza el 58,9% de de la total española en el área, con 27.786 millones de euros. Le sigue Argentina (15,5% del total), y Venezuela (8%) y ya más de lejos Brasil, Uruguay y República Dominicana.

La relación de España, así como la de la UE, se está viendo afectada por la continua fragmentación de América Latina. Para fortalecer las relaciones y neutralizar la presencia e influencia de otros actores internacionales, como China, Rusia e Irán, la UE deberá realizar grandes inversiones de capital en la región en los próximos años. En cualquier caso, según un estudio del Real Instituto Elcano, las empresas españolas con raíces en esos países no viven con un miedo indebido a los cambios políticos.

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